Colectivo Feminista Trece Rosas
Hoy, Día Internacional contra de la Explotación Sexual y Trata de Personas, desde el Colectivo Feminista Trece Rosas, manifestamos nuestro compromiso en la lucha contra cualquier forma de esclavitud y violación de los derechos humanos.
La trata de personas con fines de explotación sexual afecta a todas las regiones del mundo, especialmente a las más pobres, siendo especialmente vulnerables mujeres, niñas y niños de Europa del Este, África o América Latina y Asia.
Organismos internacionales como la OIT estiman que la esclavitud con fines de explotación sexual afecta cada año a unas 2.500.000 personas, constituyéndose como un mercado humano transnacional que genera miles de millones de dólares anuales, situándose en el tercer lugar entre los negocios ilícitos más lucrativos, tras el tráfico de drogas y de armas.
Las víctimas de este crimen ven privados sus derechos más básicos, como el derecho a la vida, a la seguridad, a la integridad física, a vivir sin sufrir violencia, a la libertad sexual y reproductiva, o a tener una infancia y adolescencia libres, entre otros muchos. También son forzadas a prácticas crueles como abortos forzados, matrimonios serviles, mendicidad y trabajos forzados, e incluso a la extracción de órganos.
Además de ser una grave violación de los derechos humanos, la trata de personas con fines de explotación sexual es violencia machista. Aproximadamente el 90% de sus víctimas son mujeres y niñas en situaciones de especial vulnerabilidad, explotadas sexualmente en el negocio mundial de la prostitución. Estas mujeres, son objeto de tratos degradantes e inhumanos, por parte de las redes y mafias así como por parte de los hombres que compran mujeres en el mercado prostitucional.
Es de vital importancia concienciar a la sociedad de que los hombres consumidores de prostitución son cómplices de esta esclavitud inhumana y responsables de su existencia. Con su comportamiento, favorecen la extorsión, la explotación, la opresión, los malos tratos y la violencia que sufren las víctimas de la trata de personas.
La prostitución es una forma más de violencia de género que afecta a las mujeres por el hecho de serlo.
Y en particular a las mujeres pobres o en situación de vulnerabilidad social, principales objetivos de las redes y mafias de trata de personas.
Ante este problema, desde el Colectivo Feminista Las Trece Rosas reivindicamos:
Que los poderes públicos sitúen los derechos de las víctimas de trata dentro de sus prioridades políticas, para darles una atención adecuada que garantice su protección, asistencia y reparación de los daños sufridos.
Compromiso de todos los agentes implicados en el problema, especialmente cuerpos y fuerzas de seguridad y del sistema judicial, para castigar este crimen sin hacer pasar a las mujeres por una doble victimización.
Visibilización de la violencia sufrida por las víctimas de la trata con fines de explotación sexual, tanto por parte de las redes y mafias como en los círculos de la prostitución, y aumentar los niveles de protección para aumentar las denuncias de dichos delitos.
Sensibilización por parte de los medios de comunicación, evitando la publicación de anuncios de contactos, que encubren en muchos casos a redes organizadas de explotación sexual.
Rechazo social de la prostitución y de cualquier forma de explotación sexual.
Reconocimiento legal de la prostitución como violencia de género y como base de la existencia de la trata de personas con fines de explotación sexual.
Rechazo social del demandante de prostitución, principal causante de la trata de personas con fines de explotación sexual.
Trabajar en el ámbito de la prevención incidiendo en las raíces culturales de la demanda de prostitución.
Ante este problema, desde el Colectivo Feminista Las Trece Rosas reivindicamos:
Que los poderes públicos sitúen los derechos de las víctimas de trata dentro de sus prioridades políticas, para darles una atención adecuada que garantice su protección, asistencia y reparación de los daños sufridos.
Compromiso de todos los agentes implicados en el problema, especialmente cuerpos y fuerzas de seguridad y del sistema judicial, para castigar este crimen sin hacer pasar a las mujeres por una doble victimización.
Visibilización de la violencia sufrida por las víctimas de la trata con fines de explotación sexual, tanto por parte de las redes y mafias como en los círculos de la prostitución, y aumentar los niveles de protección para aumentar las denuncias de dichos delitos.
Sensibilización por parte de los medios de comunicación, evitando la publicación de anuncios de contactos, que encubren en muchos casos a redes organizadas de explotación sexual.
Rechazo social de la prostitución y de cualquier forma de explotación sexual.
Reconocimiento legal de la prostitución como violencia de género y como base de la existencia de la trata de personas con fines de explotación sexual.
Rechazo social del demandante de prostitución, principal causante de la trata de personas con fines de explotación sexual.
Trabajar en el ámbito de la prevención incidiendo en las raíces culturales de la demanda de prostitución.
Contra la esclavitud y la explotación sexual, ¡ni un paso atrás!