La guerra por el trono de San Pedro
Gustavo-Adolfo Vargas* | Opinión
El Nuevodiario.com.ni - 17 de junio de 2012 - MONCADA
La lucha de poder en el seno de la Iglesia se dirime en todos los medios de comunicación. ¿A quién beneficia la masiva filtración de documentos secretos conocida como VaticanLeaks? Ello tiene conmocionado al Vaticano. Los vicarios de Dios parecen demasiado pendientes de los tesoros terrenales.
Una supuesta carta secreta, señala que Benedicto XVI está arreglando todo para que su sucesor sea el actual arzobispo de Milán, el cardenal Ángelo Scola. A sus 85 años, el Papa, un anciano enfermo y solo, vive aislado en su apartamento, desconcertado por la lucha entre los cardenales, intenta ganar poder antes de la celebración del próximo cónclave.
Las miradas están puestas en las más altas instancias de la Santa Sede, donde sus moradores libran una guerra por sentarse en el trono de San Pedro en cuanto Joseph Ratzinger se muera o dimita. Las divergencias entre los supremos jerarcas de la Curia, que hasta ahora manejaban en secreto, comienzan a emerger a la luz pública.
La casta de diplomáticos pontificios, considera que el Papa ha ido demasiado lejos, propiciando la transparencia de los recursos de la Iglesia, cortando tajantemente la permisividad con los abusos a menores. Muy vertiginoso para este alemán, atrapado en un laberinto de intrigas y golpes bajos.
Durante 26 años, el Vaticano, estuvo regido por un Papa polaco, experto en relaciones públicas y desde hace siete por este introvertido Papa alemán. Pareciese que Italia se remonta a la reconquista de la silla de Pedro.
Las circunstancias plantean muchas interrogantes, ¿Podría darse un Golpe de Estado en el Vaticano? El Papa se encuentra muy enfermo y su edad rebasa los 80 años, establecidos para el retiro de cardenales y obispos; pero no quiere hacerlo voluntariamente. Sin duda, sería un sui generis golpe de Estado no comparable a los patrones convencionales.
La detención del mayordomo del Papa dejó al descubierto la guerra de poder en el Vaticano, el cardenal Bertone envió al exilio a varios de sus más cercanos colaboradores. La lucha es encarnizada y Benedicto XVI trata, hasta ahora sin éxito de obtener una tregua.
En stricto sensu, el golpe de Estado consiste en el cambio de liderazgo político. No obstante, a veces no es necesario derrocar al gobernante, sino designarle un regente, consejero o coadjutor quien gobernara en su nombre. En el caso que nos ocupa, puede ser método de sucesión provisorio mientras se prepara el Cónclave que elegirá a su sucesor.
El Ius canonicum permite que un Papa se retire, mas nada dispone para forzar su renuncia. Especulaciones sobre un retiro voluntario del Papa, que sería el segundo en los dos mil años de historia de la Iglesia Católica, se escuchan en Roma cada vez con mayor insistencia.
El Opus Dei controla el Vaticano. Su influjo sobre el Papa Benedicto XVI supera cualquier duda, logrando que el Pontífice, en medio de la sórdida lucha ideológica librada internamente, margine a un importante sector progresista de la Iglesia, considerado demasiado liberal.
Aduciendo razones de salud, el clero progresista sugirió la retirada papal; por su parte, los purpurados conservadores, consideran indispensable sustituir al Papa, utilizando como excusa sus problemas físicos, a fin de evitar que prosiga la línea del ecumenismo, el cual creen un peligro para la soberanía de la Iglesia Católica, por asociarla con otras confesiones.
En Roma viven un clima de fin de reino, que aviva los rumores sobre una posible dimisión o retiro forzoso del Papa. El ocaso del pontificado de Benedicto XVI, trasciende a otros aspectos de la vida interna del Vaticano, aumentando las intrigas y afectando la gerontocracia que actualmente gobierna a la Iglesia.
Por inverosímil que parezca, esta es una historia llena de traición, donde soldados del Altísimo luchan por el poder con armas de Satán; un Papa cuya salud es endeble y un banco que utiliza el nombre de Dios en vano, convirtiendo su Tabernáculo en un verdadero campo de batalla. Con justa razón, L’Osservatore romano en un editorial describe la situación de Benedicto XVI como: “un pastor rodeado por lobos”.
Acorde con el tradicional oscurantismo en los asuntos del Vaticano, quizá nunca se conozca la verdad, ni la identidad del cuervo ataviado de púrpura. Bajo las presiones del Opus Dei, cada vez con más insistencia se habla del retiro de Benedicto XVI, para que designe un coadjutor o regente impuesto por la organización que prepare la sucesión en un Cónclave acorde a sus cánones. ¿Será esté una especie de golpe de Estado al estilo Vaticano?
Gustavo-Adolfo Vargas* | Opinión
El Nuevodiario.com.ni - 17 de junio de 2012 - MONCADA
La lucha de poder en el seno de la Iglesia se dirime en todos los medios de comunicación. ¿A quién beneficia la masiva filtración de documentos secretos conocida como VaticanLeaks? Ello tiene conmocionado al Vaticano. Los vicarios de Dios parecen demasiado pendientes de los tesoros terrenales.
Una supuesta carta secreta, señala que Benedicto XVI está arreglando todo para que su sucesor sea el actual arzobispo de Milán, el cardenal Ángelo Scola. A sus 85 años, el Papa, un anciano enfermo y solo, vive aislado en su apartamento, desconcertado por la lucha entre los cardenales, intenta ganar poder antes de la celebración del próximo cónclave.
Las miradas están puestas en las más altas instancias de la Santa Sede, donde sus moradores libran una guerra por sentarse en el trono de San Pedro en cuanto Joseph Ratzinger se muera o dimita. Las divergencias entre los supremos jerarcas de la Curia, que hasta ahora manejaban en secreto, comienzan a emerger a la luz pública.
La casta de diplomáticos pontificios, considera que el Papa ha ido demasiado lejos, propiciando la transparencia de los recursos de la Iglesia, cortando tajantemente la permisividad con los abusos a menores. Muy vertiginoso para este alemán, atrapado en un laberinto de intrigas y golpes bajos.
Durante 26 años, el Vaticano, estuvo regido por un Papa polaco, experto en relaciones públicas y desde hace siete por este introvertido Papa alemán. Pareciese que Italia se remonta a la reconquista de la silla de Pedro.
Las circunstancias plantean muchas interrogantes, ¿Podría darse un Golpe de Estado en el Vaticano? El Papa se encuentra muy enfermo y su edad rebasa los 80 años, establecidos para el retiro de cardenales y obispos; pero no quiere hacerlo voluntariamente. Sin duda, sería un sui generis golpe de Estado no comparable a los patrones convencionales.
La detención del mayordomo del Papa dejó al descubierto la guerra de poder en el Vaticano, el cardenal Bertone envió al exilio a varios de sus más cercanos colaboradores. La lucha es encarnizada y Benedicto XVI trata, hasta ahora sin éxito de obtener una tregua.
En stricto sensu, el golpe de Estado consiste en el cambio de liderazgo político. No obstante, a veces no es necesario derrocar al gobernante, sino designarle un regente, consejero o coadjutor quien gobernara en su nombre. En el caso que nos ocupa, puede ser método de sucesión provisorio mientras se prepara el Cónclave que elegirá a su sucesor.
El Ius canonicum permite que un Papa se retire, mas nada dispone para forzar su renuncia. Especulaciones sobre un retiro voluntario del Papa, que sería el segundo en los dos mil años de historia de la Iglesia Católica, se escuchan en Roma cada vez con mayor insistencia.
El Opus Dei controla el Vaticano. Su influjo sobre el Papa Benedicto XVI supera cualquier duda, logrando que el Pontífice, en medio de la sórdida lucha ideológica librada internamente, margine a un importante sector progresista de la Iglesia, considerado demasiado liberal.
Aduciendo razones de salud, el clero progresista sugirió la retirada papal; por su parte, los purpurados conservadores, consideran indispensable sustituir al Papa, utilizando como excusa sus problemas físicos, a fin de evitar que prosiga la línea del ecumenismo, el cual creen un peligro para la soberanía de la Iglesia Católica, por asociarla con otras confesiones.
En Roma viven un clima de fin de reino, que aviva los rumores sobre una posible dimisión o retiro forzoso del Papa. El ocaso del pontificado de Benedicto XVI, trasciende a otros aspectos de la vida interna del Vaticano, aumentando las intrigas y afectando la gerontocracia que actualmente gobierna a la Iglesia.
Por inverosímil que parezca, esta es una historia llena de traición, donde soldados del Altísimo luchan por el poder con armas de Satán; un Papa cuya salud es endeble y un banco que utiliza el nombre de Dios en vano, convirtiendo su Tabernáculo en un verdadero campo de batalla. Con justa razón, L’Osservatore romano en un editorial describe la situación de Benedicto XVI como: “un pastor rodeado por lobos”.
Acorde con el tradicional oscurantismo en los asuntos del Vaticano, quizá nunca se conozca la verdad, ni la identidad del cuervo ataviado de púrpura. Bajo las presiones del Opus Dei, cada vez con más insistencia se habla del retiro de Benedicto XVI, para que designe un coadjutor o regente impuesto por la organización que prepare la sucesión en un Cónclave acorde a sus cánones. ¿Será esté una especie de golpe de Estado al estilo Vaticano?