Nicaragua: “Oenegé” de Javier Meléndez Quiñónez facturó C$88 millones anuales

El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Los Procesos de Moscú / El pacto de Hitler y Trotsky)

Zinoviev, el traidor
 
La memoria de los Procesos de Moscú son un elemento esencial de la superestructura de nuestra época.
 
 A través de estos Procesos, por su contenido y por el momento en que se realizaron, se define el móvil de la mayor represión acaecida en el primer país socialista. 
 
¿Fue el modo de acallar disidencias a un poder dictatorial?
 
 ¿O fue la obligada defensa a una amenaza que provenía nada menos que de la Alemania nazi?

El 90% de las penas capitales dictadas en toda la existencia del estado soviético, lo fue en las circunstancias que dieron lugar a esos célebres juicios. 
 
Sin conocerlos es imposible entender la historia de la URSS y esta imposibilidad, a su vez, afecta gravemente toda comprensión de la experiencia socialista, la historia en general y, por lo tanto, la sociedad misma.

Mientras el socialismo estuvo en ascenso, estos juicios gozaron de respetabilidad como acto de justicia, no sólo entre los comunistas, sino entre la opinión democrática y progresista del mundo. 
 
Luego, esa reputación fue progresivamente desbaratada desde la propia URSS con sucesivas rehabilitaciones de los condenados. 
 
Se trató del período de la esclerosis burocrática. Finalmente, un fallo de la Corte Suprema de la URSS virtualmente consideró nulas todas las condenas.

Eran los tiempos de la Perestroika, los prolegómenos del retorno al capitalismo.

Sin embargo, no fue éste el final de la historia.
 
 La publicidad de archivos de los servicios secretos soviéticos, que se anunció como la refutación definitiva de los Procesos de Moscú, en la letra chica de sus contenidos no hizo más que ratificarlos y aún ampliar sus denuncias. 
 
Mientras tanto, Stalin se consolidó largamente como la figura histórica preferida de los rusos, en tanto que sus detractores -Trotsky, Jruschov o Gorbachov- han desaparecido de cualquier encuesta de valoración positiva. 
 
El trotskismo en Rusia se reduce a algunas decenas de personas, en su mayoría extranjeros. 
 
El retrato de Stalin acompaña las pancartas de las movilizaciones comunistas, así como sus campañas electorales.

Toda esta reversión del proceso de "desestalinización” culmina en una expresión orgánica:

El 21 de julio de 2001, el XXXII Congreso Extraordinario del UPC-PCUS, que reúne al Partido Comunista de la Federación Rusa y el grueso de los partidos y organizaciones del movimiento comunista en Rusia, rechazó el célebre informe “Sobre el culto a la personalidad y sus consecuencias” del XX Congreso del PCUS, así como la decisión del XXII Congreso de remover del mausoleo de Lenin los restos de Stalin.

¡21 de julio de 2001!

¿Por qué nadie ha informado de esto en la Argentina? Lo que sigue es un aporte severamente documentado, a los fines de establecer objetivamente lo que fueron los Procesos de Moscú.

Parte I

La supervivencia del trotskismo dependió y depende del sostén social de una premisa desesperada: que las decenas de confesiones de los Procesos de Moscú (1936, 1937 y 1938), protagonizadas muchas de ellas por primeras figuras del bolchevismo, fueron falsas y producto de la tortura.

El proceso al trotskismo tenía curso en enero de 1937 y había arrojado al mundo la curiosa y terrible nueva: Trotsky había pactado con Rudolf Hess, el ministro sin cartera de Hitler, el apoyo nazi para un golpe de estado. 
 
El nuevo gobierno consentiría la cesión de Ucrania y la URSS, territorialmente mutilada, sería puesta al servicio del expansionismo alemán como fuente de materias primas. 
 
Los golpistas se componían de una alianza de derechistas (Bujarin), trotskistas y militares, pero esto se precisó un año más tarde en el Proceso al bloque derechista-trotskista.

Frente a esto, nazis y trotskistas, con calcada virulencia en el lenguaje, se manifestaron simultánea y coincidentemente. No se trataba de impugnar algún testigo o alguna prueba clave.
 
 Frente a la avalancha probatoria que mostraban los juicios, sólo cabía la impugnación entera del procedimiento judicial, presentándolo como el armado de una gran farsa.

Así, un cable desde Berlín para el New York Times del 30/1/37, cita un discurso del "Coronel General Hermann Goering, como Presidente del Reichstag," atacando las "acusaciones de que Alemania está complotando con León Trotsky".

“Yo puedo mostrar”, dijo, “con un ejemplo, cuán estúpidas y absurdas son estas mentiras.
 
 En los juicios de Moscú, para los cuales los periódicos del mundo entero pueden encontrar solamente la expresión “juicios teatrales,” cuando es aseverado que un Ministro responsable del Reich negoció con Trotsky, no solamente nosotros, sino el mundo entero se ríe.”

Otro cable, de Asociated Press, del mismo día, el 30/1/37, publicado por el New York Times, reporta declaraciones todavía más descalificantes, si cabe, provenientes de Trotsky, desde México: “Los acusados no existen como personalidades...
 
Ellos fueron triturados antes del juicio…
 
Ante los ojos del mundo entero ellos se arrojaron bajo el carro de guerra de una terrible divinidad, pero a diferencia de los devotos hindúes, ellos no lo hicieron así voluntariamente, en un exceso de fanatismo, o en éxtasis religioso, sino a través de una acción a sangre fría para disminuirlos, bajo un garrote que los condujo a un estado de impasse.”

La prensa alemana, bajo el control del Ministro de Propaganda Paul Joseph Goebbels, ya se había expresado antes que Goering, según se resume en un radiograma desde Berlín para el New York Times del 25/1/37:

“Voceros oficiales germanos, tanto como los periódicos, ridiculizan los cargos de la fiscalía soviética, según los cuales trotskistas han supuestamente conspirado con Rudolf Hess, Canciller de Hitler y su primer lugarteniente. 
 
Estas acusaciones son calificadas como “descaradas e idióticas” y al desarrollar la refutación, avanzan para establecer que León Trotsky y nueve de los acusados en Moscú son judíos.”

En el New York Times del 21 de enero de 1937, se puede leer, aún antes de iniciarse las audiencias:

Trotsky ve en el juicio una caza de brujas

Planea comentar diariamente la información sobre las audiencias

Cable especial para el New York Times

Méjico DF 20 de enero de 1937

León Trotsky, el ex-líder Bolchevique exiliado, calificó hoy el juicio de los diecisiete presuntos trotskistas, previsto para mañana sábado en Moscú, como una nueva trampa de José Stalin, asegurando que los cuatro principales acusados fueron todos traidores políticos que abandonaron la causa del Sr. Trotsky por la de Stalin durante 1928.

El Sr. Trotsky anunció su intención de hacer diariamente su comentario durante todo el juicio.

El que fuera co-líder de la revolución soviética asemejó el juicio a la caza de brujas de la inquisición medieval en el cual las confesiones fueron impuestas a las víctimas por la tortura.

Él afirma que solamente traidores han podido ser presentados en Moscú, en lugar de los genuinos trotskistas, y aquí remarcó: en las prisiones hay cientos de verdaderos trotskistas.

Mencionando a los cuatro principales acusados –Karl Radek, Gregorio Piatakoff, Gregorio Sokolnikoff, ex embajador soviético en Londres, y L. Serebyakoff, ex Comisario Asistente para Comunicaciones- el Sr. Trotsky citó su larga historia como líderes de la revolución soviética y entonces subrayó:

“El buró político (comunista) entero y casi el comité central entero del heroico período de la revolución, excepto por Stalin, es proclamado agente de la restauración del capitalismo. ¿Quién creerá esto?”

Comentarios:

1) Sobre esta información preliminar, el lector verificará rápidamente, en nuestras reproducciones del New York Times, que mintió el líder nazi Goering cuando afirmó que “los periódicos del mundo entero pueden encontrar solamente la expresión “juicios teatrales” para los Procesos de Moscú. 
 
Este tipo de comentario provenía del fascismo, no de la opinión democrática. 
 
En la hemeroteca de la Biblioteca Nacional, en Buenos Aires, puede encontrarse información del diario Crítica sobre estos procesos, en tono objetivo, sin comentarios despectivos acerca de sus conclusiones.

2) La aseveración de Trotsky respecto a que la dignidad de “casi el comité central entero del heroico período de la revolución” había sido aniquilada por la tortura del régimen, lleva a la insalvable paradoja de que la Revolución de Octubre estuvo liderada por dos sectores: uno, el de los asesinos y torturadores y otro, el de los quebrados. 
 
¿Acaso fue aquélla una épica sin héroes? ¿Es posible que a la inteligencia de Trotsky no saltara a la vista este contrasentido? 
 
¿Por qué incurrió en él? 
 
La observación atenta de los juicios mostrará palpablemente que todo esto es falso, reconstruyendo, aún en las propias confesiones de los inculpados, los caracteres de personalidades descollantes, acordes con la envergadura de ese suceso revolucionario.
 
 Naturalmente, para Trotsky todo esto fue una vivencia directa. ¿Por qué la desmintió?

3) Sugerimos tomar nota de la fecha, 20 de enero de 1937, y lo dicho por Trotsky ese día, esto es, bien entrada la década del 30, en tono acusatorio y no, por supuesto, en defensa de Stalin: "en las prisiones hay cientos de verdaderos trotskistas". 
 
A doce años de la muerte de Lenin, o lo que es lo mismo, de gobierno "stalinista": "cientos" de trotskistas presos. ¿Cómo se pudo llegar a los millones de trotskistas que, como algunos alcanzan a decir sin encender polémica, Stalin habría asesinado para consolidar su poder?

Parte II

Es comprensible que, para el observador poco avisado, cueste admitir que el “izquierdista” Trotsky acuerde secretamente con Rudolf Hess una virtual alianza que involucra horripilancias como realizar espionaje a favor del nazismo.

Y, precisamente, el clima de la refutación que Trotsky ensaya de los Procesos de Moscú se crea en lo fundamental con argumentos de este género:

¿Cómo revolucionarios como Trotsky, Bujarin, Piatakov, Rykov, etc. podrían haber pactado con Hitler?

¿Cómo creer semejante cosa si el que lo afirma es Stalin?

Sin embargo, ateniéndonos a un pensamiento riguroso, encontramos que el recurso de Trotsky contiene una falacia esencial: un pacto es un acto de táctica política, dictado por conveniencias mutuas de coyuntura, que no necesita de afinidades ideológicas entre los pactantes. 
 
El pacto Molotov-Ribbentrop no volvió nazi a Stalin, ni comunista a Hitler. Además, los Procesos de Moscú son bastante más que las acusaciones (¿“stalinistas”?) del fiscal: son las convincentes confesiones de destacados dirigentes de algo tan frecuente en política como es una traición en masa de un determinado sector o tendencia, en circunstancias de cambios históricos trascendentes.

Pero un acuerdo secreto entre un Hitler bien nazi y un Trotsky igualmente trotskista, no sólo diluye su apariencia sorprendente, sino que se vuelve verdaderamente probable, en cuanto se observa que Trotsky, ya no en las sombras de una conspiración, sino en su actitud pública, a la vista del mundo entero, se comportaba como un izquierdista aliado objetivo del nazismo. Trotsky, como político experto, debió ser consciente de ello.
 
 Desde este punto de vista, los Procesos de Moscú son también perfectamente creíbles porque denuncian hechos que serían apenas un capítulo de una general actitud traidora de Trotsky que, por no ser secreta, es directamente comprobable.

Claro que, para apreciar esto, es menester distinguir entre la fraseología izquierdista de Trotsky y su significado concreto, práctico, en el contexto que se formula: año 1937, en plena guerra civil española, con la intervención del fascismo alemán e italiano, la agresión japonesa a China y los prolegómenos de la guerra mundial y de la invasión nazi a la Unión Soviética.

Las citas que siguen en apoyo de lo dicho, provienen todas del Tomo V de las obras de Trotsky, publicadas por el propio trotskismo. En cada cita se señala el número de página con la que puede ser hallada en:

http://es.scribd.com/doc/32478636/Trotsky-Escritos-Tomo-V

En orden a la brevedad, se seleccionan algunas citas representativas. Otras se acumulan al pie de este trabajo, como apéndice.

Trotsky borra las diferencias entre el fascismo y el antifascismo

La crucial necesidad de frenar al fascismo en el orden mundial obligaba, elementalmente, a inculcar en la opinión pública una apreciación de los valores democráticos y el consecuente señalamiento del fascismo como su negación inmediata. 
 
El empeño de Trotsky estaba puesto exactamente en lo contrario.

¿Cómo “aportaba” Trotsky a que la opinión diferenciara entre el fascismo y el antifascismo, distinguiera y valorara a las naciones y a las fuerzas que efectivamente, en el mundo, en mayor o menor medida, con mayor o menor consecuencia, podían constituirse en obstáculo del fascismo?

Frases como éstas lo ilustran:

Sobre el antifascismo:

“El “antifascismo” es una fórmula muy útil para la cháchara de sus excelencias los diputados, profesores, periodistas y charlatanes de salón. 
 
La fórmula desnuda del “antifascismo” no tiene ningún significado concreto para los obreros, desocupados, campesinos pobres, farmers arruinados, pequeños comerciantes en bancarrota, vale decir, la abrumadora mayoría de la población.” (p.254)

“…la democracia es la forma más aristocrática de gobierno. Solamente aquellos países del mundo que tienen esclavos son capaces de conservar la democracia, como Gran Bretaña, donde cada ciudadano tiene nueve esclavos; Francia, donde cada ciudadano tiene esclavo y medio, y Estados Unidos.
 
 No puedo calcular sus esclavos, pero es casi todo el mundo, comenzando por Latinoamérica. Los países más pobres como Italia renunciaron a su democracia.” (p.502)

Sobre el respeto a la legalidad internacional:

“Evidentemente, Francia, Inglaterra, o Rusia tenían bases “legales” para ayudar al gobierno legal de España, mucho mayores que las de Mussolini o Hitler para ayudar a un general insurrecto. 
 
Pero, como dijimos antes, la política de las grandes potencias no se basa en lo más mínimo en principios jurídicos o morales.” (p. 252)

Sobre los movimientos y personalidades pacifistas y progresistas:

“Hasta no hace mucho tiempo, los pacifistas de todo los colores creían, o fingían creer, que se podría impedir una nueva guerra con ayuda de la Liga de las Naciones, congresos aparatosos, referéndums y otros despliegues teatrales, la mayoría de los cuales fueron financiados con dinero de la URSS. ¿Qué ha sido de esas ilusiones?” (p.236)

“Es preciso abrir los ojos de la opinión pública al hecho de que la propaganda melosa y falsa de mucho filósofos, moralistas, estetas, artistas, pacifistas, y “dirigentes” laborales, en defensa del Kremlin, bajo el pretexto de “defensa de la Unión Soviética”, es pagada generosamente con el oro de Moscú.
 
 Debemos cubrir estos caballeros con la infamia que han ganado tan copiosamente. (p.334)

"Escritores con la reputación de Romain Rolland, el difunto Barbusse, Malraux, Heinrich Mann o Feucht-wanger, son en realidad pensionistas de la GPU, la cual paga generosamente los servicios “morales” de estos amigos, a través de la Editorial del Estado.” (p. 333)

Sobre los países en oposición al bloque fascista de Alemania, Italia y Japón:

“Para justificar su política militarista y chovinista, las internacionales Segunda y Tercera difunden la idea de que la nueva guerra tendrá por misión defender la libertad y la cultura - representadas por los países “pacíficos”, encabezados por las grandes democracias del Nuevo y del Viejo Mundo- frente a los agresores fascistas: 
 
Alemania, Italia, Austria, Hungría, Polonia y Japón. Esta clasificación resulta dudosa, inclusive desde un punto de vista puramente formal. 
 
El estado yugoslavo no es menos “fascista” que el húngaro, Rumania no se encuentra más cerca de la democracia que Polonia. 
 
La dictadura militar impera no sólo en Japón, sino también en China.
 
 El sistema político de Stalin se aproxima cada vez más al de Hitler. En Francia, el fascismo está barriendo a la democracia cuando la guerra todavía no se ha declarado. Los gobiernos del “Frente Popular” hacen todo lo posible por facilitar la transición.
 
 Como vemos, ¡en el sistema mundial imperante no resulta fácil separar a los lobos de los corderos!”(p.237)

Sobre los frentes populares antifascistas:

“…la política del llamado Frente Popular fluye totalmente de la negación de las leyes de la lucha de clases.” (p.416)

“En suma, el Frente Popular es un frente político de la burguesía y el proletariado. 
 
Cuando dos fuerzas tienden en direcciones opuestas, la diagonal del paralelogramo se aproxima a cero. Esta es exactamente la fórmula gráfica de un gobierno del Frente Popular.” (p. 389)

¿Cómo “contribuía” Trotsky a que la opinión pública viera a la República Española con ojos distintos al franquismo, a discernir allí entre democracia y fascismo?

Con expresiones de este tipo:

“Pero aun suponiendo que Negrín lograra la victoria sobre Franco, el resultado de una victoria puramente militar sería la instauración de una nueva dictadura militar que no sería muy distinta de la dictadura de Franco…”

“…Si la guerra civil en su forma actual se prolonga por un periodo largo ante la creciente indiferencia de las masas nacionales, la culminación podría ser la desmoralización de los dos bandos y un acuerdo entre generales con el fin de instaurar una dictadura militar conjunta.” (p.252)

¿Cómo “ayudaba” Trotsky a que la opinión pública viera a la Unión Soviética con ojos distintos a la Alemania Nazi?

Con frases como éstas:

“Es difícil encontrar en la historia un caso de reacción no teñido de antisemitismo. Esta peculiar ley histórica se corrobora hoy día completamente en la Unión Soviética.” (p. 402)

“La historia no conoce crímenes más horribles, tanto por su intención como por su ejecución, que los procesos de Moscú de Zinoviev-Kamenev y Piatakov-Radek.” (p.108)

“¿Cuándo y en qué lugar la personalidad del hombre se ha degradado tanto como en la URSS?” (p. 200)

“La época en que el imperialismo mundial sometió a la Unión Soviética a un asedio pertenece al pasado. El bloqueo actual es organizado por la misma burocracia soviética. 
 
De la revolución, tal como la entiende, solamente ha conservado el culto a la violencia policíaca.
 
 Cree que con la ayuda de perros policías se puede cambiar el curso de la historia. Lucha por su existencia con una furia conservadora que no ha sido demostrada por ninguna clase dirigente en toda la historia.
 
 Por este camino llegó en corto tiempo a cometer crímenes como no los ha cometido el fascismo.” (p.498)

¿Cuál es la respuesta que Trotsky propone ante el avance fascista?

¡El derrotismo!

Por eso propone ¡negarle financiación al Ejército Republicano Español!

“En el Socialist Appeal del 1° de noviembre de 1936, en la primera página, en el editorial, encuentro la frase siguiente:
 
 “Los obreros revolucionarios deben proseguir su agitación para conseguir armas para los obreros y campesinos españoles, no para el gobierno democrático burgués español.”

“Esto fue escrito en la época de Largo Caballero, antes de la sangrienta represión de los obreros revolucionarios. 
 
Siendo así, ¿cómo pudimos votar (los trotskistas españoles) a favor del presupuesto militar para el gobierno de Negrin? (p.285)

“…Llevar la lucha de clases a su forma más alta -la guerra civil- es la tarea del derrotismo. 
 
Pero esta tarea sólo puede ser resuelta por medio de la movilización revolucionaria de las masas, es decir, ampliando, profundizando y agudizando aquellos métodos revolucionarios que constituyen el contenido de la lucha de clases en "tiempos de paz"…

“…El derrotismo revolucionario sólo significa que en la lucha de clases el partido proletario no se detiene ante ninguna consideración "patriótica", porque la derrota de su propio gobierno imperialista, provocada o acelerada por el movimiento de masas revolucionario, es un mal incomparablemente menor que la victoria lograda al precio de la unidad nacional, es decir, por la postración política del proletariado.
 
 Allí radica el significado completo del derrotismo y este significado es totalmente suficiente.” (p. 535)

“Imaginémonos que en Checoslovaquia tenemos una política revolucionaria y que ésta conduce a la conquista del poder. 
 
Sería cientos de veces más peligroso para Hitler que el apoyo patriótico de Checoslovaquia.
 
 Es por esto que resulta absolutamente obligatorio que nuestros camaradas sigan una política derrotista.” (p.548)

Todas estas manifestaciones públicas de Trotsky, en que fascismo y antifascismo, Hitler y Stalin, se vuelven variaciones de opresión indiferentes para los pueblos, revelan que no existía ninguna incompatibilidad principista en su pensamiento que pudiera impedirle, ideológicamente, concertar una alianza con Hitler con el fin de derribar a Stalin.

Pero ¿hacer espionaje para los nazis? ¿podría rebajarse a tanto?

A la luz de su pública promoción de la delación, Trotsky se muestra perfectamente capaz de eso:

“Es preciso establecer definitivamente y publicar los nombres de todos los stalinistas extranjeros que tuvieron o tienen cualquier cargo militar, policial o administrativo en España.
 
 Todos estos individuos son agentes de la GPU, implicados en los crímenes cometidos en ese país.” (p.334)

“Tenemos que publicar literatura apropiada y recoger fondos para su publicación. En cada país debería ser publicado un libro revelando completamente la sección respectiva de la Comintern.” (p.334)

APENDICE

Sobre los países en oposición al bloque fascista de Alemania, Italia y Japón:

“La política internacional de Stalin, basada en la opresión al pueblo de la URSS, coincide o busca coincidir en todo con las políticas de las democracias imperialistas.
 
 Stalin mira hacia un acercamiento con los actuales gobiernos de Francia, Gran Bretaña y los Estados Unidos. Con este fin, ha transformado las secciones correspondientes de la Comintern en partidos social imperialistas.” (p.593)

Por consideraciones de carácter político interno o diplomático, León Blum, León Jouhaux, Vandervelde, y sus compañeros de otros países, han organizado en el sentido exacto de la palabra, una conspiración de silencio alrededor de los crímenes de la burocracia stalinista en la Unión Soviética y en el resto del mundo. Negrín y Prieto, son cómplices directos de la GPU. ¡Hacen todo esto bajo el pretexto de defender la “democracia”! (p. 333)

“Podemos partir de la afirmación de que, en todo caso, el futuro conflicto militar no se producirá entre las naciones “democráticas” y las fascistas. 
 
En la actualidad podría parecer que no es así: de un lado tenemos a Italia, Alemania, Japón y Polonia. (Es absolutamente erróneo decir que Japón es fascista, pero, por el momento, podemos aceptar esta caracterización vulgar que hace Moscú.) 
 
En el otro bando están Inglaterra, Francia, la Unión Soviética.
 
 No sé si este último es un país “democrático”, pero podemos aceptar esta caracterización en aras de la simplificación. Estados Unidos colabora con esta combinación.” (p.292)

“Creo que la derrota de España que ahora se aproxima -la deserción del gobierno ocurrirá en las próximas semanas-, producirá la más grande impresión, que se dirigirá directamente contra los stalinistas. Después de la derrota, las partes comprometidas se acusarán unas a otras.
 
 El odio de los socialistas en España es terrible. Luego regresarán los voluntarios y tendremos cientos de Beattys porque la guerra civil es una gran escuela. 
 
Además el Frente Popular en Francia es un fracaso total.
 
 Hoy los informes muestran que el mercado de la bolsa norteamericana está de nuevo nervioso, ha caído. Estas son las últimas convulsiones de la política del New Deal con todas sus ilusiones. 
 
Estos tres factores -la derrota en España, la derrota del Frente Popular en Francia y, con vuestro permiso, la bancarrota del New Deal- significan un golpe mortal para los demócratas. Naturalmente que también depende de nuestra actividad.” (p.518)

¿Cómo “contribuía” Trotsky a que la opinión pública viera a la República Española con ojos distintos al franquismo, a discernir allí entre democracia y fascismo?

“La GPU es el verdadero gobierno de la llamada España Republicana.
 
 Tanto el ejército como la policía del gobierno de Valencia están en sus manos.”

Ante tal declaración, preguntan a Trotsky si la GPU ejerce su influencia por intermedio de alguna agencia española que colabora con Moscú.

“No -exclama Trotsky enfáticamente- es la verdadera GPU, la rusa, actuando bajo las órdenes directas de Stalin. (p 318)

“En España, donde el llamado gobierno republicano, sirve como escudo legal a las bandas criminales de Stalin, la GPU encontró el campo más favorable para realizar las instrucciones del plenum de abril.” (p. 331)

“La democracia ideada por la burguesía no es, como pensaron Bernstein y Kautsky, un saco vacío que se puede llenar indiferentemente con cualquier clase de contenido.
 
 La democracia burguesa puede servir solamente a la burguesía.
 
 Un gobierno del “Frente Popular”, ya sea encabezado por Blum o Chautemps, Caballero o Negrín, es solamente “un comité para el manejo de los negocios comunes de toda la burguesía”. 
 
Siempre que este “comité” maneja mal los negocios, la burguesía lo expulsa de una patada.” (p.324)

“…sostuve que no había esperanzas de una verdadera victoria militar de los llamados republicanos, porque tienen el mismo programa que Franco.
 
 Un campesino español ve las grandes propiedades terratenientes y se pregunta: ¿Por qué debo luchar por la democracia? 
 
Vio la democracia en el pasado, pero en la Guerra Civil no existe democracia. 
 
Existe una fuerte censura militar y los obreros o los campesinos no ven ninguna diferencia. 
 
Para ambos bandos es un régimen militar. 
 
Por eso los campesinos y los obreros se han vuelto indiferentes a la Guerra Civil. 
 
Yo no voy a ser indiferente; estoy por la victoria del ejército republicano, pero mi opinión no tiene importancia. 
 
La victoria estará determinada por los sentimientos de millones de trabajadores pobres y oprimidos de que ésta es la revolución, y yo afirmo que los republicanos hicieron todo lo posible por garantizar su propia derrota.”

(Aunque Trotsky pareciera, por momentos, hablar de la República como si ya no existiera, esto está dicho el 27 de julio de 1937, p. 228)

¿Cómo “ayudaba” Trotsky a que la opinión pública viera a la Unión Soviética con ojos distintos a la Alemania Nazi?

De una entrevista concedida al Jewish Daily Forward, el 18 de enero de 1937: “…el proceso de Moscú es el fraude judicial más grande de toda la historia política mundial. 
 
Otros juicios que han pasado a la historia, tales como el de Beilis en Rusia zarista, el de Dreyfus en Francia y el del incendio del Reichstag en Alemania son un juego de niños al lado del proceso de los dieciséis…”

“…En 1927, Stalin ya escribía en los documentos oficiales -en tono sumamente discreto, pero con intenciones claras- que la mayoría de los militantes de la Oposición eran judíos.
 
 Decía: no luchamos contra Trotsky, Zinoviev, Kamenev y los demás porque son judíos sino porque militan en la Oposición. La intención es, evidentemente, señalar que los dirigentes de la Oposición son judíos…

“Stalin es el organizador de los crímenes políticos más grandes de la historia universal.” (p.83)

“Los experimentos electorales totalitarios atestiguan solamente que, una vez que todos los partidos han sido aplastados, incluyendo el propio, que los sindicatos han sido estrangulados, que la prensa, la radio y el cine han sido subordinados a la Gestapo o a la GPU, si pan y trabajo se dan solamente a los dóciles o los silenciosos, mientras un revólver se coloca en la sien de todo sufragante, entonces es posible alcanzar elecciones “unánimes”. (p.403)

"Hitler combate la alianza franco-soviética, no por hostilidad principista hacia el comunismo (¡ninguna persona seria cree ya en el papel revolucionario de Stalin!) 235

¿Cuál es la respuesta que Trotsky propone ante el avance fascista?

¡El derrotismo!

“Si usted no quiere apoyar a los gobiernos aliados de la Unión Soviética, usted es prácticamente un derrotista.”… 
 
Contesté aclarando que desarrollamos nuestra política no a través de los gobiernos, sino a través de las masas y mientras continuamos en oposición irreconciliable hacia los gobiernos burgueses aliados de la Unión Soviética, como Francia; en la aplicación práctica de nuestra línea general, hacemos todo -todo lo posible- por proteger los intereses de la defensa de la Unión Soviética, o China, etcétera.” (p.397)


Foro Comunista

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