Pablo Gonzalez

La derecha israelí arremete contra los libros de texto


El gobierno derechista de Israel y sus partidarios están acusados de avivar una atmósfera de creciente intimidación e intolerancia en las escuelas y entre grupos que trabajan por una solución pacífica del conflicto israelí-palestino.

Los últimos esfuerzos de la derecha para silenciar el disenso han incluido la censura de libros escolares y el intento de silenciar a organizaciones que plantean preguntas desagradables sobre Israel y su pasado en lo que parece ser una creciente guerra por las mentes de los israelíes.

Grupos aliados del Gobierno trataron de impedir la reciente celebracíón de una conferencia internacional en Tel Aviv que examinó los eventos que rodearon la creación de Israel en 1948, conocidos como la “Guerra de Independencia” por los israelíes y la “Nakba”, o catástrofe, por los palestinos.

Al mismo tiempo, se supo que uno de los grupos de extrema derecha involucrados, Im Tirtzu, había iniciado una campaña para clausurar la organización responsable de la conferencia, Zochrot, acusándola de violar la ley israelí al “rechazar la existencia de Israel”.

Zochrot cuestiona el mayor tabú de Israel: el derecho de millones de palestinos a retornar a las casas de las cuales ellos y sus antepasados fueron expulsados en 1948. Muchos israelíes se oponen vehementemente a una acción semejante porque consideran que significa el fin de la judeidad del Estado.

Eitan Bronstein, fundador de Zochrot, dijo que la conferencia de dos días había sido particularmente amenazante para la derecha. “Por primera vez consideramos más que solo un derecho teórico al retorno”, dijo.

“Esta vez el énfasis se concentró en considerar cómo podemos implementar el retorno. Los refugiados incluso nos ofrecieron modelos simulados por ordenador de cómo podría hacerse sobre el el terreno”.

La oportunidad es embarazosa para Israel porque las conversaciones de paz con los palestinos, atascadas hace tiempo, se reanimaron recientemente bajo presión de EE.UU. Uno de los problemas cruciales por resolver es si se debería permitir que los refugiados vuelvan a más de 500 aldeas destruidas por Israel.

De un modo más general, grupos de extrema derecha cercanos al gobierno de Benjamin Netanyahu han buscado maneras de impedir definitivamente el financiamiento de organizaciones consideradas demasiado críticas hacia Israel o que trabajan para proteger los derechos de los palestinos bajo la ocupación.

Enseñanza politizada

Durante el verano, uno de los partidos de la coalición gobernante introdujo legislación para bloquear un financiamiento semejante para lo que califica de actividad “antiisraelí”.

Un grupo derechista que ayudó a redactar la legislación, NGO Monitor, utilizó la conferencia Zochrot para subrayar la ilegitimidad del financiamiento exterior.

Yitzhak Santis, un funcionario de NGO Monitor, dijo que los patrocinadores europeos de la conferencia habían conspirado en un evento que equivalía a “un llamado para la eliminación de Israel como la nación Estado del pueblo judío”.

El Gobierno también ha sido atacado por sus crecientes esfuerzos para custodiar el currículo escolar para eliminar referencias a la Nakba y minimizar los derechos de los ciudadanos palestinos de Israel, que representan un quinto de la población.

Las revisiones del programa de educación cívica, que todos los alumnos deben estudiar para aprobar su examen de matrícula, se criticaron en un informe que dudaba de que el enfoque ultranacionalista del ministerio de Educación “sea incluso compatible con un régimen democrático”.

El nuevo libro de texto se hace eco de la legislación que están redactando los miembros de la coalición gobernante para definir el carácter de Israel como patria exclusiva del pueblo judío y para hacer hincapié en que solo los judíos tienen derecho de autodeterminación en Israel.

Halleli Pinson, profesora de educación en la Universidad Ben Gurion en Beersheva, quien realizó el estudio, dijo que en las escuelas de Israel está emergiendo un “régimen de temor”.

“Los valores democráticos y liberales y los valores de los derechos humanos ahora son considerados ilegítimos por parte de los funcionarios de la educación”, dijo. “Se considera que debilitan el estatus de Israel como Estado judío. Ahora la perspectiva que se promueve en la educación es enteramente derechista”.

En la reciente conferencia sobre el derecho al retorno los expertos locales e internacionales discutieron planes prácticos para que los refugiados palestinos vuelvan a Israel.

Las restricciones para entrar en Israel significaron que pocos refugiados palestinos de afuera de Israel pudieron asistir. Pero varios refugiados del interior, palestinos con ciudadanía israelí, participaron. A pesar de su ciudadanía se les impide, como a otros refugiados, que retornen a sus aldeas. La conferencia se celebró en el Museo Eretz Israel, un prestigioso museo arqueológico de Tel Aviv.

"Recordando"

Zochrot, que significa "recordando" en hebreo, es la primera organización que trata de educar a los judíos israelíes sobre la Nakba. Desde su fundación en 2002, ha llevado a miles de israelíes a visitar aldeas destruidas, dejando letreros en hebreo y árabe identificando calles, cementerios y edificios perdidos como mezquitas, iglesias y escuelas, provocando a menudo hostilidad de los residentes judíos del lugar.

Como parte de su misión, Zochrot ha creado equipos de Nakba para los maestros, aunque los funcionarios de la educación los han excluido de las salas de clase. El ministerio también ha tratado de impedir que los maestros participen en los seminarios de Zochrot en su tiempo libre.

El año pasado Zochrot estableció un archivo cinematográfico documentando los testimonios de veteranos israelíes de la guerra de 1948. Muchos hablan ante la cámara por primera vez de su participación en crímenes de guerra y de haber realizado operaciones de limpieza étnica.

El trabajo de la organización cuestiona directamente los esfuerzos del Gobierno para suprimir la discusión de los eventos que rodearon la fundación de Israel.

En 2008, poco antes de llegar a primer ministro, Netanyahu declaró que pondría fin a la información a israelíes sobre la Nakba. Refiriéndose al currículo escolar, dijo [en hebreo]: “Lo primero que haremos es eliminar la Nakba”.

Tres años después, el gobierno de Netanyahu promulgó una ley prohibiendo que las instituciones públicas, incluyendo escuelas y bibliotecas, reciban fondos estatales si se refieren a la Nakba.

La creciente prominencia y combatividad de Zochrot en el cuestionamiento de la narrativa tradicional de Israel sobre 1948 ha provocado el antagonismo del Gobierno y sus partidarios, dijo Bronstein.


“A medida que se ha hecho más difícil ignorar nuestro trabajo y somos más conocidos, la derecha ha sido más agresiva en los métodos que usa contra nosotros”.

El año pasado la policía rodeó las oficinas de Zochrot en Tel Aviv el día que los israelíes celebran su “independencia” y los palestinos conmemoran la Nakba para impedir que el personal asistiera a un evento en el que se iban a leer en una plaza pública central los nombres de las aldeas palestinas destruidas.

La policía, que arrestó a tres miembros de Zochrot que trataron de escaparse del cordón, justificó sus acciones sobre la base de que el grupo corría peligro de ser atacado por la multitud de la plaza.

Un grupo juvenil de extrema derecha conocido como Im Tirtzu encabezó el ataque a Zochrot. Bronstein dijo que el grupo ha trabajado estrechamente con el Gobierno en la redacción de la ley Nakba.

Las investigaciones de los medios israelíes han mostrado que parte del financiamiento de Im Tirtzu llega a través de la Agencia Judía, que goza de status semigubernamental en Israel. Se sabe que el grupo está próximo a destacados ministros del Gobierno, incluyendo al ministro del Interior, Gideon Saar, quien fue el orador principal en su conferencia anual en 2010. Calificó su trabajo de “bendito” e “inmensamente vital”.

Se informa de que grupos de extrema derecha, incluyendo a Im Tirtzu, presionaron enérgicamente al Museo Eretz para que cancelara la conferencia Zochrot, incluyendo una campaña para boicotear al museo si el evento seguía adelante.

En el último momento, los nerviosos funcionarios del museo trataron de cambiar las condiciones para celebrar la conferencia. Se requirió que Zochrot financiara guardias de seguridad adicionales para proteger el lugar contra protestas derechistas y que disimulara referencias en los afiches e invitaciones a “Sheikh Muwannis”, la aldea palestina destruida sobre cuyas tierras se construyó el museo.

Zochrot se negó y el museo cedió solo después de que los abogados lo amenazaron con una demanda por ruptura de contrato. Michael Sfar, representando a Zochrot, calificó los requerimientos del museo de “ilegales” y dijo que constituían “discriminación intelectual e ideológica”.

Grupo “fascista”

Los esfuerzos de Im Tirtzu para impedir la conferencia vinieron después de las revelaciones de principios de año de que su director, Ronen Shoval, había contratado a investigadores privados para espiar a las organizaciones de izquierda como Zochrot. Los investigadores habían forzado la entrada a las oficinas de Michael Sfard, un destacado abogado de derechos humanos, y robaron documentos relacionados con esas organizaciones.

Las revelaciones tuvieron lugar durante un caso judicial en el cual Im Tirtzu demandó a ocho activistas por haberlo llamado “fascista” en Facebook. En un momento humillante para el movimiento y el Gobierno, el juez a cargo respaldó a los activistas después de oír a los expertos israelíes sobre el fascismo que argumentaron que la descripción estaba justificada.

Otro grupo de extrema derecha, NGO Monitor, ha colaborado estrechamente con el Gobierno en el intento de interrumpir la principal fuente de financiamiento, los gobiernos europeos, para organizaciones de izquierda y de derechos humanos en Israel.

Bronstein dijo que NGO Monitor había persuadido a un patrocinador alemán, la Fundación EVZ, de que retirara su dinero el año pasado.

Un intento del Gobierno de preparar legislación para bloquear el financiamiento del exterior fue silenciosamente abandonado en 2011 por presión de EE.UU. y de la UE.

Sin embargo, uno de los socios en la coalición gubernamental de Netanyahu, el partido Jewish Home, anunció en el verano que iba a resucitar la legislación. Las organizaciones que cuestionen las afirmaciones democráticas de Israel o que apoyen investigaciones contra soldados israelíes por crímenes de guerra correrán riesgo de ser clausuradas.

Jafar Farah, director de Mossawa, un grupo de defensa política de la minoría palestina en Israel, dijo que muchos patrocinadores se “están asustando” debido a la campaña.

“El financiamiento se está acabando para las organizaciones de derechos humanos y para organizaciones árabes en Israel a medida que esta campaña tiene éxito en su objetivo de intimidar a los donantes”, dijo.

Apuntó a la decisión debida a la presión de un importante donante, la Fundación Ford, de detener el financiamiento de proyectos en Israel.

"Sesgo liberal"

Mientras tanto, el Gobierno fue duramente criticado hace poco por permitir que otro grupo de extrema derecha, el Instituto para Estrategias Sionistas, revise los libros de texto utilizados en las escuelas para preparar a los alumnos para su examen de matrícula, como parte de esfuerzos para que el plan de estudios sea más abiertamente nacionalista.

El ministerio de Educación ha realizado un estudio de libros de texto, a la busca de señales de “sesgo liberal”, incluyendo libros de historia que se refieren a la Nakba.

El principal campo contencioso, sin embargo, ha tenido que ver con cursos de educación cívica, la única parte del currículo que aborda temas como democracia, derechos humanos, igualdad y principios universales de ciudadanía.

El año pasado, el supervisor del currículo de educación cívica del ministerio de Educación, Adar Cohen, fue despedido a pesar de una petición de cientos de maestros de educación cívica que se oponía a la decisión.

Había sido criticado por la derecha por publicar un libro de texto que incluía referencias al Informe Goldstone, una misión de investigación de las Naciones Unidas que criticó a Israel por cometer lo que parecían crímenes de guerra durante el ataque a Gaza en el invierno de 2008-09.

Asher Cohen, un alto miembro del Instituto para Estrategias Sionistas, fue nombrado jefe del comité de educación cívica del ministerio. Fundado por dirigentes de los colonos, el Instituto depende fuertemente del financiamiento de grupos neoconservadores de Washington.

Otro miembro del Instituto, Aviad Bakshi, obtuvo la supervisión exclusiva de la nueva redacción del principal libro de texto de educación cívica, Ser Ciudadanos en Israel, después de que la derecha se quejara de que criticaba demasiado al país.

El estudio de Pinson de la Universidad Ben Gurion estableció que la nueva edición estaba fuertemente sesgada hacia una concepción nacionalista de Israel que promovía las características judías del Estado a costa de los principios democráticos.


“La influencia del Instituto por Estrategias Sionistas es obvia en el nuevo libro de texto. La perspectiva es muy inquietante: que las minorías en Israel no deben tener derecho a influir en la esfera pública”.

El ministerio de Educación no estuvo disponible para comentar.

Yousef Jabareen, director de Dirasat, un centro de política social en Nazaret que solicitó el informe dijo que había recibido numerosas quejas de maestros de escuelas árabes de Israel.


“Dicen que les es imposible enseñar el currículo porque su mensaje se opone a la igualdad y la integración. Es especialmente problemático porque este material es obligatorio y los alumnos no se pueden matricular sin aprobar el examen de educación cívica”.

Pinson dijo que el libro también culpa implícitamente a los ciudadanos palestinos del país de la discriminación que enfrentan, incluyendo las dificultades de encontrar empleo. Dijo que el mensaje implícito era “como si la minoría árabe fuera responsable de su baja participación en la fuerza laboral”.

Fuente: Al Jazeera

Fuente: http://www.aljazeera.com/indepth/features/2013/10/israel-right-targets-textbooks-20131039491684745.html

Jonathan Cook ganó el Premio Especial de Periodismo Martha Gellhorn. Sus últimos libros son “ Israel and the Clash of Civilisations: Iraq, Iran and the Plan to Remake the Middle East” (Pluto Press) y " “ Disappearing Palestine: Israel’s Experiments in Human Despair ” (Zed Books) Su nueva web es www.jonathan-cook.net

rCR

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