
El petrolero “Morning Glory”, interceptado en el mar Mediterráneo por comandos navales estadounidenses, carece de nacionalidad y fue secuestrado por piratas. Así lo informaron fuentes en el Pentágono citados por el canal de televisión ABC.
Anteriormente, este barco con bandera norcoreana atracó en el puerto de Sidra, cerca del terminal petrolero de Libia más importante controlado por las milicias locales, e inició la carga de crudo.
El Gobierno central intentó detenerlo en el mar, pero el petrolero huyó a aguas internacionales aprovechando el mal tiempo. Entretanto, Pyongyang avisó que el barco ya no le pertenece.
La operación de captura efectuada a petición de las autoridades libias y Chipre no causó destrucciones ni víctimas humanas. Por cierto, el paradero de los tres libios, presuntos secuestradores del barco, aún se desconoce.
Esta historia parece estar llegando a su fin. Pero es de suponer que habrá otras muchas, porque el conflicto en torno a la ocupación de terminales petroleros en el este de Libia por milicias armadas continúa.
Y no es el único en la Libia actual. El analista político, experto en Libia, Alí Shundub, indica:
–La federalización se está volviendo un problema prioritario de Libia. Muchos analistas opinan que Cirenaica se está convirtiendo poco a poco en algo similar al Kurdistán iraquí en cuanto a las disputas sobre la legitimidad de las exportaciones petroleras.
La región considerada como principal baluarte de la revolución libia esperaba tener ciertos privilegios en cuanto al poder y el reparto de los ingresos por la venta de hidrocarburos. Pero pasados tres años, Cirenaica está peor aún que en los años de Muamar Gadafi.
Las autoridades locales están tomando ciertas medidas para cambiar la situación. El Gobierno de Trípoli también reaccionó de manera bastante lógica, al criticar las acciones de la región oriental y pedir a EEUU que interfiriera en el asunto del barco cisterna.
En todo caso, el problema del crudo en Cirenaica ya ha transgredido las fronteras libias.
Un petrolero con bandera norcoreana es algo así como un mensaje al mundo de que hay países dispuestos a comprar petróleo libio no solo al poder oficial. Obama reaccionó interceptando el barco, pero el asunto no quedará ahí.
Hace algunos días, las tribus de Cirenaica analizaron la situación con las exportaciones de petróleo y enviaron una nota al Gobierno de Trípoli advirtiéndole que si no detiene el avance de sus tropas hacia los terminales petroleros, Cirenaica revocará a sus representantes ante el Congreso General Nacional (el Parlamento libio).
Es de señalar que a la reunión también asistieron delegados de tribus que viven tanto en Libia como en Egipto.
O sea, el problema del petróleo libio está involucrando poco a poco a nuevos actores. Además, la situación se agrava debido a los crecientes roces entre Catar y Arabia Saudí.
En estas circunstancias es muy difícil mantener la unidad del país, estima el vicepresidente del Comité ruso de Solidaridad con los Pueblos de Libia y Siria, Israel Shamir:
–Libia se está dividiendo poco a poco en tres regiones históricas: Tripolitania, Cirenaica y Fezzan. Será muy difícil detener este proceso.
Al mismo tiempo, es poco probable que los cambios sean tan cruentos como durante la intervención de la OTAN que dejó decenas de miles de muertos.
El este, el oeste y el sur de Libia carecen de tropas con suficiente capacidad combativa.
No tienen sino milicias ligeramente organizadas. Es bien posible que participen en enfrentamientos armados, pero no habrá una guerra completa.
En este contexto, los gobiernos regionales van a intercambiar reproches, boicotear las actividades de la otra parte y negar mutuamente el reconocimiento oficial.
Aún es posible detener la desintegración del país. Rusia sugirió la receta en más de una ocasión: poner en marcha un diálogo nacional completo con participación de todas las fuerzas políticas libias.
Otra cosa es que los dirigentes dentro y fuera de Libia no se apresuran a seguir este consejo.