DIRIGENTE DE PRIMERO JUSTICIA VIVIÓ EN CARNE PROPIA JUNTO A SU HIJA ACTOS TERRORISTAS EN CHACAO
¿Y vamos a seguir fingiendo que esto no ocurre? ¿Seguiremos diciendo que los carajitos son héroes? ¿Que son estudiantes? ¡Dios! Allí no había estudiantes. Un estudiante no hace esas estupideces.
Este domingo, un dirigente opositor del partido Primero Justicia, Saverio Vivas, se atrevió a denunciar lo que calificó de “vandalismo, irracionalidad” y “estupidez”, cuando al acercarse al municipio Chacao para compartir con su pequeña hija vivió en carne propia los embates de la locura fascista.
El dirigente de la tolda amarilla, residente en Catia, narró en unos cuantos tuits, su vivencia y la de su familia, cuando se trasladaban al Centro Comercial Sambil para ir al cine y se encontraron en medio de los ataques de terroristas opositores contra cuatro policías presentes en la zona.
Curiosamente, este padre de familia opositor se cuestionó: ¿Y vamos a seguir fingiendo que esto no ocurre? ¿Seguiremos diciendo que los carajitos son héroes?
¿Que son estudiantes? ¡Dios! Allí no había estudiantes. Un estudiante no hace esas estupideces.
Acá está el relato completo:
Brevemente quiero contarles mi vivencia de hoy… Mi único día de descanso. El día que dedico a mi hijita.
Desde hace bastante, mi hija me pidió que la llevara a ver la película “Capitán América 2″, y hoy finalmente pude. Como no sabía en qué cine podría haber vacantes, me fui al Sambil con mi esposa… De Catia a Chacao.
Al llegar a Chacao, los operadores de Metro decían que no podíamos bajar en esa estación… Sin embargo, la gente bajo, rápidamente. Todos apurados nos apresuramos para salir de la estación Chacao, y lo logramos antes que los operadores cerraran la estación.
Pasamos por la esquina que va vía al Sambil, y vimos a unos carajitos quemando un muñeco en mitad de la avenida. Eran unos 30 o 40. La gente se detenía a ver, y yo solo seguí a cumplir el sueño de mi hija… Y el mío: Pasar un día con ella, luego de meses.
Luego de lidiar para ver en que sala podía ver la película en 3D y español, decidí esperar a mi hija y cuñada, que la llevaría con nosotros.
De pronto sonó mi teléfono, y era mi hija llorando (se oía a mi cuñada gritar en medio de explosiones)… Me asusté mucho. A duras penas, logré entender que mi hija y cuñada estaban atrapadas entre los carajitos y la policía… Me llene de furia y miedo. Corrí.
Mi esposa me indicaba que estaba cerca de un banco. Y nosotros no conocemos Chacao. Así que mientras mi esposa lloraba y corría, yo razonaba.
Al llegar a la esquina del Sambil que va al metro de Chacao, mi esposa lloraba por el gas lacrimógeno. Y allí habían 4 policías de Chacao y un viejo camión ballena. Ante mí, una turba de unos 60 carajitos lanzando piedras, molotov y hondazos.
Lleno de furia e impotencia de imaginar a mi hija herida, caminé entre tiros y piedras a buscarla. Yo llevaba el diablo en la sangre. Había fotógrafos de prensa grabando aquella insensata batalla.
Y mi hija no estaba por ningún lado. Más atrás, mi esposa discutía con los 4 policías, en medio de piedras que iban hacia ella. Una de ellas le golpeo la sien.
La ballena lanzaba chorros de agua, y yo caminaba súper arrecho entre los carajitos, buscando a mi hija. Mi hija no estaba por ningún lado.
Cruce la ridícula batalla para nada. Ella está escondida del lado del que venía.
No quise correr, porque tenía que estar alerta con las piedras, los chorros de agua, las molotov y la furia que me nublaba los ojos.
Volví a cruzar al lado de la policía. Y los policías me preguntaron si encontré a mi hijita… No respondí. La ballena avanzaba y retrocedía.
Resultó que mi hija y mi cuñada estaban escondidas en unas escaleras.
No acostumbradas, estaban asfixiadas con los gases.
Para cuando las encontré, los 4 policías de Chacao habían huido, y la turba rodeaba la vieja ballena… Se le montaron arriba y aplaudían.
El conductor del camión ballena poco a poco dio marcha atrás y se retiró.
Y los héroes comenzaron a romper los anuncios y carteles.
Mi hija lo vio todo, mientras me abrazaba asustada. Me preguntó por qué rompían los carteles, y no respondí.
¿Qué podía decir? Mi hija quería irse y me rogó que no viéramos la película, pero insistí en llegar al Sambil. Pasamos y dejamos a los héroes” rompiendo vainas.
Luego de media hora, se le pasó el susto a mi familia. Pero mi vergüenza aún está presente.
Yo no entiendo a estos héroes…
Yo no puedo apoyar estas cosas… Tenemos que reflexionar. ¿Adónde llevamos a nuestro país?
¿Es esto heroico? Sé que muchos ven en estos carajitos a héroes…
Pero lo que vi hoy fue vandalismo, irracionalidad, estupidez.
¿Cómo me voy a callar?
¿Qué tiene de heroico caerle a piedras a 4 policías pendejos? ¿Qué tiene de heroico joderle la vida a los vecinos de Chacao? Mi esposa con una herida en la cabeza, mi cuñada con una crisis de nervios, mi hija asustada.
Y yo lleno de rabia. Pero para mí fue un rato. Para los vecinos de Chacao, esta vaina es todos los días… Pana, yo no vi a Maduro por allí, ni a Diosdado, nos jodían a los pendejos.
¿Cómo alguien osa ofender a los estudiantes de Venezuela, comparándolos con esto?
Nuestros estudiantes, ¡estudian! ¡Son líderes! Luchan por un país mejor. Los carajitos que vi hoy, no eran estudiantes…
Mi lucha no es la de estos individuos destructores. Mi lucha es la de los estudiantes. Nosotros no rompemos vainas. Mi lucha es por un país mejor…
Mi protesta es efectiva, para que la gente sepa que quiero un país mejor, no para joder a Venezuela. Y el que me quiera tener arrechera por lo que denuncio hoy… Pues está en su derecho. Pero estamos obligados a reflexionar.
El que crea que con estas pendejadas vamos a tumbar al gobierno, no sabe qué clase de gobierno enfrenta. Me llena de rabia que exista gente tan básica para creer que jugando en Chacao a romper cosas, se está tumbando al gobierno.
El gobierno se orina de las risas ante estas estupideces. Y la gente inocente sufre por la insensatez de los héroes.
¿Tumbaran al gobierno los carajitos de hoy en el Sambil?
Posiblemente al gobierno de Ramón Muchacho, a ningún otro. Si queremos vencer a este gobierno, tenemos que ver muy bien lo que ocurre a nuestro alrededor, y ser sabios.
No podemos ser tan básicos.
Mi hija está bien. Mi esposa se curó la herida. Y mi cuñada se calmó…
Y fíjense como somos los venezolanos. Se divirtieron… Pero yo estoy muy mal. Triste por lo que vi…
Y decepcionado… Y me perdonan por decir la verdad… Fin del tema…
(LaIguana.TV)