Al menos 30 personas fueron detenidas, entre domingo y lunes, en las afueras de la estadounidense Base Aérea de Hancock, en Syracuse, estado de Nueva York (este), por protestas pacíficamente contra el uso de aviones no tripulados, tanto dentro del país, como también en naciones de África y Medio Oriente.
Las detenciones se produjeron al final de una serie de talleres y reuniones celebradas el pasado fin de semana, organizadas por colectivos sociales que abogan por poner fin al uso de drones y acabar con las guerras emprendidas por su país en el resto del mundo.
Alrededor de 300 personas se concentraron en el lugar para mostrar su rechazo a la matanza de civiles inocentes, como consecuencia de los bombardeos y ataques perpetrados por los drones, un hecho que, recordaron, “va en contra de la Constitución estadounidense”.
Los manifestantes golpeaban tambores, cantaban y llevaban falsos ataúdes, así como muchos llevaban la ropa llena de sangre artificial, como señal de protesta por los asesinatos emprendidos por Washington de manera premeditada.
La Policía local reportó que dieron una advertencia a los manifestantes que se acostaron en la vía, impidiendo la entrada y salida de vehículos dela base militar. Como las personas se negaron a desalojar el lugar, las autoridades procedieron a arrestarlas y llevarlas esposadas hasta la comandancia policial.
Los indignados trataron de entregar una acusación contra el presidente Barack Obama y de los militares y miembros del servicio de la base aérea de Hancock, por “crímenes de lesa humanidad”.
Entre los cargos imputados en contra de las autoridades estadounidenses, en la citada acusación, se encuentran crímenes como violaciones de la ley suprema del país, ejecuciones extrajudiciales, guerras de agresión, violación de la soberanía nacional y matanza de civiles inocentes.
Recientemente, otro grupo de activistas en Estados Unidos llamó a la Iglesia Católica a tomar una posición firme ante el uso de drones por parte de Washington.
Las incursiones de estos tipos de naves no tripuladas, criticadas por organismos internacionales, entre ellos la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ponen en peligro la vida de los civiles en esas regiones del mundo.
El presidente Obama ha reconocido el uso de aviones no tripulados para perpetrar “asesinatos selectivos” contra ciudadanos -estadounidenses y extranjeros- considerados una amenaza para la seguridad nacional del país.
Naciones como Pakistán, Afganistán, Yemen y Somalía se encuentran entre las más afectadas por el uso de drones. Aunque Washington dice que los ataques van dirigidos contra presuntos terroristas, la mayoría de las víctimas son civiles, incluidas mujeres y niños.