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Alicia en el País de las Maravillas: Un libro sexual, y nada infantil.

Las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas es una obra escrita por el británico Charles Lutwidge Dogson, mejor conocido por su seudónimo Lewis Carroll, un hombre de profesión matemático, con un gusto obsesivo por la fotografía, que originalmente estaba destinado a ser sacerdote.

Este clásico de la lengua fue publicado en 1865, de la cual solo se conservan 23 copias en la actualidad, 17 de ellas están archivadas en bibliotecas por todo el mundo, el resto fue adquirido por particulares. 

La obra tiene un secuela, A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (Through the looking glass, and what Alice found there) de 1871, que generalmente es incluida en las adaptaciones fílmicas del libro, una de ellas del director Tim Burton, protagonizada por Johnny Deep.

Alicia ha sido traducida a varios idiomas debido a la importancia de lectura, sin embargo, muchos escándalos rodean la historia de la pequeña y sus amigos, drogas, sexo, satanismo, magia y pedofilia, son parte de los rumores que se dicen de ella, publicaciones como “La Guerra de los Espejos”, de Frank Beddor, libro que analiza la saga de Alicia, desde un punto de vista enfocado desde cuestiones lógicas en la línea espacio tiempo.

A continuación desentrañamos algunos de los secretos de la historia de Alicia, que la devela como un libro sexual y para nada infantil.

La obsesión con los números: Al ser matemático, Carroll jugaba con el número 42, relacionado con los masones. 42 son las reglas que gobiernan al país Maravillas, 42 ilustraciones tuvo el primer libro; Alicia tiene 7 años y 6 meses, 7x6=42; el libro tiene 12 o 24 capítulos.

Otra dimensión: Algunos autores publican que Alicia en el País de las Maravillas es un tratado de ocultismo, pero que además sucede en una dimensión astral, una niña que viaja entre mundos paralelos, a través de un portal dimensional.

Historia real: Carroll tenía una vecina de nombre Alice Lidell, según el relato oficial, el libro está basado en un cuento que el autor inventó una tarde de verano para ella; la otra cara dice que fue Alice quien lo soñó.

La obsesión: Hay versiones que afirman que Carroll estaba obsesionado con su vecina, tomaba fotografías de ella y pasaba todas las tardes paseándola. Algunos dicen que entre ellos había una relación romántica, a escondidas de la esposa del autor, que a su vez era su prima.

Pedofilia: Lewis Carroll tenía predilección por la fotografía y gustaba de tomar fotos de niños, entre ellos Alice, en paños menores, y a pesar de que nunca hubo una denuncia por estos hechos, se dice que antes de morir Carroll quemó su material pornográfico con niños.

Símbolos masones: El Gato, El Conejo, la Reina de Corazones, el abanico que busca El Conejo; las cartas de la baraja de juego, los números 5 y 7, están relacionados con la masonería, una cultura que ha sido señalada como la dualidad entre lo positivo y lo negativo.

Israel: Según algunas publicaciones, el autor muestra la creación del Estado de Israel, los pasajes en que aparece el jardín real con los colores azul y blanco. Con un fondo azul y rojo se representa a Estados Unidos y la bomba de relojería está relacionada con la URSS.

Jack El Destripador: Un escritor de nombre Richard Wallace dijo que el autor de Alicia era el hombre que estaba realizando los asesinatos que azotaron a Londres en 1888. Según él, se debía a que Carroll había publicado frases con referencias a los crímenes.

Espacio Lógica y Tiempo: El escritor Jorge Luis Borges dijo que los libros de Alicia constituían una trama de paradojas de orden lógico y metafísico, personajes y secuencias no pudieron estar sucediendo en un mismo tiempo, todo relacionado con las matemáticas.

Ocultismo, magia y sexualidad: Diversas publicaciones señalan que el libro es un cúmulo de mensajes subliminales que no son comprendidos por los niños, mucho menos en la época en que se publicó el libro, pero los análisis posteriores han demostrado que sí existen.


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