VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

¿A quien favorecen los bombazos cerca de la embajada estadounidense en Bogota?


DAVID URRA / CONTRAINJERENCIA- Cuando escuchamos hoy la noticia de las explosiones acaecidas cerca de la Embajada de EE.UU en Bogotá, la primera reacción fue de rechazo inmediato y la segunda preguntarnos ¿Aquien favorece esto?

La mal llamada Cumbre de las Américas, pues faltan Cuba y Puerto Rico, es una reunión al más alto nivel que tiene como objetivo tratar los problemas más acuciantes de la región.

En otros tiempos esta reunión hubiera sido un show social o una reunión de Sociedad,donde los líderes de las democracias representativas se reunían para participar en cenas fastuosas y declamar discursos vacíos, llenos solo de galimatías demagógicas que ningún problema resuelven.

Ahora América Latina ha cambiado, las democracias participativas han ganado terreno y una prueba de ello es que el Foro Social que antes se desarrollaba como una especie de encuentro de “desarraigados” que se reúnen informalmente, ya es parte de la Cumbre y hasta la mismísima Secretaria de Estado Hilary Clinton, se vio obligada a asistir e inclusive pronunciar un discurso que podría ser firmado por cualquier dirigente de izquierda en la región.

El encuentro es en este momento y digo en este momento porque por el camino que va esta a punto de fenecer, es un campo de batalla ideológica, donde se enfrentan por un lado las fuerzas crecientes de los movimientos y gobiernos populares y democráticos del continente, contra los designios del imperio y sus acólitos – por cierto, cada vez son menos los que apoyan incondicionalmente las ordenes de la Gran Potencia.

En este momento EE.UU se encuentra en una difícil encrucijada, determinada por la firme posición de la mayoría aplastante de los países latinoamericanos y caribeños presentes para impedir, de una vez por todas, la injustificada exclusión de Cuba y el impostergable análisis y condena de la ocupación inglesa de las Islas Malvinas. 
 
Creo y espero no estar equivocado, que faltaría analizar el estatus colonial de Puerto Rico.

Ese encuentro es una inapreciable oportunidad para decirle muchas verdades en sus caras, a los personeros del imperio y muy especialmente a su Presidente y la Secretaria de Estado, quienes representan en este momento las caras visibles del poder imperial.

Es en el campo de las ideas donde se combate en este momento contra el poderío imperial, por lo que estas acciones violentas no tienen ninguna justificación, todo lo contrario, pueden servir de pretexto.

No se trata de que estemos rechazando el uso de otros medios para luchar contra la opresión, la violencia y la agresión imperial. Solo que, cada cosa en su momento y su contexto.

Siempre que se produce un hecho como este nos preguntamos ¿A quien favorece?

Si analizamos la situación que se ha creado con el tema Cuba y Malvinas, donde los dirigentes latinoamericanos han adelantado que desarrollaran una batalla campal con EE.UU para lograr quebrar la intransigencia yanqui. 
 
Si valoramos que EE.UU por primera vez en un evento de este tipo esta en franca minoría. 
 
Si consideramos que el tema de la lucha antidrogas y las políticas norteamericanas al respecto están bajo la crítica generalizada de los países latinoamericanos, podemos afirmar que estos actos solo ayudaran a interponer un velo que desvíe la atención de los temas fundamentales.

Algunos pensaran que esta reflexión se enmarca dentro de la famosa teoría de la conspiración y que el problema radica en acusar a EE.UU, pase lo que pase.

No estamos acusando a los Servicios Especiales de EE.UU por este hecho, aunque nolos estamos exonerando tampoco, la historia esta plagada de hechos que han confirmado como los estadounidenses han producido o instigado hechos parecidos para justifica

r o tapar sus acciones o se han “montado” sobre situaciones de este tipo para después justificar su proceder. Quien ignore la historia, puede caer en la ingenuidad o la complicidad.

No quisiera adelantarse a los acontecimientos, pero me parece ver venir lo que ocurrirá. 
 
El Presidente de EE.UU o uno de sus acólitos presentarán a Norteamérica como victima, enarbolaran la bandera de la lucha contra el terrorismo (como si no fueran ellos los principales terroristas en el mundo) y desviaran las discusiones hacia el tema de –como combatir las fuerzas del “mal” etc,etc.

Claro que los medios jugaran su papel. En medio de un mar de detalles de como fueron las bombas, que explosivo emplearon, las fotos y videos sospechosos, los posibles implicados y otras especulaciones, los temas fundamentales se diluirán y el gran publico, o sea nosotros, no conoceremos lo que realmente es importante para nuestros pueblos.

Ojala me equivoque. Ojala los dirigentes latinoamericanos mantengan el rumbo y no se dejen llevar por las acciones” de distracción. 
 
Ojala nuestros pueblos puedan conocer sin artilugios y manipulaciones, las verdades que el Presidente Obama y su sequito, deberán escuchar en el recinto cartaginense.

Que esta Cumbre pase a la historia como la que enterró el aislamiento de Cuba y fijo el rumbo de América para la recuperación de parte de su integridad – Las Malvinas – y comience el ya demasiado largo proceso de convertir a Puerto Rico en la próxima estrella, no de la bandera norteamericana, sino del firmamento latinoamericano y mundial.

Pero, sin embargo se mueve.

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