En este fragmento el camarada Hoxha se refiere a la teoría maoísta-revisionista de los tres mundos..., que de hecho resulta en una negación de la dialéctica materialista científica pues asume que el llamado "tercer mundo" no es parte del bloque capitalista.
Les dejo esta definición hecha del Capitalismo Periférico desde este espacio que será de utilidad para comprenderlo:
"(…) A diferencia de la lógica capitalista y revisionista que divide a los países en tres mundos, el marxismo-leninismo, el socialismo científico, lo divide en dos realidades dialécticas concretas a saber: países capitalistas por un lado (tesis) y países socialistas por el otro (antítesis).
"(…) A diferencia de la lógica capitalista y revisionista que divide a los países en tres mundos, el marxismo-leninismo, el socialismo científico, lo divide en dos realidades dialécticas concretas a saber: países capitalistas por un lado (tesis) y países socialistas por el otro (antítesis).
En ese sentido, dentro la dialéctica materialista no cabe hablar de tercer mundo –es revisionismo- pues este es un apéndice dentro de la cadena productiva capitalista, de hecho el primer eslabón debido a estar dedicados a la producción de materias primas; este elemento ha evolucionado con la globalización y ahora también ocurre a expensa de la demanda de mano de obra barata (esclava).
Por sus características económico-políticas, el capitalismo periférico se encuentra en un grado de desarrollo muy inferior a lo que podríamos considerar el 'paradigma capitalista', muchas veces incluso con muchos rasgos de un régimen feudal y economías precapitalistas (…)
En esencia, el capitalismo periférico se da a instancias de dependencia o imposición –cultural, militar, imperial, colonia, económica, etc.- en determinadas regiones geográficas; haya su inmediata explicación en el principio burgués de la división internacional del trabajo (…)"
El documento:
Extracto de NG
"(...) Aceptar la noción de «tercer mundo», tal como es preconizada por los dirigentes chinos, significa trabajar por crear una opinión que sirva para defender los organismos estatales que necesita la burguesía para reprimir a la clase obrera y a las masas populares.
El documento:
Extracto de NG
"(...) Aceptar la noción de «tercer mundo», tal como es preconizada por los dirigentes chinos, significa trabajar por crear una opinión que sirva para defender los organismos estatales que necesita la burguesía para reprimir a la clase obrera y a las masas populares.
La tesis de la atenuación de la lucha de clases, como comentaba en su época Lenin cuando atacaba a los revisionistas, legaliza y afirma la opresión, es una tesis alejada del marxismo como es obvio.
Buscar la unidad en el interior del «tercer mundo», de hecho significa buscar la unidad de la clase oprimida con la clase opresora, es decir, hacer esfuerzos por atenuar los antagonismos entre las masas trabajadoras y la burguesía, entre el pueblo y los opresores extranjeros.
Estas prédicas de los revisionistas chinos están en oposición a los intereses de la liberación nacional y social de los pueblos, a sus aspiraciones de libertad, independencia y justicia social.
La mayoría de los Estados, que supuestamente forman el «tercer mundo» o el «mundo no alineado», dependen del capital financiero extranjero, que es tan fuerte, tan vasto, que ejerce un peso decisivo en toda la vida de los mismos.
La mayoría de los Estados, que supuestamente forman el «tercer mundo» o el «mundo no alineado», dependen del capital financiero extranjero, que es tan fuerte, tan vasto, que ejerce un peso decisivo en toda la vida de los mismos.
Estos Estados no gozan de una independencia plena, por el contrario, dependen de ese gran capital financiero que es quien hace una política y difunde una ideología que justifica la explotación de los pueblos.
La burguesía y el imperialismo hacen grandes esfuerzos por ocultar esta realidad y, cuando son desenmascarados, inventan toda suerte de «teorías» en contra de la independencia y la soberanía de los Estados.
La burguesía y el imperialismo hacen grandes esfuerzos por ocultar esta realidad y, cuando son desenmascarados, inventan toda suerte de «teorías» en contra de la independencia y la soberanía de los Estados.
Los teóricos burgueses y revisionistas, con el fin de sofocar las aspiraciones de los pueblos a la libertad, la independencia y la soberanía, califican estas aspiraciones de «anacrónicas», dándoles diversas interpretaciones metafísicas y contraponiéndoles la consigna de la «interdependencia mundial»; que supuestamente expresaría hoy día las tendencias de la actual evolución de la sociedad humana, o si eso no basta, se expresan mediante la consigna de la «soberanía limitada» que pretendidamente expresa los intereses supremos de la llamada «comunidad socialista», etc.
La realidad burgués-revisionista marcada por la violación de la libertad, la independencia y la soberanía de las naciones y los Estados, en todas sus formas y en todos los dominios, demuestra la putrefacción del sistema capitalista.
La realidad burgués-revisionista marcada por la violación de la libertad, la independencia y la soberanía de las naciones y los Estados, en todas sus formas y en todos los dominios, demuestra la putrefacción del sistema capitalista.
Vivimos en una época en que la burguesía, como clase dominante, está perdiendo terreno, mientras que el proletariado mundial se ha convertido en una fuerza colosal y está empeñado en una lucha ininterrumpida y a ultranza para sacudirse el yugo de la clase que le explota.
La burguesía, bajo los golpes de los pueblos y de la lucha de clases del proletariado, se ha visto obligada a renunciar de jure al colonialismo y a reconocer formalmente la libertad, la independencia y la soberanía a muchos países que, durante un largo tiempo, había mantenido ocupados y explotados de manera salvaje.
Pero la libertad, la independencia y la soberanía, reconocidas jurídicamente por los Estados capitalistas a sus antiguas colonias, hoy en muchos países se han quedado en el papel, porque siguen dominados bajo nuevas formas por los capitalistas y los imperialistas.
Pero la libertad, la independencia y la soberanía, reconocidas jurídicamente por los Estados capitalistas a sus antiguas colonias, hoy en muchos países se han quedado en el papel, porque siguen dominados bajo nuevas formas por los capitalistas y los imperialistas.
Para prolongar su dominación en las ex colonias, estas fuerzas regresivas de nuestra época practican en grandes proporciones los complots y las intrigas, para lo cual encuentran aún un terreno abonado en estos países, dichas tácticas las aplican a fin de dividir y dominar a los pueblos, aprovechando su atraso económico, político e ideológico y la falta de organización de las fuerzas revolucionarias.
Al tratar este problema no debe pensarse que, dado que los países ex coloniales aún no han obtenido una independencia y soberanía completas, su lucha ha sido infructuosa.
Al tratar este problema no debe pensarse que, dado que los países ex coloniales aún no han obtenido una independencia y soberanía completas, su lucha ha sido infructuosa.
De ninguna manera. La lucha de los pueblos por emancipar sus pequeños países del dictado y la tutela de los grandes, del imperialismo y el socialimperialismo, no debe ser subestimada.
Por el contrario, el Partido del Trabajo de Albania y el Estado albanés han apoyado y apoyarán sin reservas esta justa lucha revolucionaria y de liberación, considerándola como una victoria de los pueblos que contribuye a reforzar la independencia política, a liberarse de la dominación colonial y neocolonial.
Pero estamos en contra de los teóricos revisionistas que predican que ahora, toda lucha revolucionaria debe ser reducida a la lucha por la independencia nacional, por conquistarla y defenderla frente a la agresión de las potencias imperialistas, negando la lucha por la liberación social.
Pero estamos en contra de los teóricos revisionistas que predican que ahora, toda lucha revolucionaria debe ser reducida a la lucha por la independencia nacional, por conquistarla y defenderla frente a la agresión de las potencias imperialistas, negando la lucha por la liberación social.
Parecen ignorar que la victoria de esta última asegura al mismo tiempo la libertad, la independencia y la soberanía nacional de forma plena y completa.
Estos abogados del régimen explotador «olvidan» que la lucha de clases entre el proletariado y sus aliados, por un lado, y la burguesía del país y sus aliados del exterior, por el otro, prosigue siempre de forma encarnizada y que un día conducirá a ese momento preciso, a esa «situación revolucionaria», como dice Lenin, en la que revolución estalla.
Las condiciones cada vez más favorables que se crean en el mundo para el amplio desarrollo de las revoluciones antiimperialistas y democráticas y para que estén dirigidas por el proletariado, deben ser aprovechadas para pasar de la lucha por la independencia nacional a una fase más avanzada, a la lucha por el socialismo.
Lenin nos enseña que la revolución debe ser llevada hasta el final, liquidando a la burguesía y su poder, y recalcó con especial insistencia que sólo sobre esta base se puede hablar de libertad, independencia y soberanía verdaderas.
Según nuestro concepto marxista-leninista; en una sociedad con clases antagónicas, que está dominada por la clase feudal o la burguesía, el pueblo no puede gozar de libertad y soberanía. La libertad, la independencia y la soberanía tienen un contenido político-social concreto.
Según nuestro concepto marxista-leninista; en una sociedad con clases antagónicas, que está dominada por la clase feudal o la burguesía, el pueblo no puede gozar de libertad y soberanía. La libertad, la independencia y la soberanía tienen un contenido político-social concreto.
La libertad y la soberanía verdaderas y plenas son aseguradas en las condiciones de la dictadura del proletariado.
Mientras que en aquellos lugares donde el Estado se encuentra en manos de las clases explotadoras, las relaciones económicas y políticas desiguales entre los explotadores y los explotados y entre los países, llevan a la pérdida o a la restricción de la libertad y de la soberanía del pueblo.
Por consiguiente, no puede hablarse de una verdadera libertad y soberanía nacional, y mucho menos de soberanía del pueblo, en los países que se encuadran en el «mundo no alineado» o en el «tercer mundo».
Sólo sobre la base de un análisis científico cimentado en la teoría marxista-leninista se puede definir correctamente qué pueblo es verdaderamente libre y cuál está subyugado, qué Estado es independiente y soberano y cuál es dependiente y oprimido.
La teoría marxista-leninista explica claramente quiénes son los opresores y explotadores de los pueblos y qué camino deben seguir éstos para ser libres, independientes y soberanos.
Los comunistas albaneses, a la luz del marxismo-leninismo, concebimos sólo de esta manera la libertad, la independencia y la soberanía de los Estados y de los pueblos. (...)"
Enver Hoxha
El Imperialismo y la Revolución, 1978
Enver Hoxha
El Imperialismo y la Revolución, 1978