TODOS SOMOS SOSPECHOSOS PARA DAVID OMAND... |
En los años de la dictadura franquista (poco diferente del régimen borbónico), los miembros de la Policía Nacional, conocidos popularmente como “los grises” (no por el cerebro, precisamente) , cuando veían a un grupo de personas reunidas en la calle, alzaban las porras y al grito de “! Disuélvanse ¡“, se lanzaban contra los ciudadanos, hasta que cada uno regresaba a casa o al café más próximo donde tramar la próxima manifestación.
Hoy son millones los reunidos en las redes sociales y no hay quien dé la orden de disolución, ni pueden los uniformados del mundo lanzar gas pimienta a los adictos a Twitter o Facebook, aunque hay ideas para hacerlo de otra forma.
El ex jefe de uno de los servicios de inteligencia británica, David Omand, asegura que las agencias necesitan ratrear los “me gusta” de Facebook, así como las herramientas de Twitter para seguir a los criminales, pedófilos y terroristas que se ‘ocultan’ en las redes sociales.
El problema es que existen millones de ciudadanos a los que no les importaría que cayera una bomba en la Casa Blanca, pero no tienen la menor intención de colocar un artefacto en casa de Obama.
Omand advirtió que este tipo de plataformas podrían convertirse en “espacios secretos” para malhechores, que los usarían para comunicarse sin temor a ser descubiertos.
Para contrarrestarlo, Omand hizo un llamado a la sociedad británica para darle la autoridad necesaria a la agencia para introducirse en las cuentas de personas sospechosas.
Omand hizo esta sugerencia durante la presentación de un informe de un grupo de expertos del Reino Unido denominado Demos, que sugiere que se den poderes de reglamentación e investigación para obtener acceso legal a las cuentas de las redes sociales.
El estudio destaca que las resoluciones judiciales no sirven para “vigilar directamente” los movimientos de los sospechosos “fuera de la red”, así que debe ampliarse la ley para ser válida “online”.
Este llamado ocurre en vísperas de que el gobierno británico de los últimos toques a un nuevo proyecto de ley que obliga a los proveedores de servicios de Internet a realizar un seguimiento completo de los mensajes de correo electrónico.