La ex presidenta y actual candidata de la oposición por un nuevo mandato en Chile, Michelle Bachelet, postuló que su país “”cambió” y que “se va a hacer más difícil gobernar” porque “hoy la gente ya no está para que le den cualquier cosa”, sino que pide “lo que sienten que es justo”.
La ex mandataria -que recibió el respaldo de 1,5 millones de personas en las primarias presidenciales del domingo- planteó que hay que “hacerse cargo de los cambios”.
“Y si no somos capaces de hacerlos por la vía institucional y la gente empieza a tomarse las calles, aquí no va a ser responsabilidad de una Presidenta, sino de un sistema político que es incapaz de responder a los desafíos que Chile tiene.
De mi parte, haré todo lo que corresponda, pero uno de los problemas que yo veo es una cierta ceguera de no hacerse cargo de que este país cambió”, amplió.
En entrevista con el diario La Tercera, la ex secretaria de ONU Mujeres sostuvo que “hay un malestar global” y se ha visto en España, en la plaza Tahir (Turquía), en Wall Street, en América Latina.
En entrevista con el diario La Tercera, la ex secretaria de ONU Mujeres sostuvo que “hay un malestar global” y se ha visto en España, en la plaza Tahir (Turquía), en Wall Street, en América Latina.
“Hay gente que siente que los modelos de desarrollo han permitido cosas importantes, pero que todavía se enfrenta con el tema de la desigualdad y con un gran descontento con la política y las estructuras de la institucionalidad”, amplió.
Consultada por la pérdida de popularidad de Dilma Rouseff, de 27 puntos en tres semanas, Bachelet respondió que “el gran peligro no es hacerse cargo u oír a la gente, sino oír lo que pasa y no hacerse cargo de esos cambios”.
“Las personas pueden perder popularidad, pero nunca he estado en esto de ser popular”, argumentó la líder chilena. En su opinión, “lo más importante es que yo jamás he hecho ofertones, sino que he dicho, ‘mire, esto debemos cambiar, pero no basta conmigo’. He insistido en que no se puede hacer todo en un gobierno de cuatro años, pero que se pueden asumir las tareas urgentes y estratégicas”.
Reconoció que “mi figura y el programa pueden concitar grandes expectativas” pero aclaró que en todos los lugares ha dicho que “no basta con la voluntad mía, sino que se requiere la fuerza que permita que estos cambios se concreten y que es esencial elegir parlamentarios que se la jueguen”.
Frente a quienes señalan que ella ha izquierdizado sus posiciones, la ex mandataria explicó que “el país tiene desafíos que tienen que ver con lo que la centroizquierda siempre ha representado y es enfrentar la desigualdad”.
Consultada por la pérdida de popularidad de Dilma Rouseff, de 27 puntos en tres semanas, Bachelet respondió que “el gran peligro no es hacerse cargo u oír a la gente, sino oír lo que pasa y no hacerse cargo de esos cambios”.
“Las personas pueden perder popularidad, pero nunca he estado en esto de ser popular”, argumentó la líder chilena. En su opinión, “lo más importante es que yo jamás he hecho ofertones, sino que he dicho, ‘mire, esto debemos cambiar, pero no basta conmigo’. He insistido en que no se puede hacer todo en un gobierno de cuatro años, pero que se pueden asumir las tareas urgentes y estratégicas”.
Reconoció que “mi figura y el programa pueden concitar grandes expectativas” pero aclaró que en todos los lugares ha dicho que “no basta con la voluntad mía, sino que se requiere la fuerza que permita que estos cambios se concreten y que es esencial elegir parlamentarios que se la jueguen”.
Frente a quienes señalan que ella ha izquierdizado sus posiciones, la ex mandataria explicó que “el país tiene desafíos que tienen que ver con lo que la centroizquierda siempre ha representado y es enfrentar la desigualdad”.
“Este país ha progresado –prosiguió- y tiene cosas súper buenas, la gente conoce y respeta a Chile, pero tiene una herida profunda que es la desigualdad, y esa desigualdad está ligada a que Chile puede más.
Si estamos tan bien en la economía, entonces, ¿por qué seguimos con estas diferencias tan grandes?”.
Y completó: “Yo no he hecho un giro ni a la izquierda ni a la derecha, sino un giro ciudadano”.