Los medios de comunicación occidentales califican de “aventura arriesgada” la intención de las autoridades de Chipre de permitir el acceso de militares rusos al puerto de Limassol y la base aérea Andreas Papandreou, en Pafos. Y aunque solo se trata de los casos de emergencia, los analistas de la OTAN se muestran preocupados por este acuerdo que todavía está por firmar.
De acuerdo a los comentarios que aparecen, principalmente, en la prensa chipriota, los ministros de Defensa de Rusia y Chipre, Serguéi Shoigú y Fotis Fotiu, estuvieron negociando durante nueve meses hasta que el Gobierno de Chipre acordó autorizar la entrada de buques de guerra y aviones militares rusos a Limassol y Pafos en casos de emergencia y para misiones humanitarias.
Fotis Fotiu comentó que este acuerdo es una muestra de fortalecimiento de la cooperación entre Moscú y Nicosia y señaló que Rusia solo podrá usar la base aérea y el puerto en casos extraordinarios y para llevar a cabo misiones humanitarias. Además, no podrá usar los almacenes ubicados en el puerto y el aeródromo.
El acuerdo todavía no está formalizado y, en todo caso, ofrece posibilidades bien limitadas a la Fuerza Aérea y la Armada de Rusia, pero algunos analistas ya lo han catalogado como resultado concreto de la “diplomacia blanda” por parte de Moscú. Insinúan que Rusia está usando en sus relaciones con Chipre la llamada “fuerza blanda” para crear una plaza de armas en la isla. Boris Kalnoki escribe en el reputado diario alemán Die Welt que la situación tiene una clara impronta de “aventura arriesgada” entre Nicosia y Moscú.
Cabe señalar que durante todo el período postsoviético Rusia y Chipre tuvieron una relación de socios bastante estable a nivel diplomático, económico y técnico-militar.
En 1992, Chipre reconoció a Rusia como nación heredera de la Unión Soviética y, cuatro años más tarde, firmó con ella su primer acuerdo de cooperación técnico-militar. Rusia exportó a Chipre aviones de transporte y de asalto, vehículos blindados de infantería BMP-3, tanques T-80, misiles Grad y diversos sistemas de defensa antiaérea, incluido el famoso S-300.
Después de la guerra civil de 1974 entre las comunidades griega y turca de Chipre, parte de la isla queda ocupada por tropas de Turquía. Hay dos bases militares británicas: Akrotiri y Dhekelia. En el ámbito internacional, Moscú siempre respalda a Nicosia en su esfuerzo por desmilitarizar la isla y dar solución al llamado problema chipriota. Cuando la economía de Chipre resultó arrasada por la crisis europea, Rusia estuvo dispuesta a concederle a Nicosia un préstamo importante.
En este contexto, no es de extrañar que Moscú haya pedido al socio permitirle el uso de sus bases en caso de necesidad, sostiene el director del Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías, Ruslán Pújov:
—Lo más probable es que se trate de autorizar el aterrizaje de aviones de transporte de la Fuerza Aérea rusa en misione de ayuda humanitaria, por ejemplo. Claro está que esa clase de acuerdos no les gusta para nada a los enemigos de Rusia y los que se oponen a una mayor independencia de Chipre en su política exterior y de defensa. Como se sabe, Chipre es miembro de la Unión Europea, pero no de la OTAN. Sin embargo, los países de la UE tienen una política común y es bien posible que Bruselas presione a Chipre para evitar su cooperación con Rusia.
El analista militar Vladislav Shuriguin estima que el acuerdo entre Nicosia y Moscú sobre el puerto de Limassol y la base aérea Andreas Papandreou es un notable avance, pero todavía y únicamente en el terreno diplomático:
—Desde el punto de vista militar, este no es todavía un tratado que brinde a Rusia algo tan conveniente, como, por ejemplo, un aeródromo intermedio en Chipre. Simplemente, en este asunto hay un detalle que le preocupa mucho a la OTAN. Chipre no forma parte de la OTAN, y prácticamente tiene libertad para escoger aliados y darles preferencias. Pero su acercamiento con Rusia, aunque sea tan leve como este, es estresante para la OTAN. Y si en algún momento Rusia llega a tener una base en Chipre, el potencial militar de la OTAN en dicha región resultará gravemente deteriorado.
El experto agrega que el mayor problema de la fuerza naval rusa en el Mediterráneo es la falta de un adecuado apoyo aéreo.
En este sentido, Chipre es una opción excelente, una especie de portaaviones insumergible. Si la aviación rusa pudiera operar desde una base en el centro del Mediterráneo y en cualquier momento trasladar allí, rápidamente, varias decenas de aviones, la correlación de las fuerzas en la región cambiaría sustancialmente. Lo que obviamente pone nerviosa a la OTAN.
La creación de una verdadera base naval o aérea de Rusia en Chipre parece una opción poco probable y, en todo caso, de lejana perspectiva. Sobre todo, porque el actual presidente de Chipre, Nikos Anastasiadis, busca el ingreso de su país en la OTAN.
Sin embargo, los analistas occidentales sostienen que simplemente la posibilidad de reponer combustible y víveres en Chipre ampliaría notablemente el potencial operativo de la aviación y la fuerza naval de Rusia en la región.
¿Y por qué no?
nv/as/er
Nikita Sorokin
http://spanish.ruvr.ru/2014_01_15/Rusia-esta-desplazando-a-la-OTAN-del-Mediterraneo-3823/