Por Tony Cartalucci
Global Research, March 13, 2014
El repentino cambio en la posición de Qatar en el Medio Oriente ha dejado a gran parte del mundo perplejo, sospechoso, y escéptico.
Otros esperan que indique una perturbación en un eje que ha estado sembrando la violencia y la desestabilización en gran parte del norte de África y Oriente Medio desde hace años.
The Irish Times informó en su artículo,"Arabia Saudíta amenaza con bloqueo de Qatar sobre el terrorismo", que:
Arabia Saudita ha amenazado con bloquear a la vecina Qatar por aire, tierra y mar a menos que Doha corte los lazos con la Hermandad Musulmana de Egipto, cierre el canal global de Al-Jazeera, y expulse a las secciones locales de los think tanks estadounidenses Brookings Institution y Rand Corporation.
La amenaza fue emitida por Riad antes de que retirara a su embajador en Doha y señalara como "organizaciones terroristas" a la Hermandad, Hezbolá en el Líbano y al Estado Islámico de Irak y Siria y Jabhat al-Nusra vinculados a Al Qaeda.
Aunque el reino saudita ha sido durante mucho tiempo la fuente del salafismo ultra-ortodoxo Sunita y el yihadismo, ahora aspira a contener los movimientos radicales y los medios de comunicación y otras organizaciones que les dan publicidad.
The Irish Times, se dedica luego a señalar la extraña contradicción de la movida de los saudíes, recordando a los lectores que:
Si bien la ley y el decreto tienen el propósito de frenar las operaciones yihadistas en suelo saudí, así como también contrarrestar la disidencia no yihadista, estos instrumentos jurídicos parecen contradecir la política gubernamental sobre la yihad en el exterior.
Mientras que 400 saudíes han regresado a sus hogares de los campos de batalla de Siria, otros 1,000-2,000 se cree que están luchando con los grupos yihadistas financiados por el gobierno, así como por saudíes, kuwaitíes y qataríes adinerados.
Entonces, ¿cuál podría ser la razón para este cambio claramente hipócrita y contradictorio en la política exterior? Bahréin y los Emiratos Árabes Unidos se han unido a Arabia Saudita en el aislamiento de Qatar dejando a muchos especulando sobre un amplio abanico de posibilidades.
1. ¿Un eje con necesidad de renovar su credibilidad?
Arabia Saudita, Qatar, Israel y Estados Unidos han estado inexorablemente vinculados geopolíticamente, económicamente, e incluso militarmente durante décadas. En los últimos años, este eje ha trabajado de forma conjunta para desestabilizar, destruir y reordenar el norte de África y el Medio Oriente a través de una combinación de respaldo político secreto de levantamientos (la Primavera Árabe diseñado por Estados Unidos), terrorismo, y la guerra delegada (Siria), y la invasión sin reservas (Libia).
Las redes de delegados utilizadas para llevar a cabo este vasto reordenamiento geopolítico incluyen, la organización terrorista Al Qaeda y sus diversas franquicias regionales, así como la Hermandad Musulmana que proporciona el andamiaje político-social en la que Al Qaeda basa su apoyo, sus filas, y sus recursos materiales.
Con Libia diezmada y en manos de los apoderados alineados con occidente, y Siria emergiendo de una prolongada guerra delegada, victoriosa sobre los militantes apoyados por Occidente, el extendido y vulnerable eje ya no será necesario para operar de una manera tan abierta sobre el escenario global.
Maniobras para aislar a Qatar como el facilitador restante, tanto de la Hermandad Musulmana y Al Qaeda, podría ser un intento de racionalizar y organizar más desestabilizaciones en la región en el futuro -la concesión a otros miembros del eje de la oportunidad de recuperar la legitimidad que tanto necesitan, mientras mantienen una negación plausible del continuó papel de Qatar como el principal patrocinador del terror global.
Por su puesto, los EE.UU, Israel Y Arabia Saudita continuaran participando en colusión con Qatar, pero justamente detrás de la fachada de una renovada y reenfocada estrategia de la tensión.
Estratagemas geopolíticas multinacionales coordinadas como esta no son nada nuevo. Durante las fases iniciales de la "primavera árabe", EE.UU e Israel intencionalmente fingieron apoyar al presidente de Egipto, Hosni Mubarak, en un intento de dañarlo políticamente entre un número creciente de disidentes en las calles, incluyendo a los miembros de la Hermandad Musulmana de Egipto.
Se hicieron falsos reportes de los envíos de armas en apoyo de Mubarak para reforzar aún más la ilusión -un truco similar fue llevado a cabo poco después en Libia. Simultáneamente, los EE.UU e Israel condenaron a líderes de la oposición egipcia, como Mohammed ElBaradei, a pesar de que ElBaradei, literalmente, estaba sentado alrededor de la misma mesa con destacados políticos estadounidenses e israelíes y financieros corporativos en su carácter de consejero del International Crisis Group financiado por las corporaciones y fundaciones.
En marzo de 2010, el Consejo de Relaciones Exteriores había revelado esta maniobra a través de artículos publicados en la revista Foreign Affairs. En el artículo de Steve Cook “Is ElBaradei Egypt’s Hero?”, se afirma explícitamente:
"Además, la estrecha relación de Egipto con los Estados Unidos se ha convertido en un factor crítico y negativo en la política egipcia. La oposición ha utilizado estos vínculos para deslegitimar al régimen, mientras que el gobierno se ha involucrado en sus propias manifestaciones de antiamericanismo para protegerse de tales cargos. Si ElBaradei en realidad tiene una posibilidad razonable de fomentar la reforma política en Egipto, entonces los políticos estadounidenses servirían mejor a su causa al no actuar con fuerza”.
Un ardid similar se puede ver durante el más reciente conflicto entre Israel y Gaza en 2012, que le insuflónueva vida a Turquía y Qatar después de casi dos años de exponerse como colaboradores de los EE.UU e Israel versus Siria.
Cuidadosamente puesta en escena, las maniobras geopolíticas de Ankara y Doha contra Israel estaban destinadas a retratar a los dos colaboradores occidentales como "anti-israelíes" y "anti-occidentales", a pesar de que ambos regímenes habían, fueron, y continuarían desempeñando un papel fundamental junto a los EE.UU e Israel en las continuas hostilidades con Siria.
Si los saudíes no logran llevar a cabo sus amenazas y permiten a Qatar seguir acogiendo tanto a Brookings como a RAND, así como continuar financiando, armando y de otra manera apoyando tanto a la Hermandad Musulmana como a Al Qaeda en todo el mundo, será evidente que este reciente “cambio” de política exterior con respecto a Qatar, fue simplemente puro teatro. Si Arabia Saudita y otros en el Golfo Pérsico realmente se han vuelto contra el que fuera una vez su aliado, y suponiendo que cesen su apoyo al terrorismo global, habrá una baja inmediata de apoyo militante en Siria y sus alrededores y el gobierno sirio finalmente será capaz de restablecer plenamente el orden dentro y a lo largo de sus fronteras.
2. Los Estados del Golfo Pérsico buscan las salidas –dejando atrás a Qatar
Otra posibilidad es que los déspotas del Golfo Pérsico, finalmente, se han dado cuenta de que la guerra relámpago mundial en la que han colaborado con Occidente para ejecutarla, empezando en el 2011 con la "Primavera Árabe" está acabando mal y que serán ellos los primeros en cosechar el torbellino en un contragolpe inminente.
A partir de 2011, contragolpes, sin embargo ineficaces, parecían haber estado en movimiento –desestabilizando regiones en el este de Arabia Saudita, en Bahrein, y hasta en los Emiratos Árabes Unidos. Si bien estos levantamientos fueron reprimidos con medidas draconianas, en medio de un autoimpuesto silencio de los medios en Occidente, la amenaza de una mayor desestabilización aún persiste en todas dictaduras hereditables del Golfo Pérsico.
Arabia Saudita, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos pueden haber calculado que ahora es el mejor momento para dejar de colaborar de manera tan directa con las ambiciones regionales de Occidente y consolidar sus posiciones y concentrarse hacia el interior, mientras que proyectan una mejor imagen a nivel internacional.
Los lazos y la dependencia de Qatar en relación a Occidente son percibidos por algunos como algo más agudos que los de algunos de sus vecinos del Golfo Pérsico. Con activos militares estadounidenses estacionados permanentemente allí en la Base Aérea Al Udeid, que se considera uno de los más importantes centros regionales de Estados Unidos, y con la capital de Qatar, Doha, alojando el think tank de EE.UU, el Brookings Institution financiado con capital corporativo y sus centros de política de Doha y Saban (muchos de los "miembros" del Saban Center y los "directores" tienen su sede en Doha, Qatar, con el propio Centro de Doha financiado por el Estado de Qatar), sería realmente difícil de ver a Qatar cortar abruptamente, o incluso de forma gradual, sus lazos con Occidente.
El Centro Saban Brookings ha sido responsable del reporte, “Which Path to Persia?” ("¿Qué camino a Persia?"), un manifiesto auto acusatorio dirigido al logro de la hegemonía occidental en todo el Oriente Medio, utilizando tanto a los EE.UU y a Israel como un medio para realizarlo, específicamente atacando, subvirtiendo y destruyendo tanto a Irán como a Siria.
El Centro Saban fue fundado y nombrado en honor a Haim Saban, un israelí-estadounidense magnate de los medios de comunicación y hombre de negocios que ocupa la posición 134 en la lista de la revista Forbes de las personas más ricas de los Estados Unidos.
Para Qatar, albergar tal colección de diseñadores de políticas dentro de su propia capital, las mismísimas personas que manipulan los dos lados de un conflicto regional perpetuado a propósito y que descaradamente se ha admitido es para buscar la reafirmación de los intereses occidentales en la región, podría explicar el por qué países como Arabia Saudita, Bahréin, y los Emiratos Árabes Unidos quieren aislarlo con anticipación de sus supuestas reorientaciones geopolíticas.
Si en verdad los vecinos de Qatar se están deshaciendo de su relación con Occidente, una vez más, ellos van a llevar a cabo sus amenazas para aislar y entorpecer a la nación de Qatar, al tiempo que en las semanas y meses venideros expulsan a las fuerzas estadounidenses, los intereses corporativos y otras fachadas de su propia colaboración de larga data con Occidente.
En caso de no hacerlo, una vez más, el reciente "cambio" en la política exterior puede ser una táctica para manipular las percepciones regionales e internacionales en anticipación de un empujón conjunto estadounidense-israeli-Golfo Pérsico hacia una agenda todavía no revelada.
3. O están con nosotros o contra nosotros
Sin embargo, otra interpretación del dilema geopolítico repentino de Qatar es lo que algunos sospechan podría haber sido su establecimiento de vínculos más estrechos con Irán. En caso de que Qatar haya intentado aventurarse en una política exterior independiente y fuera de sincronía con el eje EEUU-Israel-Golfo Pérsico, las recientes medidas rápidas y severas eran de esperarse.
Los supuestos movimientos pro-iraníes por parte de Qatar se originan a partir de un reporte del think-tank neoconservador estadounidense, el Washington Institute For Near East Policy, titulado, “Gulf Arabs in Crisis”, que afirma:
El día de hoy, Arabia Saudita, Bahrein y los Emiratos Árabes Unidos retiraron a sus embajadores de Qatar, escogiendo una táctica de gran visibilidad para enfatizar las tensiones latentes desde hace mucho tiempo dentro del Consejo de Cooperación del Golfo.
El conflicto diplomático -que se produce un día después de que Omán, miembro del CCG, invitó al presidente de Irán a una visita, y unas semanas antes de la visita prevista del presidente Obama a Riad- complica aún más los esfuerzos de Estados Unidos para construir un amplio apoyo para sus políticas regionales. Washington había estado esperando que el próximo viaje a Arabia no sólo tranquilizara al rey Abdullah a cerca de las políticas de Estados Unidos sobre el problema nuclear de Irán y Siria, sino que también sirviera como una oportunidad para ganar apoyo más amplio de los árabes del Golfo.
En última instancia, la premisa del informe es sin fundamento, y parece apoyar la noción de que la reciente postura es para el espectáculo -con la mención de Irán revelando quizás otra dimensión de la reciente disputa en el CCG. Puede ser tal vez que el CCG y sus socios occidentales a raíz de los recientes reveses en Siria estén tratando de hacer caer a Irán en una falsa sensación de seguridad cada vez mayor en anticipación de otra estrategia dirigida a socavar y finalmente destruir a la República Islámica.
Si en verdad Qatar estuviera estableciendo lazos más estrechos con Irán, lo suficiente para que los países del CCG retiren a sus embajadores y amenacen con un bloqueo de espectro completo de la pequeña nación península, y para que los EE.UU teman que sus diseños regionales estén en peligro, entonces no sólo los países del CCG llevaran a cabo sus amenazas, sino que en los días, semanas y meses venideros, se harán patentes los movimientos de los EE.UU para socavar, desestabilizar y derrocar al régimen en Qatar, tal como lo hace todo el mundo a través de revoluciones de colores, el terrorismo y la manifiesta fuerza militar.
De no materializarse estos pasos en rápida sucesión, entonces Irán y sus aliados deben mantenerse vigilantes no sea que la mano extendida de parte de Qatar sea sólo una distracción para la daga oculta detrás de su espalda. La traición ha definido la política exterior de los países del CCG y sus patrocinadores occidentales durante décadas.
Creer que la razón ha vuelto al Golfo Pérsico requerirá de medidas más sustanciales y claras de los países del CCG. Sólo el tiempo dirá en cuanto a la verdad detrás de la reciente disputa entre Qatar y sus aliados tradicionales.
Traducido del inglés por Marvin Najarro
Tony Cartalucci, investigador y escritor geopolítico con sede en Bangkok, especialmente para la revista en línea “New Eastern Outlook”
Publicado por LaQnadlSol
CT., USA.