El ejercito de la oligarquía anda por estos días capturando jóvenes para aumentar el pie de fuerza en la guerra contra el Pueblo.
Esta institución no seduce a la juventud, pese a las grandes sumas de dinero que invierte en propaganda de héroes.
Menos aun con la Acción Integral de todo el Estado, al mejor estilo de operaciones cívico - militares. Tiene que enlistarlos por la fuerza. Compelerlos, dice la ley.
Más de 170 mil jóvenes se encuentran en las filas del ejército, bien como soldados profesionales, o bien en calidad de regulares, bachilleres y campesinos.
Más de 170 mil jóvenes se encuentran en las filas del ejército, bien como soldados profesionales, o bien en calidad de regulares, bachilleres y campesinos.
Están allí obligados.
De no cumplir, les esperan sanciones económicas y de pronto, hasta la cárcel.
En el caso de los soldados profesionales, muchos ingresan porque no tienen alternativa de empleo.
Luego de prestar su servicio militar, una parte de los soldados decide quedarse pues no le esperan oportunidades. Ya preparados como máquinas de guerra, incluso encuentran mejores trabajos de mercenarios.
Las mismas FFMM han dicho que buena parte de la gente que preparan, está migrando hacia otros países donde les pagan mucho mejor por sus servicios especializados.
Y en el caso de los otros, los soldados regulares, bachilleres y campesinos, se vinculan para resolver su situación militar y así cumplir con un requisito que les posibilite, eventualmente, conseguir un trabajo, pues está prohibido que las empresas contraten a quien no porte una libreta militar.
Y en el caso de los otros, los soldados regulares, bachilleres y campesinos, se vinculan para resolver su situación militar y así cumplir con un requisito que les posibilite, eventualmente, conseguir un trabajo, pues está prohibido que las empresas contraten a quien no porte una libreta militar.
De hecho, pueden ser sancionadas si pasan por alto la norma.
Así queda claro en el artículo 37 de la Ley 48 de 1993 "Por la cual se reglamenta el servicio de Reclutamiento y Movilización".
Pese a esto y a otros “beneficios” ofrecidos para quienes se enfilen en el ejército, son millones de jóvenes los que no se inscriben al cumplir sus 18 años; prefieren vivir en la “ilegalidad”, es decir infractores los que no se inscriben, y remisos aquellos que luego de ser capturados y obligados a inscribirse, posteriormente no se presentan en la fecha de reclutamiento.
Eligen estas situaciones, antes que servir a una autoridad que no reconocen por ilegitima e ilegal. Antes de servir de carne de cañón defendiendo los intereses de una clase disparando contra la suya.
O simplemente, no se sienten convocados para defender la patria, pues no ven que ese sea el objetivo del ejército colombiano, más dedicado a cuidar los intereses foráneos, y subordinado al imperialismo.
En estos días entonces, el ejército realiza las famosas batidas. Asalta la juventud en la calle, la sube a patadas en sus camiones, y la descarga en una guarnición militar.
En estos días entonces, el ejército realiza las famosas batidas. Asalta la juventud en la calle, la sube a patadas en sus camiones, y la descarga en una guarnición militar.
Frena sus vidas y no hay derecho a reclamar. No hay derecho a objetar.
Las batidas se realizan pasando por encima de la legalidad, pues hay jurisprudencia de la Corte Constitucional que las prohíbe.
Pero el ejército se apoya en eufemismos leguleyos como compeler.