La designación del arzobispo de Santiago (capital chilena), Ricardo Ezzati, como Cardenal, por parte del papa Francisco I, se enfrenta con duras protestas de las víctimas de abusos sexuales en el país andino.
A juicio de los denunciantes, la investidura de Ezzati, de 72 años de edad, como Cardenal es un hecho “lamentable”, ya que le acusan de tapar la pederastia de los sacerdotes de la iglesia católica chilena.
“Ezzati es una vergüenza para este país, Chile no se merece una cosa así”, declaró el domingo James Hamilton, un denunciante de abuso por parte del excura chileno, Fernando Karadima.
Hamilton agregó que lo más cuestionable es que aún siguen en marcha los hechos de pedofilia en la iglesia del país, pero están amparados, o bien cubiertos.
Según otra víctima de Karadima, Juan Carlos Cruz, esta designación es un impacto para Chile, ya que para él, Ezzati es “un Cardenal con un prontuario criminal”.
No obstante, el expárroco Karadima recibió una condena por un tribunal canónico y está alejado de sus actividades pastorales, pues los indignados aseguran que Monseñor Ezzati estaba al tanto de los escandalosos hechos y hacía caso omiso a las denuncias, unos comentarios rechazados firmemente por el nuevo Cardenal.
