La complicada situación reinante en Oriente Medio ha aplazado el giro hacia Asia de la política exterior de EE.UU., programado a medio plazo por la Administración de Barack Obama. Sin embargo, los militares sí están al tanto del cambio venidero.
En julio de este año el jefe de operaciones en el Pacífico de la Fuerza Aérea de EE.UU., Herbert Carlisle, describió las tareas planteadas ante las Fuerzas Armadas: "Al igual que en los últimos fabulosos días de la Guerra Fría, tuvimos lo que se llama bandera a cuadros: hicimos una gira alrededor de casi toda la parte continental de Estados Unidos y luego hacia Europa.
Cada dos años, cada unidad debería ir y trabajar a partir de una base de operaciones incidental en Europa. Vamos a retomar esta práctica en el Pacífico".
Según documentos, desde que llegó al poder el actual gabinete demócrata, la región Asia-Pacífico presenta un interés multifacético para EE.UU. Ante todo es el teatro principal de su competencia con China, de momento la economía número dos que, según todos los pronósticos existentes, reivindicará el liderazgo mundial en las próximas décadas.
La estrategia estadounidense está diseñada para restringir el acceso de China a la energía y las materias primas en caso de una mayor tensión entre ambos países o una crisis política internacional. Por eso el mayor interés militar para Washington es controlar el estrecho de Malaca, por donde pasa hasta el 80% de las importaciones chinas de petróleo.
Con el fin de conseguir el control deseado, EE.UU. ha reforzado recientemente su presencia militar en Singapur y Tailandia. Al mismo tiempo los diplomáticos y la Casa Blanca han llevado a cabo una serie de negociaciones con los Gobiernos de Malasia y Birmania.
Malasia, como país no alineado balancea entre China y EE.UU., pero en los últimos años se ha acercado económicamente como nunca antes al país norteamericano.
Según documentos, desde que llegó al poder el actual gabinete demócrata, la región Asia-Pacífico presenta un interés multifacético para EE.UU. Ante todo es el teatro principal de su competencia con China, de momento la economía número dos que, según todos los pronósticos existentes, reivindicará el liderazgo mundial en las próximas décadas.
La estrategia estadounidense está diseñada para restringir el acceso de China a la energía y las materias primas en caso de una mayor tensión entre ambos países o una crisis política internacional. Por eso el mayor interés militar para Washington es controlar el estrecho de Malaca, por donde pasa hasta el 80% de las importaciones chinas de petróleo.
Con el fin de conseguir el control deseado, EE.UU. ha reforzado recientemente su presencia militar en Singapur y Tailandia. Al mismo tiempo los diplomáticos y la Casa Blanca han llevado a cabo una serie de negociaciones con los Gobiernos de Malasia y Birmania.
Malasia, como país no alineado balancea entre China y EE.UU., pero en los últimos años se ha acercado económicamente como nunca antes al país norteamericano.
Eso se debe en mucho a la participación de ambos países en el Acuerdo Estratégico Transpacífico de Asociación Económica (TPP, por sus siglas en inglés). En materia castrense la integración también está ascendiendo a un nivel sin precedentes: el Pentágono acordó con el Gobierno de Najib Razak 75 ejercicios militares para los próximos años.
Birmania se encontraba en el campo chino y bajo influencia del gigante asiático durante décadas, pero desde el 2010 mantiene unos mayores lazos estratégicos con Washington.
Birmania se encontraba en el campo chino y bajo influencia del gigante asiático durante décadas, pero desde el 2010 mantiene unos mayores lazos estratégicos con Washington.
La primera visita oficial de un presidente estadounidense a ese país de Oriente tuvo lugar en noviembre del 2012, cuando Obama solemnemente "abrió el país al negocio" y anunció un aumento en la ayuda humanitaria.
Más cerca de las costas de China, un importante refuerzo de la presencia de la Fuerza Aérea de EE.UU. se registra en Filipinas, a pesar de la desaprobación masiva por parte de la población (en la imagen). Para el 2020 el Pentágono planifica emplazar un 60% de sus buques de guerra en el océano Pacífico.
Más cerca de las costas de China, un importante refuerzo de la presencia de la Fuerza Aérea de EE.UU. se registra en Filipinas, a pesar de la desaprobación masiva por parte de la población (en la imagen). Para el 2020 el Pentágono planifica emplazar un 60% de sus buques de guerra en el océano Pacífico.
La doctrina militar ni se molesta en poner un velo sobre los verdaderos motivos de tal concentración de fuerza: se trata de un intento de hacer frente a la creciente influencia militar y económica de China en la zona.
http://actualidad.rt.com/actualidad/view/106135-vislumbre-guerra-fria-eeuu-militariza-intensamente-patio-trasero-china
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