El alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, confió en que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dicte medidas cautelares que le permitan recuperar su cargo e hizo un llamado a la movilización ciudadana para contrarrestar lo que llamó "un golpe de estado" que atenta contra la paz en Colombia.
El procurador general, Alejandro Ordóñez, destituyó e inhabilitó por quince años a Petro para ejercer cargo público alguno por su supuesta mala gestión en una crisis de basuras, al determinar que asignó "la prestación del servicio de aseo a dos entidades sin ninguna experiencia, conocimiento y capacidad".
Tras conocerse la decisión, el alcalde ofreció una entrevista a Efe en la que remarcó que su destitución lleva un mensaje escondido para los negociadores del Gobierno y las FARC en La Habana, y también para la juventud, en el que el procurador les advierte de que "no es posible cambiar Colombia por la vía pacífica".
"Lo que está sucediendo en Bogotá es el desarrollo de un golpe de estado. Un funcionario administrativo no puede destituir a un servidor publico que ha sido electo, cuya legitimidad viene del voto popular", afirmó Petro, un ex guerrillero del M-19 que entró en la vida política cuando ese grupo firmó la paz en 1990, y quien apeló a la solidaridad internacional.
Petro llegó a la Alcaldía en 2012 como líder del Movimiento Progresistas y hoy dejó claro que "el pacto de San José de Costa Rica (Convención Americana sobre los Derechos Humanos) sólo le atribuye este tipo de competencias al poder judicial".
Por esa razón, ha pedido medidas cautelares a la CIDH por considerar que sus "derechos políticos han sido violentados" y porque se trata de una inhabilitación que se le "levantará cuando ya esté muerto".
Asimismo lanzó duras críticas contra el procurador, de quien dijo es "un fascista. Viene en una campaña de eliminación de derechos de las minorías que tienen opciones sexuales diferentes, derechos de la mujer, derechos de la gente que piensa diferente a él, de los demócratas".
Petro argumentó que se trata de un funcionario contrario a "la gente de paz", para manifestar que "su última acción ha sido boicotear el proceso de paz, que es lo más anhelado del pueblo colombiano".
La decisión "envía un mensaje hacia La Habana, hacia América Latina, porque quieren demostrar desde la extrema derecha que no es posible el acceso pacífico al poder".
"Pero estoy convencido, agregó, que este pueblo que llena la plaza, la solidaridad internacional y la justicia nacional y convencional nos va a ayudar a resarcir este entuerto, este golpe de estado".
El burgomaestre, que durante sus años como senador desveló grandes vínculos de políticos con paramilitares, insistió en que lo fundamental ahora es "detener las decisiones del procurador para que se fortalezca en la juventud la idea de la paz, no la idea de la violencia".
Asimismo denunció que Ordóñez representa a "una elite muy atrasada, feudal, propietaria de la tierra, muy vinculada al narcotráfico, que quiere que la paz no sea posible, porque esa paz les quitaría poder, privilegios, la riqueza que han acumulado de manera fraudulenta", por eso, insistió, "están tratando de sabotear la paz".
El alcalde hizo así un llamado a la movilización ciudadana: "nosotros no podemos caer en esa trampa, nuestra respuesta no puede ser violenta, nuestra respuesta tiene que ser con la justicia, con la solidaridad latinoamericana y con las multitudes en las calles".
Preguntado sobre cómo puede garantizar que las manifestaciones sean pacíficas, reconoció que "los sectores más pobres de Bogotá, los trabajadores, a quienes ha vulnerado el procurador, las víctimas de la violencia, están respondiendo, saliendo a la calle y tienen rabia".
"Nuestro deber es que esa rabia no se convierta en violencia", afirmó desde un despacho habilitado junto a la sala donde se celebró hoy un gabinete de crisis mientras los bogotanos empezaban a invadir la céntrica Plaza de Bolívar para apoyar a su alcalde.
El objetivo de Petro es "transmitir un mensaje de paz, pero también de firmeza".
También reconoció que hay presión de las fuerzas de seguridad, que desde primera hora de la tarde de este lunes comenzaron a tomar el centro de la capital, y en ese sentido dijo "esto es un golpe de estado y hay que verlo así".
Sobre las posibilidades que tiene para recuperar la Alcaldía, puntualizó que las otras opciones son la tutela (recurso popular) o acudir a la Corte Constitucional en Colombia, pero en ambos casos, señaló, juega en su contra la "polarización política" en medio de la campaña a las elecciones de 2014.
"Estoy convencido que la Carta Democrática de la OEA (Organización de Estados Americanos) nos ofrece instrumentos para proteger la democracia", insistió, al expresar su confianza en que la solidaridad internacional y la presión popular le ayudarán a recuperar su cargo, el que podrá sostener todavía durante un mes.
Y de otorgarle la CIDH las medidas cautelares solicitadas, explicó, el propio jefe del Estado, es decir, el presidente Juan Manuel Santos, estará obligado a garantizar que se cumplan.
"Espero que esto sea una lucha que termine fortaleciendo la paz y la democracia", concluyó, antes de confesar que pese a todo "en Colombia todavía es posible la paz aunque hayan hecho creer que las guerras son infinitas".
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EFE
El procurador general, Alejandro Ordóñez, destituyó e inhabilitó por quince años a Petro para ejercer cargo público alguno por su supuesta mala gestión en una crisis de basuras, al determinar que asignó "la prestación del servicio de aseo a dos entidades sin ninguna experiencia, conocimiento y capacidad".
Tras conocerse la decisión, el alcalde ofreció una entrevista a Efe en la que remarcó que su destitución lleva un mensaje escondido para los negociadores del Gobierno y las FARC en La Habana, y también para la juventud, en el que el procurador les advierte de que "no es posible cambiar Colombia por la vía pacífica".
"Lo que está sucediendo en Bogotá es el desarrollo de un golpe de estado. Un funcionario administrativo no puede destituir a un servidor publico que ha sido electo, cuya legitimidad viene del voto popular", afirmó Petro, un ex guerrillero del M-19 que entró en la vida política cuando ese grupo firmó la paz en 1990, y quien apeló a la solidaridad internacional.
Petro llegó a la Alcaldía en 2012 como líder del Movimiento Progresistas y hoy dejó claro que "el pacto de San José de Costa Rica (Convención Americana sobre los Derechos Humanos) sólo le atribuye este tipo de competencias al poder judicial".
Por esa razón, ha pedido medidas cautelares a la CIDH por considerar que sus "derechos políticos han sido violentados" y porque se trata de una inhabilitación que se le "levantará cuando ya esté muerto".
Asimismo lanzó duras críticas contra el procurador, de quien dijo es "un fascista. Viene en una campaña de eliminación de derechos de las minorías que tienen opciones sexuales diferentes, derechos de la mujer, derechos de la gente que piensa diferente a él, de los demócratas".
Petro argumentó que se trata de un funcionario contrario a "la gente de paz", para manifestar que "su última acción ha sido boicotear el proceso de paz, que es lo más anhelado del pueblo colombiano".
La decisión "envía un mensaje hacia La Habana, hacia América Latina, porque quieren demostrar desde la extrema derecha que no es posible el acceso pacífico al poder".
"Pero estoy convencido, agregó, que este pueblo que llena la plaza, la solidaridad internacional y la justicia nacional y convencional nos va a ayudar a resarcir este entuerto, este golpe de estado".
El burgomaestre, que durante sus años como senador desveló grandes vínculos de políticos con paramilitares, insistió en que lo fundamental ahora es "detener las decisiones del procurador para que se fortalezca en la juventud la idea de la paz, no la idea de la violencia".
Asimismo denunció que Ordóñez representa a "una elite muy atrasada, feudal, propietaria de la tierra, muy vinculada al narcotráfico, que quiere que la paz no sea posible, porque esa paz les quitaría poder, privilegios, la riqueza que han acumulado de manera fraudulenta", por eso, insistió, "están tratando de sabotear la paz".
El alcalde hizo así un llamado a la movilización ciudadana: "nosotros no podemos caer en esa trampa, nuestra respuesta no puede ser violenta, nuestra respuesta tiene que ser con la justicia, con la solidaridad latinoamericana y con las multitudes en las calles".
Preguntado sobre cómo puede garantizar que las manifestaciones sean pacíficas, reconoció que "los sectores más pobres de Bogotá, los trabajadores, a quienes ha vulnerado el procurador, las víctimas de la violencia, están respondiendo, saliendo a la calle y tienen rabia".
"Nuestro deber es que esa rabia no se convierta en violencia", afirmó desde un despacho habilitado junto a la sala donde se celebró hoy un gabinete de crisis mientras los bogotanos empezaban a invadir la céntrica Plaza de Bolívar para apoyar a su alcalde.
El objetivo de Petro es "transmitir un mensaje de paz, pero también de firmeza".
También reconoció que hay presión de las fuerzas de seguridad, que desde primera hora de la tarde de este lunes comenzaron a tomar el centro de la capital, y en ese sentido dijo "esto es un golpe de estado y hay que verlo así".
Sobre las posibilidades que tiene para recuperar la Alcaldía, puntualizó que las otras opciones son la tutela (recurso popular) o acudir a la Corte Constitucional en Colombia, pero en ambos casos, señaló, juega en su contra la "polarización política" en medio de la campaña a las elecciones de 2014.
"Estoy convencido que la Carta Democrática de la OEA (Organización de Estados Americanos) nos ofrece instrumentos para proteger la democracia", insistió, al expresar su confianza en que la solidaridad internacional y la presión popular le ayudarán a recuperar su cargo, el que podrá sostener todavía durante un mes.
Y de otorgarle la CIDH las medidas cautelares solicitadas, explicó, el propio jefe del Estado, es decir, el presidente Juan Manuel Santos, estará obligado a garantizar que se cumplan.
"Espero que esto sea una lucha que termine fortaleciendo la paz y la democracia", concluyó, antes de confesar que pese a todo "en Colombia todavía es posible la paz aunque hayan hecho creer que las guerras son infinitas".
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EFE