Pablo Gonzalez

El síndrome #Sofía

 
Las réplicas de Sofia siguen sacudiendo este tuquito de tercer mundo un día después del cataclismo. Ella dijo "yo no quiero vivir en Costa Rica" generando el mismo efecto divisorio del "sí" y del "no".

En lo personal creo que "Sofía" es un recurso literario, pero no deja de ser un "síndrome" que reportan los que se van al primer mundo por una importante temporada. 
 
Recuerdo a una amiga que fue a Holanda por sólo dos meses y cuando volvió somatizó todo lo que no dijo en ansiedad y diarrea y a otro que dejó el alma en el primer mundo y sólo se devolvió en cuerpo; parecía enclaustrado en el jet lag y cuando hablaba era casi con depresiva nostalgia de lo que no se pudo traer. Ambos "se curaron" en pocas semanas.

Sofía cayó remal porque habló desde la foraneidad (¿esa palabra existe?), algo que los ticos no aceptamos. 
 
Quien no es de aquí sólo puede hablar maravillas del trópico.
 
 Cuando le preguntamos a un extranjero qué piensa del país es para recibir insumos narcisísticos, cualquier asomo de crítica se recibe como flema en el rostro. 
 
Nosotros y sólo nosotros podemos criticar.

Pero al igual que Antonio, el personaje de la película El Regreso -cuya novia también se llama Sofía-, esta tica tiene sus inconsistencias.

Considerando que tiene 25 años e hizo el grado y posgrado en "prestigiosas universidades" de "varios países" se puede inferir que se marchó alrededor del 2005 y, salvo que no visitara el país ni una sola vez en ese lapso (de ahí tanto choque de retorno), en 8 años la principal diferencia es que cerraron la circunvalación y Nicaragua invadió Calero. 
 
Todo lo demás sigue tal como lo dejó.

Según el artículo es una persona adinerada (pagó altas sumas por su formación en el extranjero, no fue becada) pero volvió y debe convalidar el título (no sabemos en qué carrera) pero está desanimada porque los salarios públicos y privados son "risibles" y quiere andar en bus a cualquier hora de la noche (no le gusta manejar).

Alguien me enseñó que "nadie se queja por lo que se queja" y en el caso de Sofy -sigo especulando- creo que no encontró trabajo, posiblemente porque estudió lo mismo que estudiamos los que no nos fuimos o se tituló en una carrera que no tiene espacio en el tercer mundo por suigéneris (maestría en Ciencias del Desierto, Doctorado en Poesía Francesa del Siglo XVI, Sociolingüística del Arameo) o por avanzado (Física Nuclear o Nanotecnología).

Lo de la inseguridad tiene razón aunque también es raro: las personas con los medios económicos de Sofía viven en los "archipiélagos urbanos" con altos estándares de seguridad privada, que integran la vivienda, oficina y lugares de diversión en un confortable mismo lugar.
 
 No entiendo qué quiere ir a hacer al Parque de La Paz o al Barrio Chino con la laptop.

En síntesis, como personaje, Sofy me pareció contradictorio, pero en caso de ser real le digo que si puede váyase. 
 
Le va a hacer bueno.

Tiene razón en que hay países más seguros donde pueden apreciar su titulación.
 
 Los que no nos podemos ir acompañaremos cada crítica con una propuesta de solución y quizás, en 10 ó 20 años, podamos construir el país que satisfaga sus expectativas y usted nos pueda dar las gracias, ya que lo va a disfrutar sin aportar su granito de arena.

En Ticoblogger:

Sofía, pobre niña rica - CarepichaBlog

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