Pablo Gonzalez

Incluso una guerra nuclear local puede eliminar toda la humanidad


Con 17.000 municiones estimadas de armas nucleares en el mundo, podemos exterminar a la humanidad muchas veces. 

Pero en realidad para que la Tierra sea inhabitable hace falta solo una pequeña guerra nuclear, afirman los científicos.

Incluso una pequeña guerra nuclear regional, como un conflicto entre India y Pakistán, podría provocar una catástrofe medioambiental mundial, según un nuevo estudio estadounidense cuyo resumen expone el portal de ciencia Live Science

"La mayoría de la gente se sorprendería al saber que incluso una pequeña guerra nuclear regional en la otra punta del planeta podría alterar el clima mundial durante al menos una década y acabar con la capa de ozono en una década", según el autor principal del estudio, Michael Mills, científico del Centro Nacional de Investigación Atmosférica, un instituto no gubernamental de Estados Unidos con sede en Colorado. 

Los investigadores desarrollaron un modelo informático de la atmósfera de la Tierra y realizaron simulaciones para averiguar qué pasaría si hubiera una guerra nuclear con solo una fracción del arsenal del mundo. 

Y la simulación presentó un cuadro apocalíptico… 

Las tormentas de fuego escupirían al cielo unos 5 millones de toneladas de ceniza. 

La ceniza absorbería los rayos del sol, causando un enfriamiento mortal en la superficie terrestre. 

Las simulaciones sugieren que, después de una guerra que involucre solo 100 pequeñas bombas 'potencia Hiroshima', las temperaturas medias superficiales caerían pronto en unos 1,5ºC a nivel mundial. 

En algunos lugares, las temperaturas podrían bajar significativamente más: la mayor parte de América del Norte, Asia, Europa y Oriente Próximo podría experimentar inviernos entre 2,5º y 6ºC más fríos. 

Las temperaturas más frías podrían conllevar heladas mortales en todo el mundo. 

Las precipitaciones se reducirían en un 10%, hecho que provocaría sequías en todo el mundo y daría lugar a incendios forestales en la Amazonía (uno de los principales 'pulmones' del planeta), que arrojarían aún más humo a la atmósfera. 

La intensa radiación ultravioleta alcanzaría la superficie terrestre y amenazaría peligrosamente la salud humana y frágiles ecosistemas de la superficie y del mar. 

"Todos estos efectos juntos serían muy perjudiciales para la producción de alimentos y para los ecosistemas", dijo Mills.

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