Hernán Cortés y otros hechos desconocidos sobre el canal de Panamá

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Nuevo mensaje de guerra psicológica: Inventar la traición de Cuba a Venezuela


En Cuba se ha anunciado la nueva Ley de Inversión Extranjera (1). La búsqueda de nuevos capitales para compensar el impacto del bloqueo de EEUU es una de las decisiones aprobadas en abril de 2011, en el VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, tras la discusión previa, en 163 mil asambleas, de casi 9 millones de personas (2). Esta ley es, además, producto del trabajo de varios años de un extenso equipo jurídico. Pues bien, no pocos medios internacionales nos dicen ahora que con esta ley “Cuba busca atraer capital extranjero” debido a la “crisis en Venezuela” (3). Un ejemplo más de cómo la gran prensa corporativa distorsiona los tiempos, modelándolos según sus intereses políticos.

Y es que, desde hace años, en cada proceso electoral o en cada situación de tensión política en Venezuela, reaparece un mensaje en los medios internacionales: que si la Revolución bolivariana cae, lo hará también la Revolución cubana. “Cuba se alista para un colapso del chavismo” (4), leíamos hace apenas unos días, en un titular calcado del de hace dos, cinco o diez años (5).

Todo para grabar a fuego una idea: que Venezuela es el “benefactor” de Cuba, a quien estaría dando grandes “subsidios” que hacen pervivir su “régimen” (6). Para estos medios, reproductores de la ideología del capital, la contrapartida cubana por el petróleo venezolano -los servicios de salud de decenas de miles de profesionales a millones de personas de zonas humildes de Venezuela- no tiene valor “de mercado”. Es decir, no tienen “valor”, por lo que el petroleo venezolano sería un “regalo” político a Cuba (7).

Cuba –para estos medios- no solo buscaría “aceleradamente” nuevos inversores. Además, estaría reorientando su cooperación médica de Venezuela hacia Brasil. “Médicos cubanos dejan Venezuela por Brasil”, titulaba el diario español El País, en una noticia con un sibilino pero evidente mensaje: la supuesta “traición” de Cuba a Venezuela en un difícil momento político (8).

El País apoyaba la noticia en las palabras de Julio César Alfonzo. Para evaluar la credibilidad de este individuo, solo decir que es el coordinador en Miami del programa de deserción de médicos cooperantes cubanos en el exterior, que se lleva a cabo con apoyo del Departamento de Estado y de todas las embajadas de EEUU en el mundo (9).

Pero el mensaje sibilino de la noticia –la supuesta “traición” de Cuba a Venezuela- pasaba a ser claro y explícito en la sección de opinión de El País, coto exclusivo –recordemos- de quienes atacan a los gobiernos de izquierda de América Latina.

El representante delGrupo Prisa en México, Antonio Navalón (10), firmaba un texto titulado “Venezuela: el precio del rescate cubano”, en el que sentenciaba que Cuba será el “gran enterrador” del chavismo, porque Raúl Castro traicionará, entregará “la revolución (bolivariana) a Estados Unidos, a cambio de conseguir el desbloqueo para Cuba” (11).

En esta estrategia de guerra psicológica, los grandes medios corporativos y la derecha venezolana han recuperado como uno de sus mensajes centrales el de la supuesta “injerencia” de Cuba en Venezuela en materia de inteligencia y seguridad.

 Desde hace semanas, varios medios latinoamericanos han publicado las especulaciones de Uberto Mario, supuesto ex-agente desertor de la Inteligencia cubana, hoy residente en Miami (12). Éste asegura que “unidades de élite de Cuba” (las llamadas Avispas Negras) estarían en Caracas ayudando a la “represión” (13). Y anticipaba que el presidente “Maduro lanzará a los médicos cubanos a las calles como Tropa de Choque” (14).

En la misma línea de alucinaciones periodísticas, El Nuevo Herald de Miami llevaba a titulares que los “Cubanos dirigen a paramilitares en Venezuela” (15).

Y afirmaba cosas tan graves como que “los grupos paramilitares chavistas” –así califica este diario a los colectivos de izquierda de los barrios populares- “han disparado abiertamente contra los manifestantes bajo la mirada cómplice de agentes de la Guardia Nacional”.

 Increíble, cuando está comprobado que la inmensa mayoría de las 36 muertes ocurridas han sido por la acción directa de manifestantes y francotiradores de derecha, con la complicidad de las policías locales de las alcaldías opositoras donde actúan (16).

El Nuevo Herald añade que los colectivos chavistas –supuestamente armados- “están siendo coordinados por personal cubano”. Como de costumbre, ni la menor prueba. Solo el testimonio de una persona que “habló bajo condición de anonimato”, y que afirma que “los colectivos son coordinados por agentes cubanos y por gente que está vinculada con ese mundo de la izquierda”.

Pues bien. Ese “mundo de la izquierda” –hoy en el Gobierno de Venezuela- sigue llamando al diálogo a la oposición, algo que los medios silencian intencionadamente (17).

 Mientras, cumple con su obligación de aplicar la ley y encarcelar a militares golpistas (18), alcaldes (19) y líderes opositores implicados en la violencia (20) (21).

 Así funciona una democracia, le guste o no a los dueños de los medios internacionales, artillería pesada de una sofisticada y permanente guerra psicológica contra el proceso revolucionario de Venezuela (22).


*Coordinador de Cubainformación

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