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Marchas en Bogotá por destitución de Petro


El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, dijo este lunes que con de su destitución de su mandato que ordenó la Procuraduría General de la Nación este lunes, se busca poner en el cargo a Francisco Santos.

“Allá son conscientes de lo que hicieron, allá para que Uribe pudiera subrayar su amistad con pacho santos”, subrayó Petro.

En ese sentido, el burgomaestre dijo que “entonces armaron la trapisonda, destituyamos a Petro que nada pasa y ponemos a ‘Pacho’ Santos en la Alcaldía”.

Y agregó: “Ay Uribe, como si se pudiera burlar al pueblo”.

El burgomaestre también dijo que aquí (en la Plaza de Bolívar) comienza un movimiento popular, esta tiene que ser el comienzo de muchas en todos los pueblos de Colombia”.

El alcalde de Bogotá también dijo que “mientras en la Procuraduría está el vacío lóbrego de los pasillos de la Procuraduría, mientras solo se pueden defender a punta de fusiles, aquí estamos nosotros sin una sola arma, rodeados del pueblo.

Esa es la diferencia”.

"Lo que buscan aquí es una trampa para impedir la paz de Colombia"


“¡El alcalde mayor de Bogotá soy yo!”, exclamó Gustavo Petro en medio de su discurso frente a miles de personas en la Plaza de Bolívar que rechazan su destitución por parte de la Procuraduría, haciendo referencia a que aún ante miles de adversarios logró llegar a dicho puesto. Mientras transcurría su pronunciamiento Petro señaló que "como jefe constitucional de Policía” ordenaba dejar pasar a la Plaza “a la gente que quiere aquí la paz".



De la misma forma Gustavo Petro recordó el asesinato de varios líderes políticos, señalando que “no habían pasado cuatro meses de nuestra firma de acuerdo de paz y asesinaban al hombre joven que nos representaba: Pizarro", mientras rememoraba que "este poder machista y sectario ordenó el genocidio de la Unión Patriótica", a su vez manifestó el orgullo que sentía la tener a su lado a personajes como Aida Avella.

De la misma forma indicó que "a Gaitán lo destituyeron y luego lo asesinaron", recordando a dicho líder político y llamando a luchar en contra de los “fascistas que gobernaron a Colombia y nos sometieron a la guerra”.

El burgomaestre se refirió al proceso de paz, además, indicando que lo que busca el procurador general Alejandro Ordoñez es enviar un “mensaje de guerra” y añadió “que lo sepan en La Habana el mensaje que quiere dar el Procurador (…)

Lo que quiere eliminando la Bogotá Humana es lanzar un mensaje de guerra (…) Los que estamos hoy aquí somos los hombres que nos levantamos en armas y que no nos dejamos arrodillar”.

Mientras hacía un vehemente pronunciamiento señalando que "aquí debe iniciar una revolución democrática y pacífica", llamó a las Farc a seguir en la búsqueda de la paz, "nosotros les decimos a los guerrilleros que ni se les ocurra bajar la bandera de la paz.

Petro, confió en que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dicte medidas cautelares que le permitan recuperar su cargo e hizo un llamado a la movilización ciudadana para contrarrestar lo que llamó "un golpe de estado" que atenta contra el proceso de paz.

En una entrevista con Efe, el alcalde remarcó que su destitución lleva un mensaje escondido al Gobierno y las Farc, que negocian la paz en La Habana, y también a la juventud colombiana, a los que se les está advirtiendo de que "no es posible cambiar Colombia por la vía pacífica"



La paradoja de Petro

El destituido alcalde de Bogotá desafió con éxito a viejas castas políticas de la costa, a dirigentes vinculados con paramilitares y a altos funcionarios del Estado.

Pero acaba de perder contra un funcionario al cual, paradójicamente, había apoyado.

Son bien conocidas las historias según las cuales, desde su infancia, en el cundinamarqués municipio de Zipaquirá, se enroló en las filas de inconformes liderados, en aquel entonces, por el movimiento guerrillero M-19, para incitar a la movilización de masas en contra de los gobiernos que sucedieron al Frente Nacional.

En dicho escenario se formó como líder, mientras adelantaba estudios de secundaria y pregrado (fue alumno estrella de economía en la Universidad Externado de Colombia) y quedaron en evidencia tanto su elevado coeficiente intelectual, como la facilidad que tiene para cautivar con sus discursos.

Proveniente de una familia acomodada de Sucre, incluso con ancestros laureanistas, el brillante estudiante estuvo diez años en el movimiento armado, fue torturado durante el gobierno de Julio César Turbay y estaba preso cuando tuvo lugar el holocausto del Palacio de Justicia, en el que murió una pléyade de juristas del país, muchos de ellos externadistas, como consecuencia de una incursión armada por parte de una célula del M-19 y la consecuente contraofensiva de las Fuerzas Armadas del Estado.

Esos momentos de horror dejaron heridas tan profundas en el país que aún no han sanado y por cuenta de las cuales algunos sectores de derecha fustigan de cuando en cuando a Petro en razón de su pertenencia al grupo que perpetró el ataque, así él no haya participado de dichos actos.

Después de la desmovilización del M-19, como consecuencia de los acuerdos de paz con el gobierno de César Gaviria, Petro dio el salto a la política y se convirtió, rápidamente en un auténtico fenómeno electoral.

En su primera candidatura al Concejo obtuvo 780 votos y en 2011 llegó a la Alcaldía de Bogotá con más de 700 mil, convirtiéndose en el primer miembro de un grupo desmovilizado que accedía al segundo cargo de elección más importante del país.

Pero antes fue el representante a la Cámara y el senador más votado y convirtió el Congreso en el auténtico escenario de denuncia contra las mafias paramilitares que cooptaron a distintos grupos políticos.

Su contundente discurso puso en evidencia, por ejemplo, los vínculos del exsenador Álvaro García con el grupo paramilitar de Rodrigo Mercado Peluffo, alias Cadena, que el 14 de octubre de 2000 desplazó a 200 familias y masacró a garrote a 15 campesinos en el corregimiento de Macayepo, en El Carmen de Bolívar.

Por la gravedad de las denuncias que comprometían a uno de sus compañeros del Congreso y por el tono conmovedor de los familiares de las víctimas, el debate alcanzó resonancia internacional y puso sobre el tapete una práctica que resultó recurrente por parte de los paramilitares.

Muriel Benito Revollo, excongresista de la República, que a la postre resultó condenada también por vínculos con los paramilitares, fue otra de las destinatarias de las denuncias que Petro hacía sobre el paramilitarismo y que incluso se extendieron en 2006 a Santiago Uribe, hermano del entonces presidente Álvaro Uribe.

Petro también casó peleas con el exfiscal Luis Camilo Osorio (por la infiltración paramilitar en esa entidad), con el exalcalde de Bogotá Samuel Moreno (por las denuncias de Petro sobre la existencia de un cartel de funcionarios que se lucraba con los contratos de la ciudad) y hasta con el Polo Democrático, partido que llegó a considerar la posibilidad de expulsar a Petro de sus filas por votar a favor de la elección de Alejandro Ordóñez como procurador general, en 2008.

Curiosamente, el apoyo de Petro ayudó, de manera efectiva, a que Ordóñez accediera al cargo desde el cual lo acaba de destituir e inhabilitar por 15 años.

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