Costa Rica celebra este domingo las elecciones generales bajo una gran polarización entre la derecha y la izquierda, aunque con un gran número de votantes indecisos que ronda el 30% , hecho que parece encaminar al país a una segunda vuelta.
El exalcalde capitalino Johnny Araya, del gobernante Partido Liberación Nacional (PLN, derecha), y el joven diputado José María Villalta, del Frente Amplio (FA, izquierda), libran una cerrada disputa en la que uno u otro aparecen arriba o en empate virtual.
Seguido de estos candidatos, en las encuestas aparecen el historiador Luis Guillermo Solís, del Partido Acción Ciudadana (PAC, centro) y el empresario Otto Guevara, del Movimiento Libertario (derecha).
El nuevo presidente llegará al poder el 8 de mayo de este año.
Si ninguno de los candidatos logra alcanzar, al menos, el 40% de los votos es muy probable que se produzca una segunda vuelta el 6 de abril.
Unos tres millones de costarricenses están llamados a elegir al relevo de la presidenta Laura Chinchilla y a renovar el Congreso -57 diputados-, para gobernar por cuatro años este pequeño país centroamericano de 4,3 millones de habitantes, reconocido por su arraigo democrático.
Hasta hace poco la política costarricense había estado dominada por los partidos de derechas, caracterizándose por una sociedad conservadora.
Sin embargo la izquierda se ha convertido en una gran amenaza para sus opositores, sobre todo para los partidos mayoritarios como PLN y PUSC .
Expertos afirman que está en juego la continuidad o cambio del modelo neoliberal aplicado durante los últimos 30 años por el PLN y el PUSC, que abrió la economía, pero deterioró los avances en salud y educación que destacaron al país
Nuevos retos
El próximo presidente deberá resolver los problemas de la asfixiada encomia, dominada por un déficit fiscal del 5,4% del Producto Interno Bruto (PIB), un seguro social -pilar del sistema democrático costarricense- en crisis y el colapso de obras de infraestructura, como las carreteras.
Destacada siempre como una sociedad igualitaria, Costa Rica, que en 20 años no ha podido bajar el nivel de pobreza del 20%, fue en 2012 el país latinoamericano que más creció en desigualdad, según el informe Estado de la Nación.
Si la diferencia entre los dos candidatos presidenciales que obtengan la mayoría de votos válidos no supera el 2% en el escrutinio electrónico, el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) procederá a realizar la revisión de boletas en forma manual, dijo el presidente del TSE, Antonio Sobrado.
En este caso, se extendería el tiempo con que cuenta el Tribunal para declarar al nuevo presidente de la República, o bien, anunciar la ampliación del proceso a una segunda ronda.
Sobrado aclaró, además, que el sistema de visualización de resultados estará activo hasta el mediodía del lunes.La transmisión de datos se iniciará a las 6 p. m. de este domingo. Sin embargo, el primer corte se dará a conocer a las 8 p. m., después de una declaratoria de Sobrado
Abstención va "ganando"
San José. Los trece candidatos a las elecciones presidenciales del domingo en Costa Rica tratan, con las limitaciones legales vigentes desde hoy, de conquistar a los indecisos, que según los sondeos suponen un tercio del electorado.
Según el Código Electoral, desde este jueves los candidatos no pueden realizar actos públicos ni pagar espacios en los medios de comunicación y tampoco se pueden divulgar encuestas.
Sin embargo, pueden hacer proselitismo siempre y cuando no haya concentraciones masivas ni se obstaculice el tráfico.
La mayoría de los candidatos se dedica a visitar comunidades alejadas de la capital, a atender a los medios de comunicación y a reunirse con miembros de sus partidos y con personalidades que les han dado su apoyo.
Los últimos sondeos, publicados el miércoles, indican que ninguno de los candidatos se acerca al 40 % de los votos necesarios para ganar en primera vuelta y que será necesaria una segunda.