Pablo Gonzalez

Pobreza, medio ambiente y el Gran Canal

Arturo Cruz Sequeira
La situación es muy sencilla: Estados Unidos y China representan el 33%, 35% del Producto Interno Bruto mundial, dependiendo de cómo lo medís. 
 
La intimidad que hay entre los dos países, económicamente, es evidente.
 
 Por un lado, el gobierno chino, el Banco Central de China tiene muchísimos Títulos Valores del Tesoro norteamericano; y por otro lado, seamos también claros, las exportaciones de manufactura de China hacia Estados Unidos son vitales, representan 20%, 25% de sus exportaciones totales.

Ahora bien, China en los últimos años ha sido un país que crece hacia afuera; está en el proceso de querer crecer un poco más hacia adentro, a través del consumo doméstico, y de dar una serie de concesiones sociales a sus ciudadanos, que todavía no lo ha hecho de la manera que una economía de su músculo debería de estar empezando a hacer. 
 
Eso lleva a que la interdependencia entre los dos países sea tremendamente marcada.
 
 Si la economía norteamericana no camina, la de China se ve afectada; si la economía china no camina la de los Estados Unidos se ve afectada. 
 
Es la relación estratégica del Siglo XXI, y tiene que ver cómo esa relación funciona.

Tenemos también que tomar en cuenta lo siguiente: cuando hay un gran poder establecido, como Estados Unidos, éste siempre resiente al poder emergente; el poder emergente y el poder establecido, por definición van a tener tensiones y conflictos. 
 
Lo interesante es que en ambos países, sin embargo, sus élites reconocen que esta es una tensión que deben administrar, que no deben permitir que se les salga de las manos. 
 
En ese sentido, hay mucha cooperación, mucho diálogo. Para dar una idea, en el primer gobierno del Presidente Obama se dieron 60 reuniones ministeriales, entre el estado chino y el estado norteamericano. Esa es una muestra de lo que te estaba planteando.

Por eso es que cualquier iniciativa mayúscula, como sería el Canal en Centroamérica, en Nicaragua concretamente, es un tema que definitiva e independientemente que la compañía china es autónoma del estado, es una iniciativa privada fundamentalmente, obviamente tiene un componente geopolítico que hay que administrar.

Tengo entendido que ahora vienen los estudios de factibilidad, los cuales, por lo que he escuchado, van de 700 millones a una cifra superior; tomarán un año, dos años. A partir de ese momento, creo yo, es que Estados Unidos va a empezar a ver esta situación con un poco más de interés.

Menciono algo interesantísimo: los domingos en CNN en Inglés hay un programa que se llama GPS, de Fareed Zakaria.
 
 Es un programa que se ve con mucha atención, por los invitados. Me impactó que en el tema del comercio mundial hubo un momento en que Nicaragua sale dentro del contexto de una suerte de conjuntos de proyectos que pueden facilitar el comercio mundial. 
 
Te digo esto, porque cuando el Presidente Obama estuvo acá en Centroamérica, eso no salió en el programa, sin embargo ahora sale, después del anuncio, el canal como un proyecto; en este programa, que al menos es muy reconocido por su seriedad, ya no lo descarta como algo muy distante.

Soy un gran escéptico de muchos años en el tema del canal; porque siempre he creído que el canal ha sido una suerte del dorado, que por andar buscando un dorado que no existe, nos hemos olvidado de los dorados posibles, y más bien nos ha hecho daño sicológicamente.
 
 ¿Por qué creo que ha sido así? Porque nuestra nación nació atada a una geografía que rápidamente se devaluó. Y de ahí creo que se ha dado esta suerte de vida nacional que hemos llevado internamente. 
 
Porque Nicaragua, la Nicaragua mestiza de hoy, que conocemos como es, nace precisamente con la expectativa de que el Estrecho Dudoso estuviese realmente acá.
 
 Al momento que se percatan los españoles que no es la situación, Nicaragua como tal pierde interés.

Tengo que decir que ese escepticismo militante, conspicuo de mi parte, se ve disminuido cuando me percato que alrededor de esta compañía china hay un agregado de compañías que son de mucha calidad; y empiezo a ver la situación con un poco más de interés.
 
 Debo decir que también empezaba a ver las cosas con menos escepticismo por una serie de datos que se me ofrecían en diferentes lugares.

Dejame contarte un poco de quiénes son, porque yo estaba precisamente en el evento histórico, por mi amistad de muchos años con el Grupo de MacLarty. 
 
Hay tres compañías que me impactaron: McLarty es una de las principales compañías de cabildeo en Estados Unidos, entre otras cosas. 
 
Te cuento quién es McLarty: él era el jefe de equipo de Gobierno del Presidente Clinton que se asoció con Henry Kissinger, y crearon posteriormente el McLarty-Kissinger. Kissinger en Nueva York y McLarty en Washington. ¿Te podés imaginar lo que es tener un lobbista de esa calidad?

En 2008, Kissinger y McLarty se separaron por una razón: porque McLarty empezó a darle más atención a América Latina, y Kissinger se dedicó un poco más al tema chino; además, Kissinger ya no quiere trabajar tanto, tiene 90 años. 
 
¿Cómo supongo yo que McLarty se asoció a este proyecto de asesorar a la compañía china? Me imagino que pudo haber sido por el lado del Presidente Henry Kissinger, que es muy cercano a los asuntos chinos.

Ahora bien, Stephen Donehoo, que es uno de los principales de esta firma de McLarty y asociados, con el que me une una amistad de muchos años, fue el que me empezó a hablar del tema hace algún tiempo. 
 
Y empecé a decir: 'Bueno, si McLarty está acá... ¡y yo sé lo que cuesta McLarty!

Para poder aceptar un cliente, y esto es muy importante, le debe haber revisado hasta las últimas costillas, porque la credibilidad de ellos allá está en juego... 
 
En el equipo de McLarty ahora está el embajador Negroponte, es parte del equipo. 
 
Yo estoy seguro que alguien que viene del Homeland Security debe haber hecho una investigación muy extensa de sus clientes. Entonces yo dije: '¡qué interesante!'

Pero cuando me percato que McKinsey está también trabajando con esta iniciativa, y que tiene varios de sus asociados alrededor de este proyecto... ¡es una firma inmensa! 
 
Es decir, hay tres grandes firmas consultoras en el mundo que se disputan el primer lugar: dos Grupos están en Boston y por supuesto McKinsey, que está fundamentalmente en Nueva York. Entonces yo digo: 'esto se vuelve más interesante'.
 
 Porque definitivamente la credibilidad de ellos, como una firma consultora en el mundo, es grande. Todos los que se gradúan en las grandes escuelas de negocios en el mundo quieren trabajar para ellos, y es una experiencia interesante.

Después me percato que Kirkland & Ellis que es la Firma de Chicago, también es parte del equipo de la compañía. Ya estás hablando de McKinsey, de McLarty, y ahora estás hablando también de Kirkland, que hasta hace unos pocos años era el quinto bufete de mayor tamaño en Estados Unidos, y el noveno o décimo bufete en el mundo. 
 
Y encima de eso, en la campaña del Presidente Obama de 2008, Kirkland estuvo entre los 20 principales contribuyentes a esa campaña.

Bien, creo yo que tomando en cuenta el pedigrí de estas tres organizaciones, te podés percatar que al menos una cosa tenés que reconocer: que esta Compañía tiene la sofisticación y los recursos para asesorarse con lo mejor.

Hay voluntad de invertir recursos en cantidades considerables. Insisto, este agregado de asesores no es fácil de unificar a menos que seás una compañía que tiene los recursos y la capacidad de entender lo que esto representa. 
 
Yo, para serte franco, vuelvo a insistir, he sido un conspicuo, hasta militante me he autoclasificado en algunos momentos por razones que tienen que ver con nuestra propia historia. 
 
Pero debo decirte que ahora, por los números que estoy viendo, por lo que vi en el programa de Fareed Zakaria el domingo, en cuanto a las proyecciones del comercio mundial, tengo que decir que al menos ahora estoy dispuesto que me convenzan, estoy abierto a discutir el tema. 
 
Y te digo, voy a hacer lo más que pueda dentro de mis pocas posibilidades, para alentar este proyecto.

Es lógico, el cálculo financiero ahí va a ser importantísimo; por eso los estudios de factibilidad son tan vitales. Sin embargo, hablando yo con gente que está asociada a este tema, ahí es donde viene el riesgo país, lo que significa Nicaragua, y vuelvo a insistir, levantar esta plata tampoco es tan fácil; pero me da la impresión que hay alguien que tiene la capacidad de aguantar y de poder verdaderamente ser el interlocutor que se preocupa por este tema.

El vocero del proyecto del Canal es Ronald MacLean, un boliviano que conocí hace muchos años en Harvard, cuando todavía no estaba tan mayor. 
 
Él fue Canciller de Bolivia, ocupó cargos de Ministro de Planificación, fue Alcalde de La Paz, fue Candidato Presidencial; y después pasó un tiempo en la Kennedy School, y ahí fue cuando lo conozco, él estaba asociado a un gran economista.
 
 Y hablando con Ronald me comentaba, y también con Stephen Donehoo, uno de los Directores de la Firma McLarty, me decían que ellos ven factible la operación, económicamente hablando. Eso me comentaban ellos.

Ahora, cuando yo pregunté más o menos en cuánto valorizaban la compañía china, supuestamente van a hacer una iniciativa pública pronto, y veremos cuánto vale, pero tengo entendido que vale muchísimo dinero.

Prosperidad que acelere los tiempos

Yo soy un gran convencido, y te lo digo con toda sinceridad, el peor enemigo del medio ambiente es la pobreza y la inmediatez de nuestra sociedad. Y con sinceridad, creo que lo único que cuida el medio ambiente es la prosperidad, o un aparato coercitivo como en el medio europeo, donde la foresta fue declarada propiedad del Rey.
 
 Por eso es que en las películas vos ves que cuando te metías a cortar un árbol, o a matar un ciervo, era un pecado de lesa majestad, porque estabas violentando la propiedad del monarca. Pero si no ha sido así, Europa no tendría hoy la foresta primaria.

¿Qué? ¿Queremos tener un aparato súper coercitivo, evitando que la gran mayoría de nuestros compatriotas que necesitan en ocasiones de la madera para poder cocinar, vamos a estarlos reprimiendo de manera brutal? Obviamente que no, por lo tanto, la prosperidad económica es fundamental. 
 
El gran problema es que, según los estimados hasta que tenés un Producto Interno Bruto por habitante de 10,000, 11,000, 12,000 dólares es que el medio ambiente se vuelve importante para la gran mayoría de la sociedad; pero cuando ya lleguemos a eso, al ritmo que vamos, que no es malo, pero tampoco es el mejor, ya no va a haber foresta qué preservar.
 
 Por lo tanto, es fundamental un proyecto que le dé una prosperidad que acelere los tiempos, y es precisamente la prosperidad el mejor garante de este bellísimo y extraordinario medio ambiente que tenemos.

Además, cuando tenés un recurso de esa magnitud el medio ambiente vale, o sea, lo empezás a cuidar, el agua vale tremendamente... 
 
Uno de los grandes problemas con el Canal en Panamá es el tema del agua. Por eso es que los panameños cuidan el agua y su foresta con un gran esmero; porque hay un incentivo económico de por medio, no solamente es porque, ¡qué lindo los árboles! Sino porque cuidar los árboles da plata. Nosotros tenemos que llegar a un momento en que cuidar los árboles nos dé plata.

Para la gente de a pie que está en la calle, para la gente que ha sido empobrecida, ¿cómo lograr que esa prosperidad vaya también a ese sector? 
 
Aquí viene el tema que creo que ha sido lo particular de este Gobierno. Conscientes que el crecimiento por sí sólo no es suficiente en una sociedad que está abrumada por su pobreza, se han creado los programas para atender lo que yo he llamado la inmediatez de los nicaragüenses, sin perder las posibilidades del crecimiento de mediano y largo plazo. Entonces ha logrado reconciliar lo inmediato, pero con futuro. Usualmente los que administran lo inmediato, pierden el futuro, y los que hablan del futuro, no manejan lo inmediato.

Yo creo, y lo digo con sinceridad, independientemente de las modalidades políticas que uno pueda observar, la gran contribución de este gobierno ha sido no perder el futuro, pero tampoco desperdiciar la inmediatez. Esto lo podés llamar clientelismo, lo podés llamar populismo; y si lo vas a llamar populismo, como yo lo he llamado, llamalo responsable. 
 
Porque por el hecho de atender las necesidades de la gente a lo inmediato, no se pierde la posibilidad de crecer al ritmo del 5%, 6%, algunos dicen que deberíamos de crecer más, pero no es tan fácil. Es muy fácil hablar de un crecimiento del 7%, 8%, y todavía no estoy claro cómo lo vamos a hacer, a menos que tengamos un proyecto de esta magnitud, o tasas de formación de capital todavía más altas. Creo que esa ha sido una de las grandes contribuciones.

El crecimiento económico es algo que te da resultados en el tiempo, a menos que estés creciendo al 10%, 11% como lo ha hecho China. China tiene tasas de crecimiento en 30 años que andaban en un promedio cercano al 10%, ¿te podés imaginar lo que es eso? Ahora, eso es un caso muy especial y muy particular.

Ahora bien, el canal definitivamente nos lleva a una categoría mucho más distinta; yo honestamente creo, vuelvo a insistir, que va a haber mucha resistencia de muchos actores a este proyecto. Y no me refiero sólo a Estados Unidos, sino hasta a nuestros vecinos. 
 
Entonces hay que estar conscientes que esta es una gran tarea, que hay un actor económico en China interesado en esta gran tarea, que no se puede descartar con facilidad, y que nunca antes, desde principios del Siglo XX hasta ahora, la idea del Canal ha sido tan viable como es hoy.

No estoy diciendo que lo van a hacer automáticamente, pero nunca hemos estado tan cerca a este momento. Decime otro momento en nuestra historia de este último siglo donde hayamos llegado a este punto, donde al menos ya no te descarta como un sueño real de los nicaragüenses, que no tiene sustento en los números.

Y lo notable de los últimos años es precisamente que el crecimiento económico en el mediano y largo plazo, no te da la silla de ruedas, no te da las láminas de zinc para que no te mojés cuando llueve. Por eso es tan importante poder manejar la inmediatez de las necesidades de la sociedad nicaragüense, manteniendo el crecimiento. 
 
Esto ha hecho a este modelo, creo, bastante particular. 
 
Por eso es tan importante que se continúe con esos programas que muchos en nuestra sociedad lo han visto con algo de desprecio.

Por supuesto, lo que para muchos es una cosa pequeña, para otros es un mundo, y hay que mantener ese mundo de programas. 
 
Eso es fundamental. Inclusive sería un error, independientemente del canal, sólo apostar el crecimiento; porque sí va a ir resolviendo los grandes temas nuestros, en el mediano y largo plazo, pero todavía hay una situación de necesidad tan grande que atender.

Esto que estoy elaborando es algo que yo lo vi finalmente después de muchos años, de sólo ver crecimiento y futuro, no sé si me explico, cuando tenía mis conversaciones con Orlando Núñez. Para mí Orlando Núñez ha sido un gran contribuyente a pensar en estas cuestiones. 
 
Tal vez yo tenía mis discrepancias con Orlando en el sentido que yo enfatizaba más el futuro, y él lo inmediato; pero tengo que reconocer que aprendí mucho de mis conversaciones con Orlando. Precisamente lo que me llevó a ver que no sólo podíamos hablar de crecimiento.

Por eso te decía, que aún con el Canal que nos daría unas tasas de crecimiento económico notable, no podemos olvidarnos que aún con esas tasas de crecimiento extraordinarias, si no mantenés una serie de programas, es muy difícil para tu sociedad que te tenga paciencia, y que espere que el crecimiento les llegue. 
 
Hemos estado esperando como país esa parte de nuestra sociedad por décadas; porque el país ha venido apostando el crecimiento por mucho tiempo, ¿y el mientras tanto? Sobre todo cuando vos estás en el mientras tanto.

Lo ves en las encuestas cómo la gente se identifica con esos programas, es decir, no los podés descartar. 
 
En un momento dado se empezó a descalificar al encuestador, pero después, encuestas tras encuestas, tras encuestas, confirman la hipótesis original de nuestro amigo Raúl Obregón, que después de ser el héroe se volvió el villano, porque los números no le dan como le daban antes.

Decía MacLean que ni siquiera hay que esperar el inicio de obras para la construcción de este Proyecto, para que de alguna manera haya un impacto en el País. 
 
No quiero hablar de 700, o de 1,000, 1,100 millones. Hablemos de decenas de millones de dólares.
 
Obviamente eso va a tener un impacto notable. Y quiero advertir: cuando me invita Stephen Donehoo a cenar acá y llego me encuentro con Ronald acá, y le dije: "¿qué estás haciendo? Porque ya es demasiado, ¿qué están haciendo aquí todos estos personajes?"

Valdría la pena conversar con el doctor Francisco Mayorga sobre los cálculos financieros en este tema; porque yo creo que él ha hecho sus investigaciones, y sus credenciales son impecables. Creo que él nos pudiera iluminar en este tema concretamente. 
 
Yo lo que creo ahora es que tenemos un gran desafío de cara al futuro, una diplomacia que tiene que estar a la altura de este gran proyecto; y por eso creo que este gran proyecto nos tiene que elevar en muchas formas, porque ya te pone en una categoría diferente, y eso hay que reconocerlo.

(*) Economista, catedrático de INCAE y ex embajador de Nicaragua en Washington. Síntesis de la entrevista que le hizo el periodista Alberto Mora en la Revista 
 
En Vivo de Multinoticias Canal 4 de televisión, el lunes 17 de junio de 2013.

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