REALIDAD: “En octubre de 1962 , Lo que puso al mundo al borde de una catástrofe nuclear fue la extrema agresividad de la política de Estados Unidos hacia Cuba.
La dirigencia revolucionaria aceptó la instalación de misiles nucleares cuando ya el gobierno de Estados Unidos, después de ensayar con el desembarco de mercenarios , el estrangulamiento económico y otras medidas hostiles, había decidido invadir militarmente a la isla.
Fue pues, para Cuba, un acto de legítima defensa, sin otra opción viable, para detener la inminente agresión.
Cuba lo aceptó, además, como “un deber elemental de solidaridad e internacionalismo” con la URSS, cuyas fronteras estaban rodeadas por todas partes de misiles de Estados Unidos.
En Miami fue establecida, bajo la dirección de Ted Shackley (“El Fantasma”), la mayor estación de la CIA en todo el mundo.
Miles de “exiliados” cubanos fueron reclutados y pagados ($200 mensuales).
El presupuesto de la JM WAVE (nombre codificado de la estación) era superior a 100 millones de dólares anuales. Su misión principal era asesinar a Fidel.
Todos los intentos fracasaron, incluyendo algunos en coordinación con la mafia. La JM WAVE realizó miles de acciones terroristas contra Cuba.
Después de la victoria de Playa Girón, el gobierno norteamericano endureció su política contra Cuba.
La soberbia imperial no le permitía asimilar la histórica derrota.
La CIA puso en marcha la Operación Mangosta, la mayor y más costosa de todas las emprendidas por la Agencia.
Su único objetivo: destruir a la Revolución Cubana.
Por otra parte, Washington se empeñó en aislar diplomáticamente a Cuba y logró su expulsion de la OEA.
Los gobiernos cipayos se plegaron y solamente México votó en contra.
Fidel respondió con la Segunda Declaración de La Habana, aprobada –como la Primera- por más de un millón de cubanos reunidos en la Plaza de la Revolución.
Desde la Cumbre de Viena, en junio de 1961, -según su hijo Serguei- Nikita Kruschev estaba convencido de que Kennedy tomaría revancha de la derrota en Playa Girón.
Igual convencimiento tenía la dirigencia cubana. Descartada una nueva invasión de mercenarios, sería esta vez un intervención militar directa de Estados Unidos.
Por lo menos en dos ocasiones, durante la primera mitad de 1961, Cuba se mostró dispuesta a mejorar las relaciones con Estados Unidos y a resolver pacíficamente las diferencias económicas y políticas.
Pero los Estados Unidos no estuvieron ni han estado nunca dispuestos a discutir con Cuba en un plano de igualdad y sin condiciones.
El 17 de septiembre de 1962, en una reunión de los Comités de Relaciones Exteriores y de las Fuerzas Armadas del Senado de Estados Unidos, se acordó realizar acciones contra Cuba, incluyendo operaciones militares.
El 24 de septiembre, la Cámara de Representantes tomó un acuerdo semejante. La agresión a Cuba había sido decidida.
Lo que puso al mundo al borde de una catástrofe nuclear, por tanto, fue la política agresiva, hostil y amenazante de Estados Unidos contra un pequeño país que solamente reclamaba el respeto a su soberanía, la prepotencia imperial que no soportaba la derrota de Playa Girón, y su decisión de aplastar a la Revolución Cubana mediante una intervención militar directa en la isla.
Durante la Crisis de Octubre, nunca un líder revolucionario estuvo más a la altura de su pueblo, y nunca un pueblo revolucionario estuvo más a la altura de su líder.
Con su valentía y dignidad, Cuba demostró que poseía otros misiles, los misiles morales, mucho más poderosos que los nucleares.