Pablo Gonzalez

La nueva chinchillada de Ottón Solís: alfombra roja para Obama


Si en esta Costa Rica patas arriba, debido al desgobierno de Laura Chinchilla, ya nada sorprendía, al criminalizar la protesta social y salir huyendo de un pueblo cada vez más indignado con su sola presencia aquí en el país, en el extranjero o en una revista del chismorreo farandulero, la verdad es que el amigo del alma, la media naranja, el hermano de leche de la mandataria, Ottón Solís Fallas, tenía que sacarla estratosféricamente de la cancha.
 
 Y si a este país patas arriba se le suma la indignación mundial por el Destino Manifiesto y la Doctrina Monroe del imperialismo estadounidense, el escenario burlesco está montado.

Días atrás, Laura Chinchilla Miranda, la misma presidenta fashion (fachosa o facha también aplica) costarricense, dijo que sería una actitud muy desagradable recibir a Su Santidad norteamericana, Barack Obama, con una serie de manifestaciones populares de indignados y emputados que no soportan sus métodos de salvación gloriosa mundial. 
 
Parece que Laura quiere que se olviden las oleadas sanguinarias de las guerras inventadas y la masacre de niños, mujeres y demás personas inocentes donde los Estados Unidos ponen su deificada presencia.

A pesar de todo, se puede entender que Laura diga estas sandeces ya que ella, durante esta administración, ha aborrecido cualquier síntoma popular de rabia, llámese huelga, tortuguismo, paro, bloqueo u otras formas de creatividad que manifiesten la famélica y mentirosa política de la tristemente célebre gobernante. 
 
También se puede entender que ella sienta empatía con la visita de Obama, puesto que aprendió bien como atacar personas inocentes, solo basta recordar los sucesos del 8 de noviembre de 2012 frente al edificio de la Caja Costarricense del Seguro Social.

Pero lo que llegó a ser el acabose en este cuento de corte costumbrista fueron las palabras del gobernante sin gobierno, Ottón Solís, líder histórico e inamovible del Partido Acción Ciudadana, el cual se ha unido a Laura Chinchilla en lo que podría ser perfectamente una telenovela basura al mejor estilo mexicano, solo falta que sea puesta en escena bajo la producción de Televisa y protagonizada por Verónica Castro y Rogelio Guerra. 
 
Y es que este refrito novelero ha tenido todos los elementos clásicos: primero se odiaban a muerte donde el primero veía a la segunda por encima del hombro, luego, entre ellos, surge un amor incomprendido por los otros personajes (los clásicos villanos), pero logran superar todas las adversidades juntos gracias al meloso amor que los une.

Este cuadro patético provocó que Ottón Solís ahora se preste a todas las ocurrencias del gobierno, solapando su ineptitud y decadencia, defendiéndolo cual caballero de blanca investidura y valeroso corcel. 
 
Así es como, tras las primeras palabras de Laura Chinchilla en defensa del poderoso emperador asesino de los Estados Unidos, sale ahora el señor Solís Fallas con similar ocurrencia, pero con matices más ridículos y descabellados, prácticamente insinuándole al pueblo que se le debe rendir pleitesía a Barack Obama.

¿Será que a Ottón se le pegaron las malas mañas o siempre las tuvo?
 
 Invita pues, el señor Solís, a pintar las casas y limpiar las calles para que los zapatos del presidente estadounidense no se ensucien o sus ojos no miren la miseria de este pueblo. 
 
Estas ideas ottonistas, curiosamente, son una continuidad de las políticas de principios de siglo XX para “blanquear la raza”, claro que con los matices del discurso de Ottón: hay que limpiar por encima, esconder la realidad por un momento, al menos mientras Obama se marcha. 
 
En resumidas cuentas, ser lo que el costarricense no es para aparentar lo que se quiere ser.

Sin embargo, ¿para qué limpiar las calles del país si Obama, a su paso, va a dejar tirados los restos de los cadáveres de las guerras imperiales que se han inventado para satisfacer sus intereses egoístas en nombre de la paz mundial?
 
 O será que Ottón quiere que los costarricenses pinten sus casas con la sangre derramada por niños en Irak, Afganistán, Libia, América Latina, Vietnam, Corea y cuanto lugar se le ha ocurrido a los Estados Unidos como parte de su programa genocida para la instalación de petroleras, McDonald’s, Coca Cola y demás poderosas transnacionales en el planeta y en nombre de la libertad por supuesto.

Una chinchillada más de Ottón Solís y una bocanada de tierra más a su propia sepultura.
 
 ¿Será que no entiende cómo funciona la realidad?
 
 ¿Será que Casa Presidencial lo tiene deslumbrado con quién sabe qué cuentos del poder político?
 
 ¿Será que su estadía en los Estados Unidos le provocó una obnubilación megalómana en la que el todopoderoso imperio debería ser la panacea para el país? 
 
Solo falta que Ottón le tienda una alfombra roja al presidente Obama, le lave los pies y se los bese hasta el cansancio, o que se ponga en posición de asiento para que el presidente descanse sobre su espalda.

Solo queda algo que decir. Ottón Solís, lo que usted dijo es una falta de total respeto. 
 
Costa Rica es un país con dignidad. Aquí y en los países subyugados por el imperio hay hombres, mujeres, niños y ancianos que merecen respeto, que no tienen por qué rebajarse como posiblemente lo hace usted frente a una persona con la calaña del presidente de los Estados Unidos. 
 
Si usted y Laura disfrutan del “lameyuyismo”, no esperen lo mismo del pueblo costarricense que se levanta todos los días para construir este país.
 
 Aquí, en este pequeño lugar del mundo, existen personas que jamás inclinarán sus espaldas en favor de un asesino cuando debería ser, más bien, el presidente Obama, el que doble sus rodillas para pedir perdón por todos los crímenes contra la humanidad cometidos por su país.

Costa Rica merece respeto de usted, de Laura, de Obama y de todos los demás filibusteros que pretenden violentar esta Patria, pero aquí hay un pueblo dispuesto a defenderla a toda costa.

Fuente: http://www.equipocritica.org/reflexion-editorial/editoriales-anteriores/la-nueva-chinchillada-de-otton-solis-alfombra-roja-para-obama/

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