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La oleada de intervenciones de la OTAN en el Norte de África, como era previsible, llega a Kenia

A primera vista y tal y como los medios occidentales están intentando presentarlo, el ataque al centro comercial Westgate, en la capital de Kenia, Nairobi, parece ser otro ataque terrorista sin sentido por parte de los “fanáticos religiosos” de la franquicia de Al Qaeda en Somalia, Al Shabaab.

Ya los políticos, tanto de Kenia como los occidentales, así como las editoriales de los medios occidentales, están intentando utilizar el ataque como pretexto para lanzar una campaña militar contra la vecina Somalia, mientras que alientan los sentimientos anti musulmanes entre las audiencias profundamente ignorantes en Occidente.

Una reveladora columna de opinión en el USA Today, titulada “El ataque contra el centro comercial de Nairobi es un golpe contra todos nosotros”, afirma en su subtítulo que

“como en el 11-S, los terroristas están librando una guerra contra nuestro moderno y democrático modo de vida. Hoy, todos somos kenianos.”

La columna de opinión continúa:

“Igual de importante: La lucha no es solo keniana, o africana. Somalia podría convertirse en un nuevo Afganistán. Una Somalia sin ley, fundamentalista podría incubar un Osama Bin Laden somalí y nuevos ataques contra los Estados Unidos, al igual que Afganistán protegió y mantuvo a Bin Laden y a Al Qaeda.”

Y sigue:

“Después del ataque de Nairobi, el mensaje debería ser ‘Todos somos kenianos’ No solo para demostrar nuestra solidaridad, sino también para plantarnos todos y evitar otro ataque terrorista.

Dejar Somalia a Al Shabaab no es una opción.”

Kenia: delegada de las agresiones de Estados Unidos en África

Lo que la columna de opinión o editorial del USA Today no menciona, ni siquiera cuando alude a una intervención militar inminente en Somalia, es que Kenia ya ha participado en operaciones militares contra su vecino del norte, incluida una invasión militar a gran escala, completada con apoyo militar de Estados Unidos y Francia, en 2011. En el artículo de octubre de 2011, del británico Independent, “La invasión de Somalia, respaldada por Occidente, según Kenia”, se informaba sobre que:

Kenia ha confirmado que los aliados occidentales se han unido a su guerra contra los militantes islamistas de Al Shabaab, a pesar de que EEUU y Francia han negado estar implicados en los combates en el sur de Somalia. Fuerzas militares extranjeras han llevado a cabo bombardeos desde el aire y desde buques navales, situados cerca del fuerte de los militantes, Kismayo, según ha desvelado un portavoz del ejército de Kenia.

“Es cierto que hay otros actores en este teatro llevando a cabo otros ataques”, afirmó el mayor keniano, Emmanuel Chirchir.

La invasión keniana ya ha causado una gran desavenencia entre el primer ministro y el presidente interinos de Somalia, que ayer condenó la presencia de tropas extranjeras en su país.

Mientras que Estados Unidos intentó negar cualquier papel en la invasión, ha admitido haber llevado a cabo bombardeos desde el aire y con drones periódicamente por toda Somalia, según informa un artículo de la BBC de 2012, “Un bombardeo desde el aire en Somalia mata a militantes extranjeros de Al Shabaab”.

El ejército de Estados Unidos, que tiene una base en el vecino Yibuti, previamente ha llevado a cabo bombardeos con drones en Somalia.

También ha lanzado bombardeos desde el aire contra supuestos militantes de al Qaeda en el país.

Antes de utilizar a Kenia como delegado para las agresiones de Estados Unidos en África, y en medio de dos décadas de operaciones militares unilaterales y encubiertas, los Estados Unidos respaldaron dos invasiones etíopes de Somalia. La primera invasión respaldada por Estados Unidos, bajo la presidencia de George Bush, fue llevada a cabo en 2006. USA Today informó en su artículo de 2007, “Estados Unidos apoya la invasión clave de Etiopía”, que:

“Estados Unidos ha vertido armas y asesoría militar de forma inadvertida dentro de Etiopía, cuya reciente invasión de Somalia abrió un nuevo frente en la guerra contra el terrorismo de la administración Bush.”

La segunda invasión etíope de Somalia apoyada por Estados Unidos, bajo el presidente Barack Obama, fue llevada a cabo en 2011, coordinada con la aventura extraterritorial de 2011 de Kenia hacia el interior de Somalia, respaldada por Estados Unidos y Francia. Un artículo del Independent británico, de diciembre de 2011, titulado “La ONU respalda las invasiones de Somalia que lleva al país en espiral hacia el caos”, informa:

“La invasión de Somalia por parte de Kenia, impulsada por Occidente y el Consejo de Seguridad de la ONU, pretendía dar una golpe que dejara fuera de combate al grupo islamista de Al Shabaab, en lugar de eso ha empujado al rival regional de Somalia otra vez a invadir el país, enardeciendo a los señores de la guerra y reavivando el apoyo popular a los fundamentalistas cuya voluntad de dejar que los somalíes mueran de hambre antes que recibir ayuda del exterior, los había hecho odiados en el país.”

Fue de hecho esta invasión militar de Kenia, respaldada por Estados Unidos, lo que ha servido como supuesta motivación para los terroristas de Al Shabaab que atacaron el centro comercial Westgate de Kenia, esta semana.

Los mismos terroristas que Estados Unidos está armando en Siria, matan a civiles en Kenia

Comenzada en 2011, los analistas geopolíticos advirtieron que la intervención en Libia por parte de Estados Unidos, Reino Unido y Francia, crearía un emirato del terror que desataría una oleada de desestabilización militante por todo el norte de África y más allá. Desde Malí hasta Kenia, incluso hasta Siria, la violencia directamente relacionada con estos militantes y la ayuda y armas que recibieron de Occidente en Libia, se dejan sentir ahora.

Poco después de la intervención de la OTAN en Libia, fue al Qaeda en el Magreb Islámico, AQMI, una organización que ocupa el lugar 38 en la lista de organizaciones terroristas del Departamento de Estado de Estados Unidos, el que tuvo un papel central en la invasión del norte de Malí, que supuso el pretexto para una intervención y ocupación militar francesa. AQMI, por supuesto, estaba fusionado con el Grupo Islámico Combatiente Libio de Al Qaeda, LIFG-por sus siglas en inglés, las tropas de base utilizadas por la OTAN en la operación de cambio de régimen en Libia, que comenzó en 2011. En un informe del Centro de Lucha contra el Terrorismo de West Point, de 2007, y otro de 2011, “¿Hay islamistas extremistas luchando entre los rebeldes libios?”, AQMI es mencionado específicamente como un grupo que trabaja de cerca con el LIFG. Este segundo informe admite que:

“También ha habido informes durante los últimos años sobre un puñado de libios que han viajado a Argelia para entrenar a AQMI, aunque estos informes no están confirmados. AQMI ha querido sacar provecho de la situación en Libia.”

El analista geopolítico Pepe Escobar, detallaría en un artículo publicado en el Asia Times, titulado “¿Cómo Al Qaeda llegó a gobernar Libia?”, que

“Crucialmente, todavía en 2007, el entonces número dos de Al Qaeda, Zawahiri, anunció oficialmente la unión entre el LIFG y AQMI. Así que, a todos los efectos prácticos, desde entonces, el LIFG y AQMI han sido lo mismo y Belhaj era/es su emir”.

Con “Belhaj” se refiere a Hakim Abdul Belhaj, líder del LIFG en Libia, que lideró con el apoyo, armas, financiación y reconocimiento diplomático de la OTAN, el derrocamiento de Muammar Gadafi, y que ahora ha sumido al país en combates racistas genocidas. Esta intervención también ha visto el epicentro de la rebelión de Benghazi despegándose de Trípoli, como un “emirato del terror semiautónomo”. La última campaña de Belhaj se ha trasladado hacia Siria, donde se admite que estaba en la frontera de Turquía con Siria prometiendo armas, dinero, y combatientes a los rebeldes llamados “Ejército Sirio Libre”, una vez más, bajo los auspicios y con el apoyo de la OTAN.

El torrente de militantes y armas que ha fluido desde Libia a Siria, para apoyar el cambio de régimen respaldado por Occidente, contra el gobierno de Siria, ha sido ampliamente documentado durante los dos últimos años.

En noviembre de 2011, el Telegraph, en su artículo “Líder islamista libio se reúne con el grupo de la oposición, Ejército Sirio Libre”, informaba:

Abdulhakim Belhadj, jefe del Consejo Militar de Trípoli, y ex líder del Grupo Islámico Combatiente Libio de Al Qaeda, LIFG, “se reunió con los líderes del Ejército Sirio Libre, en Estambul y en la frontera con Turquía”, según un oficial militar que trabajaba con el señor Belhadj. “Mustafa Abdul Jalil (el presidente interino libio) le envió allá”.

Otro artículo del Telegraph, “Los nuevos gobernantes de Libia ofrecen armas a los rebeldes sirios”, admite que

Los rebeldes sirios celebraron reuniones secretas con las nuevas autoridades de Libia, el viernes, con la intención de asegurar armas y dinero para su insurgencia contra el régimen del presidente Bashar al-Assad, según ha podido saber el Daily Telegraph.

En la reunión, que se ha celebrado en Estambul y a la que asistieron funcionarios turcos, los sirios pidieron “asistencia” a los representantes libios y éstos les ofrecieron armas, y potenciales voluntarios.

“Se está planeando algo para enviar armas, e incluso combatientes libios a Siria”, aseguraba una fuente libia, que habló bajo condición de anonimato. “hay una intervención militar de camino, se verá en pocas semanas”.

Más tarde ese mismo mes, se informó de que unos 600 terroristas libios habían entrado en Siria para iniciar operaciones de combate, incluso recientemente, el mes pasado, la CNN, cuyo corresponsal Ivan Watson acompañó a los terroristas al cruzar la frontera entre Turquía y Siria y hasta la región de Aleppo, reveló que en realidad había combatientes extranjeros entre los militantes, particularmente libios. Se admitió que:

Mientras tanto, los residentes de la ciudad en la que tenían su sede central los Falcon sirios dicen que había combatientes de varias nacionalidades del norte de África entre las filas de la brigada.

Un combatiente voluntario libio también declaró a la CNN que pretendía viajar desde Turquía a Siria en unos días para sumarse al “pelotón” de los combatientes libios en el movimiento armado.

La CNN también añade:

“el miércoles, un equipo de la CNN se encontró con un combatiente libio que había cruzado a Siria desde Turquía, con otros cuatro libios. El combatiente iba vestido de camuflaje y llevaba un rifle kalasnikov. Dijo que había más libios de camino.

Los combatientes extranjeros, algunos de ellos claramente atraídos porque consideran esto como… una yihad. Por lo tanto esto es un imán para los yihadistas que ven esto como una lucha por los musulmanes sunitas.

Las informaciones de la CNN son el colofón de las admisiones de 2011 de que un gran número de terroristas libios cargados con dinero y armas de la OTAN se han dirigido a Siria, con los famosos terroristas comandantes de LIFG haciendo las gestiones.

Al Shabaab –la franquicia somalí de Al Qaeda- también está directamente relacionada con AQMI y la miríada de otros extremistas subsidiarios de Al Qaeda, incluyendo el LIFG de Libia, y el recientemente bautizado como Frente Al Nusra, en Siria. La BBC en su informe de 2012 titulado “Los esfuerzos coordinados de los militantes islamistas de África”, afirma:

Tres de los grupos de militantes islamistas más grandes de África están intentando coordinar sus esfuerzos, según ha advertido el jefe de Comando de Estados Unidos para África.

El general Carter Ham dijo que en particular Al Qaeda del Magreb Islámico, AQMI, probablemente esté compartiendo explosivos y fondos con Boko Haram de Nigeria.

Hablando en Washington, dijo que el Movimiento separatista del norte de Malí había supuesto para AQMI un “refugio seguro”.

Al Shabaab de Somalia es el otro grupo “más peligroso”, añadió.

Esta cooperación entre AQMI, Boko Haram y Al Shabaab ha estado claramente impulsada por la inmensa afluencia desde la OTAN, de dinero efectivo y armas, hacia Libia primero, para derrocar al gobierno de Libia, y después a Siria para derrocar el gobierno allí. La Asistencia de la OTAN a la expansión de la capacidad operativa de Al Qaeda en el Norte de África, solo puede estar ayudando a los terroristas, como los que están tras el asalto al centro comercial Westgate de Kenia, a llevar a cabo operaciones transfronterizas de esta escala.

A pesar de los intentos de Occidente por dar otras explicaciones, sobre de dónde recibe Al Qaeda sus fondos, mano de obra y arsenal para llevar a cabo campañas globales, está claro que estas son productos patrocinados por estados, estados como Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Arabia Saudí, Israel, Qatar, Turquía, Jordania y otros.

En verdad, el ataque de Al Shabaab en Kenia es aberrante, terrorismo injustificable, lo que los kenianos y el mundo en general deben recordar, es quién los armó, quién los apoya continuamente, quién los da naciones enteras (como Libia) para que sean sus “refugios seguros”, e incrementa sus filas y arsenales con miles de millones de dinero efectivo y miles de toneladas de armas al mismo tiempo, en zonas de guerra como Siria.

La continuada existencia de Al Shabaab, junto con la de su contraparte AQMI en el norte de África, el LIFG de Libia, Boko Haram en Nigeria y Al Nusra en Siria, se debe completamente al respaldo financiero y militar, tanto abierto como encubierto, de Occidente. La sangre de los inocentes de Kenia está en las manos de aquellos de dentro del gobierno de Kenia que se obstinan en servir como delegados de las agresiones de Estados Unidos por toda África, y aquellos de Occidente que utilizan a Al Qaeda como herramienta geopolítica para alcanzar sus objetivos globales.

Al Qaeda, el pretexto perfecto para invadir, el ejercito mercenario perfecto para hacer la guerra encubierta

Al Qaeda, para Occidente, sirve como la herramienta geopolítica definitiva, Puede ser utilizada como un pretexto para invadir, y también puede ser utilizada como un ejército mercenario casi inagotable para llevar a cabo despiadadas campañas terroristas e incluso guerras a plena escala, como se ha visto en Libia y Siria, para alcanzar los objetivos occidentales. Adicionalmente, la naturaleza omnipresente y nebulosa de Al Qaeda sirve como una justificación para descartar los derechos y libertades de la gente en sus países, por toda la civilización occidental, perpetuando un clima de miedo en el que pueda cultivarse la semilla de una guerra muy rentable, y de la que se puedan recoger los frutos continuamente.

¿Cómo de rentable? Un documento de investigación de la Escuela Kennedy de Harvard, titulado “El legado financiero de Iraq y Afganistán”, sitúa los gastos totales de las guerras de Afganistán e Irak, en algún punto entre 4 y 6 trillones de dólares. Eso no son entre 4 y 6 trillones de dólares que se fueron por un agujero negro. Eso son entre 4 y 6 trillones de dólares que fueron a parar a la fortuna de las 500 corporaciones que fraguaron y vendieron estos conflictos a la opinión pública americana en primer lugar.

El Washington Post en un reciente artículo “Los americanos están tuiteando sobre Siria casi tanto como sobre el baile sexualmente provocativo de una famosa cantante, a veces más”, celebraba la ignorancia del público en general con respecto a la geopolítica. Afirmaba:

El hecho de que más gente esté discutiendo sobre los la provocación sexual de una cantante que sobre Siria no es necesariamente una mala noticia. Comparten, como señala el blog Floating Sheep, “poco en común aparte de la reciente atención mediática”: uno de los temas es un fenómeno de la cultura pop (mucho más divertido y accesible para una mayor franja de población) y el otro es una tragedia, noticias complicadas sobre algo que ocurre en la otra mitad del mundo, (verdaderamente importante, pero no muy divertido – particularmente en una plataforma que muchos utilizan para la recreación).

Y continúa afirmando:

“Por supuesto, incluso si se hiciese una encuesta a los 300 millones de americanos sobre su interés relativo por el baile sexualmente provocativo o por Siria, probablemente ganaría el baile, y eso está bien, también. Hay muchas razones justificables por las que un individuo, o una población, no estarían interesados en noticias sobre el extranjero, cosas como la falta de educación y un acceso limitado a los ordenadores o periódicos.

Es esta “falta de educación”, lo que la junta editorial del Washington Post y los intereses especiales que la dirigen aseguran que “está bien, también”, lo que permite a estos intereses especiales seguir utilizando Al Qaeda tanto como el último villano, como para engrosar las filas de sus inagotables “luchadores por la libertad” global.

El editorial de USA Today antes mencionado, que pretende explotar la última tragedia en Kenia, también advierte:

“El ataque al centro comercial de Nairobi es desgarrador. Las historias fácilmente podrían ser historias de americanos.”

En pro de los verdaderos intereses y beneficiándose ellos solos de la campaña global de terror de Al Qaeda, si hay que decidir que estas historias deben ser americanas, que así sea, a no ser que rectifiquen la “falta de educación” que estos intereses especiales han cultivado con esmero y que aseguran tranquilizadoramente que “está bien”.

Tony Cartalucci

Tomado de Kenya Star, 23-09-13. Original en el Blog del autor, Land Destroyer,

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