Los “periodistas independientes” que cobran de la nómina de veinte millones de dólares que les asigna el Departamento de Estado norteamericano ya encontraron su negocio en los graves daños ocasionados en el Oriente de Cuba por el huracán Sandy.
“El hambre es tan grande que la población está desesperada”,”Hay grandes colas en las tiendas en divisas.
Fuertes discusiones y enfrentamientos violentos en Santiago y Palma Soriano”, dicen a páginas como Diario de Cuba, financiada por la Agencia Española de Cooperación Internacional.
Estas imágenes muestran una realidad algo diferente.
No estaría de más recordarles imágenes como estas, protagonizadas por
las “fuerzas represivas” de quienes les pagan en New Orleans tras el
paso del huracán Katrina, e invitarlos a encontrar algo semejante en
Santiago de Cuba.