Se habla mucho sobre la importancia de que los niños ingieran alimentos saludables, pero, ¿y qué pasa con las bebidas saludables?
Lo que bebe un niño puede repercutir considerablemente sobre la cantidad de calorías ingeridas, así como sobre la cantidad de calcio que contiene su dieta, siendo el calcio una sustancia necesaria para desarrollar unos huesos fuertes.
Sírvales agua y leche
Para niños de todas las edades, el agua y la leche son las mejores opciones, de modo que lo más conveniente es servírselas a menudo.
El agua no solo carece de calorías, sino que el hecho de beberla enseña a los niños a aceptar una bebida apenas sin sabor y no azucarada para calmar la sed.
Puesto que un vaso o una taza de leche contiene unos 300 miligramos de calcio, la leche puede ser un elemento fundamental que contribuye a las necesidades diarias de calcio de su hijo.
He aquí la cantidad de calcio que su hijo necesita cada día:
He aquí la cantidad de calcio que su hijo necesita cada día:
- niños de 1 a 3 años: 700 miligramos de calcio diarios
- niños de 4 a 8 años: 1.000 miligramos de calcio diarios
- niños de 9 a 18 años: 1.300 miligramos de calcio diarios
- Los niños de 2 a 3 años deben tomar dos tazas (480 mililitros o 16 oz) cada día.
- Los niños de 4 a 8 años deben tomar dos tazas y media (600 mililitros o 20 oz) cada día.
- Los niños de 9 a 18 años deben tomar tres tazas (720 mililitros o 24 oz) cada día.
Elija lácteos descremados o semidescremados (1%) la mayoría de las veces.
Si a su hijo no le gusta el sabor de la leche, pruebe a añadirle un toque de sabor, por ejemplo, a chocolate o a fresa. Ese punto de sabor puede cambiar mucho las cosas y no añadirá a la bebida una cantidad importante de azúcar.
Cuando un niño bebe demasiada cantidad de algunas de las siguientes bebidas: jugo natural, bebidas elaboradas con jugo de frutas, bebidas deportivas y refrescos, estas últimas pueden desplazar a toda la leche que necesita.
Si a su hijo no le gusta el sabor de la leche, pruebe a añadirle un toque de sabor, por ejemplo, a chocolate o a fresa. Ese punto de sabor puede cambiar mucho las cosas y no añadirá a la bebida una cantidad importante de azúcar.
Cuando un niño bebe demasiada cantidad de algunas de las siguientes bebidas: jugo natural, bebidas elaboradas con jugo de frutas, bebidas deportivas y refrescos, estas últimas pueden desplazar a toda la leche que necesita.
Además, las bebidas azucaradas también favorecen la acumulación de calorías.
La siguiente tabla muestra las calorías y la cantidad de azúcar que contienen distintos tipos de bebidas:
La siguiente tabla muestra las calorías y la cantidad de azúcar que contienen distintos tipos de bebidas:
BEBIDA | CANTIDAD | CALORÍAS | AZÚCAR |
Agua | 240 ml (8 oz) | 0 | 0 g |
Leche semidescremada | 240 ml (8 oz) | 100 | 11 g |
Jugo de naranja natural al 100% | 240 ml (8 oz) | 110 | 22 g |
Bebida elaborada con jugo de frutas (10% de jugo de frutas) | 240 ml (8 oz) | 150 | 38 g |
Bebida en polvo (con azúcar añadido) | 240 ml (8 oz) | 90 | 24 g |
Refresco | 240 ml (8 oz) | 100 | 27 g |
Limite el consumo de jugo
Si a su hijo le gustan los jugos, asegúrese de servirle jugos de
frutas naturales al 100%. Asimismo, siga las siguientes recomendaciones:
Diga no a los refrescos
- hasta los 6 meses de edad: nada de jugos
- de 6 a 12 meses: no más de 120 mililitros (4 onzas) al día, servidos siempre en taza o vaso
- de 1 a 6 años: de 120 a 180 mililitros (de 4 a 6 onzas) de jugo al día
- de 7 a18 años: de 240 a 360 mililitros (de 8 a 12 onzas) de jugo al día
Diga no a los refrescos
Los refrescos se sirven a menudo a los niños, pero carecen de valor nutritivo y contienen cantidades elevadas de azúcar. Beber refrescos y otras bebidas azucaradas se asocia al desarrollo de caries.
Los refrescos de cola y otras bebidas azucaradas suelen contener cafeína, una sustancia que los niños no necesitan. Asimismo, los refrescos pueden sustituir a la leche, que es rica en calcio.
Un estudio permitió constatar que, como promedio, un niño en edad preescolar bebe menos de 480 ml (16 oz) de leche (la cantidad recomendada diariamente), si bebe 240 ml (8 oz) de refrescos y bebidas elaboradas con jugo de frutas (excluyendo el jugo natural al 100%).
Si los hábitos de consumo de refrescos se inician desde que el niño es muy pequeño, es muy probable que vaya bebiendo cantidades cada vez mayores a medida que vaya creciendo.
Un estudio permitió constatar que, como promedio, un niño en edad preescolar bebe menos de 480 ml (16 oz) de leche (la cantidad recomendada diariamente), si bebe 240 ml (8 oz) de refrescos y bebidas elaboradas con jugo de frutas (excluyendo el jugo natural al 100%).
Si los hábitos de consumo de refrescos se inician desde que el niño es muy pequeño, es muy probable que vaya bebiendo cantidades cada vez mayores a medida que vaya creciendo.
En los niños mayores y en los adolescentes, el consumo de refrescos se ha asociado a una ganancia de peso excesiva y a otros problemas.
Dicho esto, a muchos niños les gustan mucho los refrescos y los piden a menudo.
Dicho esto, a muchos niños les gustan mucho los refrescos y los piden a menudo.
Como norma general, no los sirva a bebés, a niños de edades comprendidas entre 1 y 3 años ni a niños de preescolar.
Con los niños mayores, hágales saber que se trata de una bebida para tomar de vez en cuando.
Si a su hijo le gusta tomarlos de vez en cuando, no se le ocurra prohibírselos; en tal caso, los convertiría en algo todavía más seductor ¡y su hijo sería más proclive a pasarse de la raya en cuanto tenga la menor oportunidad!
Revisado por: Mary L. Gavin, MD