Pablo Gonzalez

Bergoglio intenta reformar a los Legionarios que protegió Juan Pablo II


La controvertida congregación ultraconservadora Legionarios de Cristo, blanco de un escándalo mundial por el comportamiento de su fallecido fundador, el mexicano Marcial Maciel, condenado por abusos sexuales a menores, se reúne a partir del miércoles en Roma para decidir su futuro.

 En total, 61 responsables de la congregación presente en 22 países, sobre todo en América Latina, y que cuentan con 900 sacerdotes, 945 seminaristas, unos 70.000 miembros laicos y gestiona 12 universidades, deberán renovar su constitución tras los escándalos de pedofilia que desde hace años azotan a la entidad. "Se trata de unos de los primeros retos que el papa argentino Francisco deberá encarar", reconocieron esta semana expertos del Vaticano.

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). A las 18:30 de este miércoles 08/01 comenzará el Capítulo (clave para los Legionarios de Cristo) con una Misa presidida por el cardenal Velasio de Paolis, que supervisa la Legión desde julio de 2010, en la sede central de la congregación de los Legionarios de Cristo en Roma.

 El jueves 9 de enero tendrá lugar la primera reunión del Capítulo General. La primera fase durará unos 20 días y se dedicará al trabajo técnico de la revisión del texto constitucional.

Después, se procederá a elegir un nuevo gobierno.

Los Legionarios de Cristo han abierto una página web en varios idiomas con toda la información sobre el Capítulo General Extraordinario. La orden de los Legionarios de Cristo nació en México el 3 de enero de 1941 y, actualmente, cuenta con unos 2.800 miembros, presentes en 22 países.

Benedicto XVI nombró en 2010 al arzobispo Velasio De Paolis delegado pontificio para la Congregación de los Legionarios de Cristo para que liderara la reforma de la congregación, que un año antes había sido sometida a una inspección vaticana a raíz de los escándalos relacionados con su fundador, el padre Marcial Maciel (1920-2008). El Capítulo fue convocado en octubre por De Paolis, tal y como estaba previsto.

El papa Francisco envió en junio de 2013 una carta a De Paolis en la que le confirmaba que su mandato terminaría a principios de 2014 con la celebración del Capítulo Extraordinario. En la misiva, el Pontífice señalaba que había estudiado "con atención" los informes que éste le había enviado, así como el material relativo a la visita apostólica a la que se sometió la congregación entre 2009 y 2010.

Según informó en aquel momento la congregación de origen mexicano, Francisco subrayaba que la elección de nuevo gobierno y la aprobación de nuevas Constituciones son "pasos imprescindibles para el camino de una renovación auténtica y profunda de la Congregación". En este sentido, instaba a que una vez esté aprobado el nuevo gobierno y las nuevas constituciones, le sean remitidas para "el correspondiente examen".

Además, Jorge Bergoglio transmitía a De Paolis su "vivo reconocimiento por la entrega con que se prodiga" a la "delicada encomienda" y se dirigía también a los miembros de los Legionarios, a los consagrados del Movimiento Regnum Christi y a los laicos comprometidos con él, para asegurarles su oración y para enviarles "una especial Bendición Apostólica".

Finalmente, en la carta, con fecha de 19/06/2013, el Papa rogaba al cardenal que le mantuviera informado sobre el proceso de preparación del Capítulo para el cual invocaba la asistencia del Espíritu Santo "para que inspire en todos los religiosos una completa dedicación a la tarea del discernimiento sobre su propia vocación en la Iglesia y en el mundo".

La historia

Marcial Maciel, quien hasta casi su muerte, en 2008 a los 87 años, dirigió con mano de hierro a los Legionarios de Cristo, congregación que había fundado en 1941 en México, fue condenado por abusos sexuales a menores y mantuvo una doble vida con 2 mujeres y varios hijos.

Los delegados, elegidos por ellos mismos, entre ellos 20 mexicanos y 17 españoles, deberán examinar la situación interna después de que Maciel fuera relegado al silencio en 2006 por pedofilia y tildado como un "falso profeta" por el mismo papa emérito Benedicto XVI, quien condenó la vida "sin escrúpulos y sin verdadero sentimiento religioso" que llevó el mexicano.

La desacreditada congregación, que durante los largos años del pontificado de Juan Pablo II era considerada un ejemplo de virtud, obteniendo una notable influencia, tenía que realizar en los últimos siete años una profunda reforma interna como respuesta a las atrocidades cometidas por su fundador y varios colaboradores.

Los delegados, convocados en Roma, entre ellos varios representantes de la rama laica Regnum Christi, deberán aprobar nuevos estatutos y sobre todo nuevas directivas.

En una carta enviada en junio pasado, el papa Francisco instó a la congregación a realizar una "renovación auténtica y profunda", y consideró "pasos imprescindibles" elegir un nuevo gobierno y aprobar una nueva Constitución.

El sumo pontífice de los católicos apostólicos romanos anunció, además, que todas las decisiones que serán tomadas en esa reunión serán examinadas por él mismo para su aprobación tras haber sido permanentemente informado sobre el proceso de la misma.

En octubre de 2012, el cardenal italiano Velasio de Paolis, delegado por el exPapa alemán para reformar la congregación, quien ordenó algunos cambios en la cúpula de la organización, estimó que las reuniones deberán concluirse en febrero con la total renovación de la entidad.

De Paolis invitó a los legionarios a "fundar de nuevo" el movimiento tras "el largo camino de renovación espiritual" atravesado, escribió.

Además de sacerdotes, asistirán representantes de varios países elegidos por los mismos legionarios.

Una de las figuras más importantes y criticadas de la congregación, el sacerdote mexicano Alvaro Corcuera, sucesor de Maciel, quien se retiró "temporalmente" del cargo de director general de los legionarios en 2012 por motivos de salud, deberá asistir a las reuniones en que se juega el futuro de los legionarios.

Además de Corcuera, quien se sabe que está muy enfermo, asistirán también otros jerarcas de la organización.

Durante casi 1 mes, los legionarios intentarán cerrar la era de Maciel e iniciar una nueva etapa, lo que resulta difícil para las víctimas y algunos observadores.

Para Félix Alarcón, de 80 años, 1 de los 8 sacerdotes de la Legión que denunció a fines de la década de los 80 ante el papa Juan Pablo II los abusos de Maciel, contó en una entrevista a la página de internet Religión Digital cómo vivió "ese calvario" de abusos sexuales y psicológicos, y hasta reveló la fórmula de la droga a la que el líder de los legionarios era adicto.

Para Alarcón, "la legión, tal como la entendíamos, debería ser eliminada", dijo, tras confesar que le cuesta "reconciliarse" con ese pasado y que espera que el papa Francisco "arregle eso".

Para muchos católicos es necesario un pedido público de perdón por parte de la congregación, con el que se rompa para siempre con el silencio y se castigue a los culpables y a los cómplices de manera que no se repita una historia tan vergonzosa para la Iglesia católica.

La Legión fue considerada otrora como un modelo por el Vaticano, que desvió la mirada ante las tropelías del reverendo Marciel Maciel mientras la orden fue una de las congregaciones de más rápido crecimiento en la Iglesia católica y atrajo millones en donaciones. 

Tras tres años de reformas impuestas por el Vaticano, sigue habiendo interrogantes sobre cómo puede existir la Legión cuando su fundador era un fraude y su misión fundamental sigue siendo incierta.

La Legión espera que tras el encuentro de un mes, el papa Francisco apruebe una nueva constitución que explique la misión, jerarquía y normas de la orden y permita a la Legión continuar sin más supervisión vaticana. 

Los supriores de la Legión y 42 sacerdotes elegidos como representantes —incluyendo muchos allegados a Maciel— terminarán de elaborar la constitución y elegirán entonces una nueva conducción.

Empero, varios ex sacerdotes de la Legión han pedido al pontífice que no se deje engañar por la "supuesta reforma" de la orden, indicando que el proceso de rehabilitación ignora su disfunción fundamental: duplicidad financiera, falta de una auténtica identidad religiosa y el continuado encubrimiento de las personas que facilitaron los crímenes del fundador.

Related Posts

Subscribe Our Newsletter