
Quizá Patrick Bateman no fue un caso atípico.
Uno de cada 10 empleados en Wall Street es probablemente un psicópata clínico, escribe Sherree DeCovny en un número a punto de aparecer en la publicación comercial CFA Magazine...
Sin Permiso
Entre el conjunto de la población, la proporción está cercana al uno por ciento.
“Un psicópata financiero puede presentar un perfil perfectamente equilibrado para el puesto de trabajo de director ejecutivo, director, compañero de trabajo y miembro del equipo porque sus características destructivas son prácticamente invisibles”, escribe DeCovny, que reúne la investigación de varios psicólogos para su trabajo, el cual sugiere de forma optimista que las firmas financieras no contratan a psicópatas extremos.
Desde luego, el comportamiento psicópata típico es de amplio espectro. En un extremo está Bateman, retratado por Christian Bale, en la película del 2000 “American Psycho” como un banquero de inversiones que en realidad asesina a la gente sin el menor remordimiento.
Sin Permiso
Entre el conjunto de la población, la proporción está cercana al uno por ciento.
“Un psicópata financiero puede presentar un perfil perfectamente equilibrado para el puesto de trabajo de director ejecutivo, director, compañero de trabajo y miembro del equipo porque sus características destructivas son prácticamente invisibles”, escribe DeCovny, que reúne la investigación de varios psicólogos para su trabajo, el cual sugiere de forma optimista que las firmas financieras no contratan a psicópatas extremos.
Desde luego, el comportamiento psicópata típico es de amplio espectro. En un extremo está Bateman, retratado por Christian Bale, en la película del 2000 “American Psycho” como un banquero de inversiones que en realidad asesina a la gente sin el menor remordimiento.
Cuando los profesionales de la sanidad hablan acerca de los “psicópatas” tienen en consideración un amplio rango de comportamiento.
Un psicópata clínico es brillante, gregario y encantador, escribe DeCovny. Miente fácilmente y a menudo, y puede tener el problema de sentir empatía por otra gente.
Un psicópata clínico es brillante, gregario y encantador, escribe DeCovny. Miente fácilmente y a menudo, y puede tener el problema de sentir empatía por otra gente.
Probablemente es también alguien más dispuesto a aceptar riesgos peligrosos, sea porque no conoce las consecuencias, sea porque no se preocupa.
Una predisposición al riesgo puede parecer un rasgo comercial positivo en Wall Street, en donde las grandes jugadas a veces conllevan grandes recompensas.
Una predisposición al riesgo puede parecer un rasgo comercial positivo en Wall Street, en donde las grandes jugadas a veces conllevan grandes recompensas.
Pero para la gente de la que DeCovny está hablando, los resultados importan menos que las jugadas en sí mismas, y el subidón químico de serotonina y endorfinas que las acompañan.
Es apenas la primera vez que la enfermedad mental ha sido equiparada con cierta capacidad para el éxito profesional, especialmente en el sector financiero, en donde algunos especuladores (stock traders) en realidad han puntuado más alto que psicópatas diagnosticados en pruebas que miden el espíritu competitivo y la atracción por el riesgo
Algunos psicólogos llevan tiempo afirmando que las cualidades que sirven para un político o corredor de bolsa de éxito son también los mismos rasgos que los psicópatas lucen abundantemente.
Otros investigadores lo generalizan a los patrones como especie, afirmando que alrededor del 4 por ciento de todos los ejecutivos son psicópatas, y que su relativa falta de escrúpulos es lo que los ayuda a destacar especialmente en los negocios.
Al mismo tiempo, el entorno rápidamente cambiante y de gran presión de Wall Street, probablemente ponga en peligro la salud mental de algunos de sus empleados. Un estudio reciente encontró que muchosbanqueros jóvenes sufren alcoholismo, insomnio, trastornos alimenticios y otras dolencias relacionadas con el estrés al cabo de pocos años en el puesto.
Los corredores de bolsa también han mostrado una tendencia a experimentar depresión clínica en una proporción más de tres veces mayor que la población en general.
DeCovny escribe que para alguien con un problema “latente” de juego compulsivo, un puesto de corredor de bolsa puede desencadenar respuestas patológicas que conduzcan a la persona a un patrón creciente de mentiras, deudas e incluso malversación y fraude.
Una persona con este problema se sentiría satisfecha con una enorme pérdida porque obra en su cerebro una particular forma de recompensa, lo cual, según DeCovny puede explicar las actividades de algunos corredores de bolsa notorios granujas como Kweku Adoboli, Jerome Kerviel y Nick Leeson, tres hombres que jugaron y perdieron un equivalente conjunto de 10.300 millones para sus instituciones a los largo de los últimos 17 años.
Información complementaria:
"Cierto capitalismo recompensa al psicópata"
Prensa
Cómo sé si soy un psicópata?
¿Se siente usted superior a los demás?
Hombre, no soy gran cosa, pero cuando me comparo...
Un psicópata no necesita compararse: está íntimamente convencido de ser mejor que los demás; puede fingir humildad para conseguir poder, pero se sabe superior.
¿Cuánto mejor?
Mucho. Son megalómanos y ególatras.
Pues los grandes egos aburren.
Los psicópatas son seductores y divertidos: de un atractivo superficial, cierto, pero nada empalagoso. Los que se aburren suelen ser ellos: enseguida se cansan de todo. Es otro modo de distinguirlos.
¿Cómo?
Actúan a ráfagas: no piensan a largo plazo. Suelen apasionarse por relaciones intensas y breves: enamoran y se enamoran rápido de amigos íntimos; de grandes amores; de obsesiones... Y luego las cambian rápido.
¿Por qué le interesan tanto?
Porque influyen en nuestras vidas. Hay un capitalismo -responsable de las subprime- que recompensa rasgos psicópatas, como la búsqueda de ganancia sin límites a corto plazo sin importar los perjuicios que tu beneficio ocasione a los demás.
Los "demás" son daños colaterales.
Es el rasgo distintivo del psicópata: no siente nada por los demás, pero sabe fingirlo.
¿Nombres?
Hombre, si yo me dedicara ahora a etiquetar a la gente sin más, sería un psicópata.
Usted ha conocido a muchos.
Recuerdo a Toto Constant, un líder de los escuadrones de la muerte de Haití...
Auténticos carniceros.
Simpático y encantador. Llegó a confesarme -y casi le creo- que le importaba mucho lo que pensara la gente de él y que hacía cualquier cosa para ser querido.
¿Estaba mejorando?
Me he convertido con la ayuda de mi mentor, el doctor Robert Hare, autor de la Escala de calificación de la psicopatía revisada, en un detector de psicópatas. Por eso, ya sabía que un psicópata siempre se revela cuando le atribuyes alguna debilidad.
¿Con la escala Hare basta?
El doctor es un sabio, pero su trabajo ha deshumanizado en parte a los psicópatas. Mi experiencia prueba que son muy humanos y podemos detectarlos en todas partes.
¿Y Toto se delató?
Le pregunté si "necesitaba" que los demás le quisieran y se delató: dijo que se esforzaba en ser querido porque "es más fácil que los que te quieren hagan lo que quieres".
¿Usted cómo sabe que no es psicópata?
Porque tengo ansiedad y sentimientos de culpa, y soy muy inseguro y hago casi cualquier cosa para sentirme querido.
Como muchos de nosotros.
Porque no somos psicópatas. El psicópata no siente ninguna ansiedad, y mucho menos culpa. Se siente a gusto consigo mismo sin necesitar a nadie. Por eso son tipos que exhiben una pasmosa serenidad siempre.
El gran atributo del líder: cabeza fría.
Por eso los psicópatas llegan a ser buenos banqueros, empresarios, políticos... Pero son pésimos artistas y escritores.
¿Por qué?
Sin empatía no puedes explicar a otro ser humano. Un psicópata puede mandar, engañarle, asesinar en masa a los demás, pero nunca llegará a desentrañar cómo somos.
¿Trump? ¿Murdoch? ¿Berlusconi?
Los forjadores de empresas de toda una vida no suelen ser psicópatas. Más bien se trataría de seres de fulgurantes ascensiones y -si tenemos suerte- de estrepitosas caídas.
Y no sólo capitalistas: ¿Stalin? ¿Hitler?
Cuanto más poderosa es una jerarquía y cerrada su sociedad, más fácil se lo pone al psicópata. Para detectarlo, investigue su infancia y hallará episodios de crueldad insólita con los débiles: sean otros niños u animales.
¿Los psicópatas se llevan bien?
Suelen pactar entre ellos con éxito, porque se entienden y respetan más que a los demás humanos, a los que consideran inferiores por su debilidad, que es preocuparse por lo que sienten o piensan los demás.
¡¡¡Si confesar debilidad es liberador!!!
¿Verdad? Yo no podría vivir sin confesarla.
¿Cuál es su detector de psicópatas?
Utilizo los 20 rasgos de Hare. Para ser psicópata, hay que cumplir por lo menos 16.
¿Pero todos somos algo psicópatas?
Es un espectro difuso y todos más o menos respondemos a algunos rasgos, pero en algún punto de la escala se produce un salto incremental en el que ya eres psicópata.
¿Cuál?
La justicia norteamericana apunta al grado 30 y la británica es más estricta y ya considera el grado 28 psicopático.
¿Más rasgos?... ¡Me estoy aficionando!
Promiscuidad sexual...
¿En fantasía o en acto?
Al saberlo, yo pensé: ¡pero si han sido mis momentos y recuerdos más felices!
¡...!
Momentos... No obsesiones. Es diferente.
Un solo rasgo no hace al psicópata.
Les encanta la fama y figurar, y figuran sin esfuerzo. "Fotos, no, gracias", pero al día siguiente están en todas las portadas. Y al fin consiguen que edificios, bibliotecas, calles, fundaciones lleven su nombre... ¡en vida!
De muerto se te perdona el éxito.
Son esos poderosos que besan niños y acarician perros y corren luego al aseo a lavarse. Si se fija, los detectará.
Es apenas la primera vez que la enfermedad mental ha sido equiparada con cierta capacidad para el éxito profesional, especialmente en el sector financiero, en donde algunos especuladores (stock traders) en realidad han puntuado más alto que psicópatas diagnosticados en pruebas que miden el espíritu competitivo y la atracción por el riesgo
Algunos psicólogos llevan tiempo afirmando que las cualidades que sirven para un político o corredor de bolsa de éxito son también los mismos rasgos que los psicópatas lucen abundantemente.
Otros investigadores lo generalizan a los patrones como especie, afirmando que alrededor del 4 por ciento de todos los ejecutivos son psicópatas, y que su relativa falta de escrúpulos es lo que los ayuda a destacar especialmente en los negocios.
Al mismo tiempo, el entorno rápidamente cambiante y de gran presión de Wall Street, probablemente ponga en peligro la salud mental de algunos de sus empleados. Un estudio reciente encontró que muchosbanqueros jóvenes sufren alcoholismo, insomnio, trastornos alimenticios y otras dolencias relacionadas con el estrés al cabo de pocos años en el puesto.
Los corredores de bolsa también han mostrado una tendencia a experimentar depresión clínica en una proporción más de tres veces mayor que la población en general.
DeCovny escribe que para alguien con un problema “latente” de juego compulsivo, un puesto de corredor de bolsa puede desencadenar respuestas patológicas que conduzcan a la persona a un patrón creciente de mentiras, deudas e incluso malversación y fraude.
Una persona con este problema se sentiría satisfecha con una enorme pérdida porque obra en su cerebro una particular forma de recompensa, lo cual, según DeCovny puede explicar las actividades de algunos corredores de bolsa notorios granujas como Kweku Adoboli, Jerome Kerviel y Nick Leeson, tres hombres que jugaron y perdieron un equivalente conjunto de 10.300 millones para sus instituciones a los largo de los últimos 17 años.
Información complementaria:
"Cierto capitalismo recompensa al psicópata"
Prensa
Cómo sé si soy un psicópata?
¿Se siente usted superior a los demás?
Hombre, no soy gran cosa, pero cuando me comparo...
Un psicópata no necesita compararse: está íntimamente convencido de ser mejor que los demás; puede fingir humildad para conseguir poder, pero se sabe superior.
¿Cuánto mejor?
Mucho. Son megalómanos y ególatras.
Pues los grandes egos aburren.
Los psicópatas son seductores y divertidos: de un atractivo superficial, cierto, pero nada empalagoso. Los que se aburren suelen ser ellos: enseguida se cansan de todo. Es otro modo de distinguirlos.
¿Cómo?
Actúan a ráfagas: no piensan a largo plazo. Suelen apasionarse por relaciones intensas y breves: enamoran y se enamoran rápido de amigos íntimos; de grandes amores; de obsesiones... Y luego las cambian rápido.
¿Por qué le interesan tanto?
Porque influyen en nuestras vidas. Hay un capitalismo -responsable de las subprime- que recompensa rasgos psicópatas, como la búsqueda de ganancia sin límites a corto plazo sin importar los perjuicios que tu beneficio ocasione a los demás.
Los "demás" son daños colaterales.
Es el rasgo distintivo del psicópata: no siente nada por los demás, pero sabe fingirlo.
¿Nombres?
Hombre, si yo me dedicara ahora a etiquetar a la gente sin más, sería un psicópata.
Usted ha conocido a muchos.
Recuerdo a Toto Constant, un líder de los escuadrones de la muerte de Haití...
Auténticos carniceros.
Simpático y encantador. Llegó a confesarme -y casi le creo- que le importaba mucho lo que pensara la gente de él y que hacía cualquier cosa para ser querido.
¿Estaba mejorando?
Me he convertido con la ayuda de mi mentor, el doctor Robert Hare, autor de la Escala de calificación de la psicopatía revisada, en un detector de psicópatas. Por eso, ya sabía que un psicópata siempre se revela cuando le atribuyes alguna debilidad.
¿Con la escala Hare basta?
El doctor es un sabio, pero su trabajo ha deshumanizado en parte a los psicópatas. Mi experiencia prueba que son muy humanos y podemos detectarlos en todas partes.
¿Y Toto se delató?
Le pregunté si "necesitaba" que los demás le quisieran y se delató: dijo que se esforzaba en ser querido porque "es más fácil que los que te quieren hagan lo que quieres".
¿Usted cómo sabe que no es psicópata?
Porque tengo ansiedad y sentimientos de culpa, y soy muy inseguro y hago casi cualquier cosa para sentirme querido.
Como muchos de nosotros.
Porque no somos psicópatas. El psicópata no siente ninguna ansiedad, y mucho menos culpa. Se siente a gusto consigo mismo sin necesitar a nadie. Por eso son tipos que exhiben una pasmosa serenidad siempre.
El gran atributo del líder: cabeza fría.
Por eso los psicópatas llegan a ser buenos banqueros, empresarios, políticos... Pero son pésimos artistas y escritores.
¿Por qué?
Sin empatía no puedes explicar a otro ser humano. Un psicópata puede mandar, engañarle, asesinar en masa a los demás, pero nunca llegará a desentrañar cómo somos.
¿Trump? ¿Murdoch? ¿Berlusconi?
Los forjadores de empresas de toda una vida no suelen ser psicópatas. Más bien se trataría de seres de fulgurantes ascensiones y -si tenemos suerte- de estrepitosas caídas.
Y no sólo capitalistas: ¿Stalin? ¿Hitler?
Cuanto más poderosa es una jerarquía y cerrada su sociedad, más fácil se lo pone al psicópata. Para detectarlo, investigue su infancia y hallará episodios de crueldad insólita con los débiles: sean otros niños u animales.
¿Los psicópatas se llevan bien?
Suelen pactar entre ellos con éxito, porque se entienden y respetan más que a los demás humanos, a los que consideran inferiores por su debilidad, que es preocuparse por lo que sienten o piensan los demás.
¡¡¡Si confesar debilidad es liberador!!!
¿Verdad? Yo no podría vivir sin confesarla.
¿Cuál es su detector de psicópatas?
Utilizo los 20 rasgos de Hare. Para ser psicópata, hay que cumplir por lo menos 16.
¿Pero todos somos algo psicópatas?
Es un espectro difuso y todos más o menos respondemos a algunos rasgos, pero en algún punto de la escala se produce un salto incremental en el que ya eres psicópata.
¿Cuál?
La justicia norteamericana apunta al grado 30 y la británica es más estricta y ya considera el grado 28 psicopático.
¿Más rasgos?... ¡Me estoy aficionando!
Promiscuidad sexual...
¿En fantasía o en acto?
Al saberlo, yo pensé: ¡pero si han sido mis momentos y recuerdos más felices!
¡...!
Momentos... No obsesiones. Es diferente.
Un solo rasgo no hace al psicópata.
Les encanta la fama y figurar, y figuran sin esfuerzo. "Fotos, no, gracias", pero al día siguiente están en todas las portadas. Y al fin consiguen que edificios, bibliotecas, calles, fundaciones lleven su nombre... ¡en vida!
De muerto se te perdona el éxito.
Son esos poderosos que besan niños y acarician perros y corren luego al aseo a lavarse. Si se fija, los detectará.