Cubainformación TV – Basado en una entrevista de Tracy Eaton a Judy Gross – Blog “Along the Malecón”.- Judy Gross, esposa de Alan Gross, agente norteamericano encarcelado en Cuba desde hace cuatro años, apunta a los congresistas de ultraderecha de Miami como el principal obstáculo para la liberación de su marido.
El lobby cubanoamericano del Estado de La Florida, encabezado por Robert Menéndez, Ileana Ros Lehtinen y Marco Rubio, serían el escollo que impide que el Gobierno de Obama negocie con Cuba una solución conjunta al caso de Gross y al de Los Cinco cubanos condenados en EEUU.
“Olvídense de la política del Sur de la Florida, negocien con los cubanos y encuentren una manera de traer a Alan Gross a casa”, pedía Judy Gross al Gobierno de Washington.
Alan Gross –reconocía su esposa en una entrevista- fue enviado a Cuba a través de un programa del Gobierno de EEUU. Fue contratado por la DAI, empresa que recibió un importante financiamiento de Washington para suministrar equipos satelitales a la llamada “disidencia” cubana, en el marco de una operación encubierta.
Judy Gross denunciaba también la visita del Secretario de Estado John Kerry al Vaticano. Allí, Kerry pidió al Papa que intermedie con La Habana para la libertad de Gross. “En vez de pedirle ayuda al Papa, creo que él, John Kerry, es quien debería ponerse a trabajar en su liberación” –decía Judy Gross en la citada entrevista-.
El 27 de febrero, Fernando González, uno de los Cinco Héroes cubanos, saldrá en libertad tras cumplir su condena de más de 15 años en EEUU. En ese momento, quedarán en prisiones nortemericanas solo tres de Los Cinco cubanos.
Numerosas voces en el mundo piden a Obama un canje de Gross por estos tres hombres. Pero en la Casa Blanca sigue habiendo silencio. Y en los medios… también.
Texto original
Judy Gross: “Olvídense de la política del Sur de la Florida, negocien con los cubanos…”
Tracy Eaton a Judy Gross – Blog “Along the Malecón” y Blog Isla Mia (Cuba).- Olvídense de la política del Sur de la Florida, negocien con los cubanos y encuentren una manera de traer a Alan Gross a casa. Eso fue lo que Judy Gross me dijo esta semana. Su esposo ha estado preso en Cuba por más de cuatro años –1 521 días, para ser exacto. Y ella dijo que está indignada y frustrada que el gobierno de EE.UU. no haga más para garantizar su libertad.
Dijo: “… ha pasado mucho, mucho tiempo y nuestro gobierno es responsable de que Alan está allá y no puedo creer que no puedan hacer nada. A veces me pregunto si hay algún motivo detrás de todo eso. No quiero ser paranoide, pero todavía me vuelve loca que ni siquiera mencionen el nombre de Alan.
Gross reiteró su llamado al presidente Obama para que redoble esfuerzos para liberar a su esposo. Al preguntarle acerca de la reciente petición del secretario John Kerry para que el Vaticano ayudara, Gross dijo:
“realmente liberar a Alan es trabajo del secretario Kerry, no del Papa. Así que en vez de pedirle ayuda al Papa, creo que el secretario Kerry debiera ponerse a trabajar en eso”.
Judy Gross también culpó al gobierno cubano por encarcelar a su esposo en 2009, pero expresó su admiración por el pueblo cubano.
“Realmente amo a Cuba y espero poder regresar bajo otras circunstancias. La gente es tan amistosa…”
Lo que sigue es una transcripción de nuestra entrevista.
Eaton: ¿Cómo le va?
Judy Gross: Me va bien, solo que trato de vivir la vida cada día y hacer lo más que pueda.
Eaton: Después de su última visita a Cuba, ¿ve usted alguna señal esperanzadora? ¿Ha sabido usted algo que le dé motivo para ser más optimista?
Gross: Sabe, estuve allí hace tres semanas. Lo que fue positivo, me parece, y lo que fue diferente es que de manera coincidente Scott (Gilbert, el abogado de la familia Gross) y yo estuvimos allá al mismo tiempo que la delegación del Departamento de Estado que sostuvo las conversaciones migratorias, así que ellos pudieron reunirse con Alan y eso fue por primera vez. Con excepción de la Sección de Intereses en Cuba, es la primera vez que alguien del Departamento de Estado se ha reunido con él.
Así que si hubo algo positivo, creo que fue muy bueno para ellos ver a Alan y hablar con él y ver cómo es su vida diaria y escuchar sus argumentos y cómo se siente. Convirtió a la persona en algo real, verlo realmente cara a cara.
Eaton: ¿Sabe usted qué funcionarios se reunieron con él?
Gross: No los recuerdo a todos. La gente acostumbrada de la Sección de Intereses, es decir, el jefe de la misión, y la delegación estaba encabezada por Edward “Alex” Lee (subsecretario asistente en funciones para Asuntos del Hemisferio Occidental), del Departamento de Estado aquí en Washington.
Eaton: ¿Le transmitieron a usted alguna de sus impresiones después de esa visita? Gross: Creo que recibieron una lección de humildad al hablar con Alan y verlo, y espero que eso haga alguna diferencia. Tendremos que esperar.
Eaton: Esa debe haber sido una reunión emotiva, porque estoy segura de que Alan debe sentirse muy frustrado y molesto y quiere hablar con alguien. ¿Cuál fue su reacción a la reunión?
Gross: Bastante parecido a lo que usted dijo. Él estaba indignado. Estaba frustrado. Debo decir que expresó esas cosas –indignación y frustración y mucha tristeza y pesar y muchos otros adjetivos que él expresó. Para alguien que ha estado encarcelado cuatro años, se guardan muchas cosas adentro, y él básicamente está en una celda de un dormitorio.
Eaton: He visto varias de sus entrevistas en CNN y otros medios y usted había hablado de la necesidad de que el presidente Obama participe personalmente. ¿Cree usted que ahora él está participando personalmente o que está interviniendo?
Gross: No he oído nada, así que no puedo decir que esa situación haya cambiado. Puede que sí y que yo no lo sepa, pero hasta donde sé, y hasta lo que siento, él aún tiene que… La Casa Blanca tiene que participar en esto. Evidentemente, es muy triste que no lo hayan hecho.
Eaton: Sí, estoy segura. Me pregunto, ¿ha cambiado su opinión acerca del gobierno norteamericano desde que comenzó toda esta terrible experiencia?
Gross: (ríe) Pienso que he ganado mucho en perspectiva acerca de la burocracia, y cuán grande este gobierno es realmente y cuán burocrático es realmente. Y es bastante difícil estar envuelto en eso. Pero en lo que respecta al gobierno no, realmente no ha cambiado. Estoy indignada. Estoy indignada porque, para comenzar, no hay respuesta del gobierno que envió a Alan allá. Es evidente que era un proyecto del gobierno de EE.UU. Y estoy indignada porque no ha habido comunicación, en especial porque él estaba trabajando como contratista del gobierno de EE.UU. Pero no creo que me sienta diferente acerca del gobierno. Aún creo en nuestro sistema político.
Eaton: Comprendo. ¿Así que los funcionarios de EE.UU. no se comunican regularmente con usted ni se mantienen en contacto con usted ni la ponen al día o cosas así?
Gross: Así es.
Eaton: OK. ¿Y puede describir la experiencia de tener que hacer una reclamación judicial al gobierno norteamericano y al patrón de Alan para tratar de obtener algún tipo de compensación?
Gross: Nunca estuve en ninguna de las reuniones, el litigio o cualquier cosa, así que personalmente no puedo describir cualquier sentimiento por estar allí. Pero fue muy frustrante, porque duró tanto y para ser honesta, sentí mucho miedo. No sabía cómo iba a vivir. Es decir, hubiera tenido que mudarme para –¿cómo se dice?–, ni siquiera un apartamento de un dormitorio. Un apartamento muy, muy pequeño y vivir muy cuidadosamente. Y aún tengo miedo por mi futuro desde el punto de vista financiero. Así que eso fue frustrante y que durara tanto. Y me alegro de haber llegado a un acuerdo.
Eaton: No estoy informada de lo último. ¿No hay una apelación en la reclamación judicial contra el gobierno de EE.UU.?
Gross: Eso es algo de lo que no puedo hablar, porque aún hay litigio.
Eaton: Me sorprendió un poco leer hace unos días que legisladores norteamericanos habían eliminado los programas de USAID para Cuba en el nuevo presupuesto.
Gross: ¿De verdad? No me he enterado. Eso es algo que yo hubiera pensado si lo hubiera sabido.
Eaton: No ha llamado mucho la atención. Me pregunto si usted sabe si el caso de su esposo puede haber influido algo en esa decisión.
Gross: No puedo opinar acerca de eso. Voy a tener que averiguarlo.
Eaton: Ya fue votado y aprobado.
Gross: ¡Dios mío! ¿Y cómo permitió (el senador Bob) Menéndez que eso sucediera? Me extraña no haber oído nada acerca de eso.
Eaton: ¿Cree usted que la liberación de Fernando González (uno de los Cinco de Cuba que debe salir de prisión el 27 de febrero) tendrá algún impacto en el caso?
Gross: No, no creo que eso provoque algún cambio.
Eaton: ¿Y de lo que se dice que el secretario de Estado Kerry iba a pedir ayuda al Vaticano para obtener la liberación de Alan? ¿Cree usted que eso ayude? ¿Ha oído algo acerca de eso?
Gross: Soy muy escéptica acerca de eso. Hemos tenido contacto con el Vaticano con el papa anterior y –¿sabe?– quisiera equivocarme, pero no creo que vaya a salir algo de eso. Y realmente liberar a Alan es trabajo del secretario Kerry, no del papa. Así que en vez de pedirle ayuda al papa, creo que el secretario Kerry debiera ponerse a trabajar en eso.
Eaton: Tiene razón. Y en total ¿cuántas veces usted ha ido a Cuba?
Gross: Creo que este fue mi sexto viaje.
Eaton: Vaya, son muchos viajes.
Gross: Muchos años.
Eaton: Leí que el ministro cubano de Relaciones Exteriores le dijo a usted que los cubanos estaban esperando a un enviado de EE.UU. que pudiera comenzar las negociaciones con los cubanos. ¿Recibió usted esa misma impresión en su último viaje?
Gross: El ministro de Relaciones Exteriores es Bruno Rodríguez. Me reuní con él la vez anterior, no en este último viaje. En este viaje nos dijeron que Cuba ha enviado una carta pidiendo a Estados Unidos que los contacten para poder comenzar a conversar, y ellos dijeron que no había precondiciones.
Eaton: Y en sus viajes a Cuba me imagino que su dedicación es como un láser en Alan, pero ¿ha tenido usted alguna impresión del país o alguna opinión acerca del país en sí?
Gross: Quisiera poder salir de La Habana. Nunca voy más allá. Amo a Cuba realmente y espero poder seguir regresando bajo otras circunstancias. La gente es tan amistosa y con todas las dificultades que tienen –y realmente tienen muchas dificultades– parecen mantener un buen carácter. Eso es lo que he observado. No tengo relaciones personales con nadie allá. Pero las personas que he conocido han sido muy gentiles y muy amables y me encanta el sentir de la ciudad. Miro y trato de pensar cómo era antes de que la infraestructura comenzara a derrumbarse. Me encanta la música. Me encanta la cultura.
Eaton: Si existiera la máquina del tiempo me gustaría ir hasta 1958 para ver cómo era todo.
Gross: (ríe) Quisiera ver el día en que los norteamericanos puedan compartir la música con los cubanos. Eso es lo que quisiera.
Eaton: Eso sería maravilloso. Algunos legisladores dicen que Cuba debiera hacer concesiones a EE.UU. –mejorar algunos derechos humanos básicos, por ejemplo– antes de que habláramos con Cuba acerca de Alan. ¿Cuál es su opinión respecto a eso?
Gross: Mi opinión es que necesitan sentarse a conversar y negociar lo que quieran negociar. No quiero verme envuelta en los asuntos políticos de Cuba. Nuestros legisladores… Creo que todo debe estar en la mesa. No creo que nuestros legisladores deben exigir precondiciones, digámoslo así.
Eaton: Tengo solo una pregunta más y es muy abierta. Me pregunto, ¿hay algo que los periodistas no le hayan preguntado y que usted quisiera que hubieran hecho? ¿Hay algo que usted quisiera comentar o que le gustaría que la gente supiera?
Gross: Bueno, esa es una pregunta que nunca me han hecho. Es difícil. Solo quiero reiterar mi frustración, tengo que decir, con ambos gobiernos. Evidentemente no puedo decir que solo con el gobierno norteamericano. El gobierno cubano tiene mucha culpa también, comenzando por haber arrestado a Alan. Pero ha pasado mucho, mucho tiempo y nuestro gobierno es responsable de que Alan esté allá y no puedo creer que no puedan hacer nada. A veces me pregunto si hay algún motivo detrás de todo eso. No quiero ser paranoide, pero todavía me vuelve loca que ni siquiera mencionen el nombre de Alan.
Eaton: A mí también me extraña. Supuestamente somos el gobierno más poderoso del mundo. Se me ha ocurrido –¿no podrían liberarlo por la fuerza? Aunque imagino que eso podría poner en peligro a Alan. Es difícil creer que no puedan hacer más.
Gross: Creo que la política de alguna manera levanta su fea cabeza. Usted debe averiguar más acerca de la influencia que Menéndez tiene y (la representante) Ileana Ros Lehtinen y (el senador Marco) Rubio, pero en especial el senador Menéndez. Honestamente creo que tiene mucho poder en todo esto. Puedo estar equivocada, pero no se me ocurre otra razón de por qué el presidente no habla de esto.
Eaton: Me encantó hablar con usted.
Gross: OK, cuídese.