Los organizadores de la red reclutaban a niños y jóvenes "con los ojos bellos" en las calles y luego los llevaban a iglesias al norte de Roma
El exsacerdote Patrizio Poggi denunció que un grupo de obispos organizaron una red de explotación sexual infantil al "comprar los servicios" de niños por 150 a 500 euros para ofrecerla a los clérigos. Señaló que los encuentros se realizaban en las iglesias del norte de Roma (capital italiana).
La Fiscalía de Roma ha abierto una investigación contra los prelados acusados de organizar la red de explotación sexual infantil. Éstos aún no han sido interrogados y solamente han hablado tres personas que oficialmente no tienen vínculos con la Iglesia católica.
Poggi dijo que decidió denunciar los hechos por "ser consciente de los incidentes graves que ponen en peligro la integridad y las normas canónicas".
Según las declaraciones del exsacerdote, los organizadores de la red reclutaban a niños y jóvenes "con los ojos bellos" en las calles, piscinas públicas y agencias de modelos.
Además de la red de explotación sexual, un excarabinero, acusado también, estaba "involucrado en el comercio ilegal de hostias consagradas, adquiridas por miembros de sectas satánicas", dijo Poggi, quien en 1999 fue condenado por violar a dos adolescentes de 14 y 15 años de edad en su iglesia de Santo Felipe Neri, al norte de la capital italiana.
Tras cumplir su condena, el religioso intentó volver al Vaticano, pero le fue denegado el reingreso.
En abril pasado, el Vaticano dijo que el papa Francisco quería que la Iglesia católica actuara “decisivamente” para poner fin a los abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes y garantizar que los perpetradores sean castigados.
La crisis de la Iglesia comenzó en Boston (Estados Unidos) en el año 2002 cuando los periódicos empezaron a informar de casos de abusos encubiertos y sobre los sacerdotes involucrados que fueron cambiados de parroquia en lugar de ser entregados a las autoridades civiles.
La polémica generada hizo que la Iglesia católica fijara nuevas normativas para tratar los casos de abusos en el pasado y evitar nuevas violaciones.
El exsacerdote Patrizio Poggi denunció que un grupo de obispos organizaron una red de explotación sexual infantil al "comprar los servicios" de niños por 150 a 500 euros para ofrecerla a los clérigos. Señaló que los encuentros se realizaban en las iglesias del norte de Roma (capital italiana).
La Fiscalía de Roma ha abierto una investigación contra los prelados acusados de organizar la red de explotación sexual infantil. Éstos aún no han sido interrogados y solamente han hablado tres personas que oficialmente no tienen vínculos con la Iglesia católica.
Poggi dijo que decidió denunciar los hechos por "ser consciente de los incidentes graves que ponen en peligro la integridad y las normas canónicas".
Según las declaraciones del exsacerdote, los organizadores de la red reclutaban a niños y jóvenes "con los ojos bellos" en las calles, piscinas públicas y agencias de modelos.
Además de la red de explotación sexual, un excarabinero, acusado también, estaba "involucrado en el comercio ilegal de hostias consagradas, adquiridas por miembros de sectas satánicas", dijo Poggi, quien en 1999 fue condenado por violar a dos adolescentes de 14 y 15 años de edad en su iglesia de Santo Felipe Neri, al norte de la capital italiana.
Tras cumplir su condena, el religioso intentó volver al Vaticano, pero le fue denegado el reingreso.
En abril pasado, el Vaticano dijo que el papa Francisco quería que la Iglesia católica actuara “decisivamente” para poner fin a los abusos sexuales a niños por parte de sacerdotes y garantizar que los perpetradores sean castigados.
La crisis de la Iglesia comenzó en Boston (Estados Unidos) en el año 2002 cuando los periódicos empezaron a informar de casos de abusos encubiertos y sobre los sacerdotes involucrados que fueron cambiados de parroquia en lugar de ser entregados a las autoridades civiles.
La polémica generada hizo que la Iglesia católica fijara nuevas normativas para tratar los casos de abusos en el pasado y evitar nuevas violaciones.