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¿Es el Vaticano una sucursal de Guantánamo? Exmayordomo del Papa hace graves denuncias


En la segunda sesión del juicio por robo agravado que se celebra en su contra en el Vaticano, el ex mayordomo del Papa, Paolo Gabriele, sorprendió hoy a todo el mundo al denunciar un trato inhumano durante los primeros 15-20 días de detención.

No sólo estuvo en una celda en la que no había espacio siquiera para “poder estirar los brazos”, sino que debió soportar que la luz eléctrica estuviera prendida durante las 24 horas del día.

Tan inesperada fue tal revelación -que hizo pensar a todo el mundo al Vaticano como una suerte de nueva Guantánamo-, que el presidente del tribunal enseguida decidió abrir una investigación por eventuales abusos durante la detención.

“¿Es verdad que en los primeros 15-20 días de detención la luz de su celda estuvo prendida 24 horas sobre 24?”, le preguntó a Gabriele su abogada defensora, Cristiana Arru, en la segunda sesión del “juicio del siglo”, que arrancó el sábado pasado en medio de inmensa expectativa mediática.

“Sí, es verdad, no había interruptor eléctrico y esto me afectó la vista”, respondió Gabriele, el ex mayordomo considerado el máximo culpable del escándalo Vatileaks, como se denomina la mayor filtración de documentos reservados del despacho del mismo Papa.

Padre Federico Lombardi, vocero de la Santa Sede, intentó relativizar esta denuncia, que provocó gran impacto.
 
 “Hasta la celda más pequeña del Vaticano respeta los estándares mínimos internacionales y en cuanto al tema de la luz, habrá que aclarar si lo que había corresponde con los estándares mínimos”, dijo Lombardi.
 
 “El fiscal deberá ver si hubo violaciones a las condiciones de detención, y también ver si no se hicieron acusaciones injustas”, agregó Lombardi, que recordó que el fiscal intervino 39 veces al comienzo del proceso para asegurarse las buenas condiciones del detenido, asistencia médica, asistencia espiritual y visita de los parientes y abogados. 
 
“Me parece extraño que salga justo ahora a flote esto de las condiciones inhumanas”, concluyó el vocero del Vaticano.

En la misma audiencia, en la que declaró el secretario personal del Papa, don Georg Ganswein y otros cinco testigos, Gabriele se proclamó inocente del delito de robo agravado. 
 
Pero admitió sentirse culpable “por haber traicionado la confianza del Santo Padre, a quien quería como a un padre”.

Persona muy devota, de 46 años y tres hijos, “Paoletto” fue arrestado el 23 de mayo pasado cuando la gendarmería vaticana encontró 82 cajas repletas de documentos reservados en su domicilio y a pocos días de la salida del libro “Su Santidad, las cartas secretas de Benedicto XVI”, del periodista Gian Luigi Nuzzi.

Gabriele, reo confeso de haberle dado a Nuzzi los documentos necesarios para ese libro-bomba, que desnudó internas feroces en el seno del Vaticano, en el interrogatorio de hoy dijo que nunca pensó que iba a ser publicado un libro. 
 
Además, aseguró que no tuvo cómplices en la recolección de documentación reservada y que tampoco los filtró por dinero. 
 
Tal como había hecho durante los interrogatorios anteriores, explicó que actuó empujado por su ira al ver que “el Papa no estaba siendo informado de lo que pasaba en el Vaticano y que estaba siendo manipulado”.

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