VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

Nicaragua: Muy comedido el colega Gajdeczka



Como se esperaba, el Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce la muy buena, casi excelente, administración de la macroeconomía que realiza la administración del Presidente Daniel Ortega desde 2007, especialmente en los últimos 20 meses en que Nicaragua ha transitado sin ninguna condicionalidad suscrita con el FMI, pero manteniendo la disciplina del cuarto programa económico trienal que expiró oficialmente en diciembre de 2012.
 Con ese reconocimiento, hace su debut el economista Przemek Gajdeczka como jefe de la misión técnica, en cumplimiento del Artículo IV, es decir, revisar la situación de la economía nacional.

A grandes rasgos, entre diciembre de 2012 y agosto 2013, sin apoyo presupuestario ni de balanza de pagos porque no se ha suscrito el quinto programa económico trienal, las reservas internacionales brutas oficiales aumentaron US$16 millones hasta US$1,903 millones y equivalen a 2.7 veces el saldo de la base monetaria, 5 décimas mayor que la exigencia suscrita de 2.2 veces. ¡Excelente!

Cualquier éxito económico tiene su costo que muy rara vez se menciona desde la acera política. 
La reducción de la base monetaria ha estado soportada por un mayor endeudamiento del Banco Central de Nicaragua (BCN), principalmente a través de las subastas de Letras Estandarizadas: en los primeros 8 meses del año, el saldo total de sus títulos valores emitidos aumentó en 3 mil 700 millones de córdobas, con lo cual sacó de circulación del mercado un monto de 1 mil 770 millones de córdobas. 
¿Cómo se logró esta mayor carga de deuda pública interna para nosotros, cuál fue el atractivo para los inversionistas financieros? 
El BCN elevó la tasa de rendimiento de esos papeles a 1 año plazo, desde 1.97% en enero de este año a 4.50% en julio recientemente pasado, lo cual contribuyó a elevar el costo del dinero en el sistema financiero nacional. ¡Excelente para el monetarista!

¿Podría llamar a esto una política monetaria responsable?
 Creo que no, excepto si la preocupación se reduce exclusivamente a la estabilización macroeconómica y se obviaran los graves problemas estructurales del mercado laboral, que hoy se caracterizan por un 76% de informalidad, una tasa de subempleo de 53% de la población económicamente activa y una cobertura de la seguridad social de apenas 21% del total de ocupados incluyendo a los subempleados.

Esta restricción monetaria ha facilitado, por supuesto, el mantenimiento de una tasa de inflación baja y estable, que en términos acumulados es de 4.0% en el lapso arriba mencionado, pero la inflación se ha acelerado en comparación con el 2.7% acumulado en el mismo período del año pasado y, por qué no decirlo, también ha facilitado una mayor desaceleración del crecimiento económico del país, ya espoleada por la baja demanda de bienes primarios en los mercados internacionales.
 La “esterilización” de dinero entorpece la ejecución de un mayor volumen de transacciones, que se resiente especialmente en la actividad comercial del país.
 ¡Excelente para el monetarista, pero decepcionante para los empresarios!

Cabe destacar que el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE) mostró una tasa de crecimiento interanual de 5% a junio de este año, una tasa sorprendente después de haber transitado 16 años con una tasa de crecimiento de 3.8% promedio anual pero aún insuficiente para reducir los índices de subempleo, desempleo abierto y pobreza.

¿Y el presupuesto nacional? Está equilibrado. 
En el primer semestre de este año se acumuló un superávit presupuestario equivalente a 29 millones de dólares, un dato que digno de ser aplaudido por el FMI, pero no olvidemos que este organismo multilateral avaló el registro de la asistencia financiera de Venezuela como una deuda privada externa. 
¡Excelente para el monetarista! 
En nuestros países el petróleo es un bien público, no es privado, y si se incluyera el monto anual del préstamo debajo de la línea del déficit fiscal antes de antes del registro de las donaciones externas, dicho déficit sería del orden de 7% del PIB y no de 0.7% del PIB como fue publicado por el BCN para 2012.
 También se ha anunciado que el bono salarial será incluido en el presupuesto nacional de 2007, cuyo costo anual de aproximadamente 65 millones de dólares e igual a casi 0.6% del PIB será financiado con los impuestos del Gobierno Central, que han mostrado un aumento también desacelerado en este año.

Por esta breve descripción macroeconómica, la estabilidad macroeconómica de nuestro país puede ser calificada como frágil. 
Además, el FMI no es experto en cuestiones sociales, de gobernabilidad y para resolver problemas de largo plazo. 
Para ello está el Banco Mundial (BM), un brazo del FMI, y con esta institución habrá que discutir para que se apruebe el Programa Económico Financiero (PEF) 2013-2016, el cual muestra la actualización de la estrategia de reducción de la pobreza de los nicaragüenses, un paso previo para iniciar las discusiones del quinto programa económico trienal con el FMI.

En una escala de 0 a 10, califico con 9 a la administración de la macroeconomía de nuestro país, tomado en cuenta el “artificio” del registro de la deuda “privada” con Venezuela que nos conduce, irónicamente, a un presupuesto “equilibrado” con casi el 40% de la población sumida en la pobreza, y tomando también en cuenta la implementación de reformas estructurales, la última fue La Ley de Concertación Tributaria y ahora se emprende la reforma del fondo de seguridad social.
 Todas las reformas estructurales ejecutadas desde 2007 se han logrado sin préstamos concesionales del FMI. Bueno, esa ha sido la voluntad política del gobernante.

Przemek Gajdeczka ha señalado que deja abierta la posibilidad de que el Gobierno de Nicaragua solicite cooperación al FMI para enfrentar los impactos provenientes de la desaceleración económica mundial prevista desde finales del año pasado.

Eso es correcto, pero también debería abrir la posibilidad de que el FMI también preste recursos para realizar la reformas estructural de la seguridad social, que no consiste en el así llamado salvataje financiero del Instituto Nicaragüense de Seguridad Social (INSS), sino en el cambio del modelo de la economía nacional cuyos efectos se observan en la situación financiera futura del INSS.

Hay que resolver los problemas estructurales de la informalidad del mercado laboral, del subempleo, de la poca educación técnica de la población laboral y de la baja productividad de la economía, incluso con el restablecimiento de instrumentos que fueron quitados al Estado de Nicaragua con el Consenso de Washington en la década de los noventa del siglo pasado.

Comparto el criterio del jefe de la misión técnica del FMI que la macroeconomía está bien, pero he de agregar que es frágil sin el apoyo financiero de divisas líquidas para apoyo presupuestario y para apoyo de las reservas internacionales del BCN –lo cual pondría en jaque la estabilización macroeconómica en 2014- y reitero que el quinto programa económico es necesario para consolidar la confianza del inversionista privado en Nicaragua.

 Por otro lado, no olvidemos que la microeconomía continúa muy mal.

Si la discusión del quinto programa económico continúa caracterizándose por la conversación ortodoxa monetaria y fiscal de corto y mediano plazo, se corre el riesgo que Nicaragua continúe patinando en su recuperación económica.

 El problema macroeconómico a resolver es de largo plazo.

Y no olvidemos que la microeconomía está muy mal.

http://nestoravendano.wordpress.com/author/nestoravendao/

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