La religiosidad tiene las más diversas manifestaciones. En nuestros tiempos después de cierto desencanto con los viejos monoteísmos, ha surgido una gama prolífica de cultos, algunos fanáticos con finales trágicos, algunos que coquetan con la ciencia ficción y algunos francamente cómicos. En Estados Unidos, entre parodia y devoción culinaria, se adora al tocino, en torno al cual se han formado no una sino varias Iglesias,como esta por ejemplo.
Como crítica a la religión, el pastafarianismo, que rinde culto al “monstruo de espagueti volador”, o la refinada religión del discordianismo, que adora a la Diosa del Caos y nombra a todos sus miembros Sumos Pontifices, inspirada en la canalización de un mono de las estrellas y que acaso sólo prohíbe comer salchichas calientes con mediasnoches de pan.
De manera un tanto más radical, el culto new age del Heaven’s Gate se suicidó colectivamente esperando el paso de una nave espacial-portal dimensional que supuestamente seguía al cometa Hale Bopp.
A esta lista de nuevas religiones que en realidad es practicamente innumerable, podemos añadir ahora la Iglesia del Meteorito, recientemente formada en la ciudad rusa de Chelyabinsk, el lugar donde el 15 de febrero del 2013 impactó un mereorito al amanecer, dejando una estela de fuego, destrozos y sugestiones apocalípticas.
Los miembros de esta nueva religión adoran la piedra espacial y consideran, según su fundador, que “contiene un conjunto de normas legales y morales que ayudarán a las personas a vivir una nueva etapa de desarrollo espiritual”.
Históricamente se ha asignado un gran valor y hasta prestigio espiritual a las piedras de meteoro. Los egipcios incluso incorporaron meteoritos como objetos de alta joyería, dándoles un significado de objetos de poder.
Estas piedras eran consideradas parte de un linaje ancestral de reyes que se remontaban a las estrellas. Actualmente las piedras lunares obtenidaspor las misiones
Apolo son consideradas tesoros nacionales y una persona que intenta vender o comprar una de estas piedras puede ser arrestada.
Esta fiebre meteórica incluso se verá representada en las Olimpiadas de Invierno en Rusia en el 2014 donde algunas medallas tendrán fragmentos de este legendario meteoro que ya ha subido a la categoría de dios pop.
En Rusia también en el año 1908 un objeto espacial impacto en Tunguska (el impacto más grande en la historia reciente del planeta). Este misterioso evento al parecer inspiró la historia detrás de la película Stalker, de Andrei Tarkovsky.
Una película situada en la llamada Zona, donde a partir del impacto de un aparente meteoro una serie de fenómenos inexplicables empezaron a suceder.
Entre una belleza alienígena, escepticismo y un primer contacto con otro orden de realidad un par de investigadores se internan en La Zona, guíados por Stalker, un guía de turistas converso a la fe mágica del lugar.
La naturaleza del mundo fenomenológico es puesta en duda en un magistral viaje cinematográfico que como pocas obras en la historia nos enfrenta con la pregunta fundamental de qué es la realidad y hasta dónde se puede separar de la creencia.
Así el meteorito y las fuerzas extrañas que libera, la psique humana y su búsqueda en el espejo del mundo… y este nuevo meteorito, este nuevo culto, este nuevo objeto que aparece del cosmos y vuelve a generar toda una serie de creencias metafísicas.
Se dice que Dios no juega a los dados, pero, ¿juega al billar con meteoritos?