La eliminación de Cuba de la lista de estados terroristas y acusar recibo públicamente de una propuesta cubana sobre cooperación en lucha contra ese flagelo son algunas de las recomendaciones al gobierno estadounidense que un comité académico binacional presentó el lunes para mejorar las relaciones entre ambas naciones reporta AP.
El Taller Académico Cuba-EEUU (TACE) —integrado por nueve académicos estadounidenses de American University, ocho cubanos de la Universidad de la Habana y algunos invitados— presentó públicamente sus recomendaciones por primera vez tras reunirse en seis ocasiones desde junio del 2009, a iniciativa de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), una red de más 70 centros de investigación latinoamericanos creada en 1982 y con sede en Buenos Aires.
Philip Brenner, profesor de American University, dijo durante una conferencia en el centro de estudios The Brookings Institution que el tema del terrorismo “es un gran elefante en el salón porque ambos países tratan el tema con gran carga emocional” y que los integrantes de TACE “pensamos que es un área donde podría haber un abordaje constructivo”.
El Departamento de Estado mantiene a Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo junto a Irán, Sudán y Siria, a los que aplica sanciones que incluyen la suspensión de la ayuda estadounidense y la prohibición de exportación y venta de equipo militar.
Cuba niega patrocinar a organizaciones terroristas y acusa a Washington de aprovechar la guerra al terrorismo para expandir su influencia política y militar alrededor del planeta.
Andrés Serbin, presidente de CRIES, explicó que los miembros de TACE son académicos con experiencia en cargos oficiales y con acceso a funcionarios claves en sus respectivos países, pero es completamente no gubernamental.
El único integrante cubano de TACE en asistir a la conferencia fue el internacionalista Jorge Mario Sánchez, quien explicó que las recomendaciones han sido compartidas con ambos gobiernos “de manera informal”.
“Este ejercicio no tiene la pretensión de provocar cambios de manera inmediata en el proceso político. Se reconoce que eso tiene sus propias reglas”, dijo Sánchez.
El Taller Académico Cuba-EEUU (TACE) —integrado por nueve académicos estadounidenses de American University, ocho cubanos de la Universidad de la Habana y algunos invitados— presentó públicamente sus recomendaciones por primera vez tras reunirse en seis ocasiones desde junio del 2009, a iniciativa de la Coordinadora Regional de Investigaciones Económicas y Sociales (CRIES), una red de más 70 centros de investigación latinoamericanos creada en 1982 y con sede en Buenos Aires.
Philip Brenner, profesor de American University, dijo durante una conferencia en el centro de estudios The Brookings Institution que el tema del terrorismo “es un gran elefante en el salón porque ambos países tratan el tema con gran carga emocional” y que los integrantes de TACE “pensamos que es un área donde podría haber un abordaje constructivo”.
El Departamento de Estado mantiene a Cuba en la lista de países que patrocinan el terrorismo junto a Irán, Sudán y Siria, a los que aplica sanciones que incluyen la suspensión de la ayuda estadounidense y la prohibición de exportación y venta de equipo militar.
Cuba niega patrocinar a organizaciones terroristas y acusa a Washington de aprovechar la guerra al terrorismo para expandir su influencia política y militar alrededor del planeta.
Andrés Serbin, presidente de CRIES, explicó que los miembros de TACE son académicos con experiencia en cargos oficiales y con acceso a funcionarios claves en sus respectivos países, pero es completamente no gubernamental.
El único integrante cubano de TACE en asistir a la conferencia fue el internacionalista Jorge Mario Sánchez, quien explicó que las recomendaciones han sido compartidas con ambos gobiernos “de manera informal”.
“Este ejercicio no tiene la pretensión de provocar cambios de manera inmediata en el proceso político. Se reconoce que eso tiene sus propias reglas”, dijo Sánchez.
“Pero sí tenemos la pretensión de ofrecer ideas sobre cuáles temas se pueden trabajar de una manera positiva y que no necesitan crear una masa crítica o un consenso porque ya están trabajadas en esa dirección”.
Brenner dijo que la formulación de las recomendaciones fue particularmente difícil porque la meta era identificar temas donde se pudiera avanzar y porque el proceso incluyó a “personas que entienden a sus gobiernos de una forma realista, y trabajaron en un marco de lo que es posible”.
“Durante varias horas tratamos de lograr una redacción que hablara tangencialmente sobre la liberación de (el ciudadano estadounidense Alan) Gross y de los Cinco Cubanos”, dijo Brenner refiriéndose al contratista estadounidense sentenciado a 15 años de prisión por delitos contra el Estado cubano, y a los cinco cubanos convictos de pertenecer a una red que intentó infiltrar instalaciones militares estadounidenses.
“Pero no iba a funcionar porque era demasiado sensible y no pudo entrar en el documento.
Brenner dijo que la formulación de las recomendaciones fue particularmente difícil porque la meta era identificar temas donde se pudiera avanzar y porque el proceso incluyó a “personas que entienden a sus gobiernos de una forma realista, y trabajaron en un marco de lo que es posible”.
“Durante varias horas tratamos de lograr una redacción que hablara tangencialmente sobre la liberación de (el ciudadano estadounidense Alan) Gross y de los Cinco Cubanos”, dijo Brenner refiriéndose al contratista estadounidense sentenciado a 15 años de prisión por delitos contra el Estado cubano, y a los cinco cubanos convictos de pertenecer a una red que intentó infiltrar instalaciones militares estadounidenses.
“Pero no iba a funcionar porque era demasiado sensible y no pudo entrar en el documento.
Vamos a intentar abordar estos grandes temas y hallar fórmulas que permitan a las personas hablar”, agregó.
“Y luego tal vez nuestros gobiernos hablen, si ven que pudiera haber buena voluntad de otro lado. Pero es algo a largo plazo, y es por eso que no detendremos este proyecto”.
Las recomendaciones también apuntan a que militares retirados y ex embajadores visiten a Cuba para sostener intercambios, que ambos gobiernos negocien un acuerdo institucional en la lucha antinarcóticos, en el manejo de conservación de recursos pesqueros, en la mitigación de terremotos y de desastres como el derrame petrolero ocurrido en 2010 en el Golfo de México.
Estados Unidos impuso a Cuba un embargo comercial en 1962. Las dos naciones no mantienen relaciones diplomáticas formales.
Las recomendaciones también apuntan a que militares retirados y ex embajadores visiten a Cuba para sostener intercambios, que ambos gobiernos negocien un acuerdo institucional en la lucha antinarcóticos, en el manejo de conservación de recursos pesqueros, en la mitigación de terremotos y de desastres como el derrame petrolero ocurrido en 2010 en el Golfo de México.
Estados Unidos impuso a Cuba un embargo comercial en 1962. Las dos naciones no mantienen relaciones diplomáticas formales.