Los 134 reactores nucleares existentes en Europa no cuentan, en el momento actual, con planes ni protocolos específicos de emergencias para caso de un gran evento EMP, pulso electromagnético por sus siglas en inglés, que pudiese colapsar las redes eléctricas europeas durante varias semanas, o varios meses.
Así lo ha denunciado ante el Defensor del Pueblo Europeo el Observatorio del Clima Espacial que ha pedido que se abra una investigación oficial sobre el grado de preparación de las instalaciones nucleares de toda Europa, del mismo modo que está siendo realizada en estos mismos momentos por la Comisión de Regulación Nuclear de los EEUU.
En el texto de la petición, al que ha tenido acceso nuevatribuna.es, se recuerda que en las conocidas como tormentas solares de Halloween de 2003, durante el ciclo solar 23 y cuyo aniversario se cumple en estos días, la propia NOAA reconoció en su Memorandum Oficial la afectación de uno de los 10 reactores nucleares de Suecia.
Del mismo modo que se recuerda que previamente se reconoció también la afectación en distinta medida de hasta 12 instalaciones nucleares en los EEUU tras la tormenta solar de Quebec de 1989, durante el ciclo solar 22, una de las más afectadas la central Nuclear de Salem, cuyo transformador quedó completamente destruido.
En ambos casos eventos solares de gran severidad, pero muy por debajo todavía del gran evento solar registrado en 1859, el conocido como “Evento Carrington”, e incluso por debajo de la conocida tormenta solar de 1921 en Nueva York que apagó las luces de Broadway.
Ahora, ya en pleno ciclo solar 24, se trataría de garantizar que las instalaciones nucleares europeas estén debidamente preparadas para ese 5% de probabilidad de que un Evento Carrington alcanzase de nuevo Europa en algún momento de los próximos 5-10 años, con independencia de que esa probabilidad se cumpla o no. Incuida la paralela prevención de cualquier hipotizable evento EMP de origen artificial causado por la mano del hombre.
Para Miguel Ángel Rodríguez, miembro del observatorio y del grupo de trabajo para el clima espacial desde hace dos años y autor del informe “Análisis de las medidas de prevención ante el riesgo natural de “tormenta solar” en el plano internacional: Fundamentos para una nueva estrategia de intervención española” elaborado por encargo de la Dirección General de Protección Civil y Emergencias y presentado en las pasadas Jornadas Técnicas sobre clima espacial de la Escuela Nacional de Protección Civil, ésta es una cuestión de responsabilidad básica por parte de las autoridades nacionales y europeas.
“Estamos ante una importante confusión de varios conceptos, a pie de calle pero también en lo institucional, las medidas preventivas se activan desde el minuto cero una vez constatada formalmente la existencia del riesgo - ese 5 a 12% de probabilidad según distintos estudios -; no tiene nada que ver con que al final el riesgo se desencadene y estemos bien preparados para ello, o que no se desencadene y simplemente nos hayamos curado en salud.
O se rebaten previsiones formales como las del National Risk Register del Gobierno británico, o se activan desde ya las medidas preventivas en todo su alcance normal; desde el punto de vista de la norma de cuidado y la diligencia debida es una cosa o la otra: o las estimaciones de riesgo están equivocadas o, de no estarlo, lo equivocado es que nuestras infraestructuras se desentiendan de esas estimaciones; y mucho menos en materia de seguridad nuclear dónde “desentenderse" es un verbo que no es posible ni conjugar, lo normal es que se elaboren protocolos específicos para el EMP”.
Desde el Observatorio del Clima espacial han elaborado, además, éste modelo tipo de carta individual al Defensor del Pueblo Europeo de 22 páginas que cualquier residente en la Unión Europea puede cumplimentar con sus datos de contacto y remitirlo directamente a Estrasburgo para apoyar que se abra dicha investigación oficial sobre la seguridad de las centrales nucleares europeas ante eventos EMP.