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El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

Brasil: Dilma hizo fracasar el guión contra Cuba

 Fue notable el fiasco que sufrió la campaña mediática contra Cuba en su esfuerzo por utilizar para sus fines la reciente visita a la Isla de la Jefa de Estado de Brasil, Dilma Rousseff.


El objetivo de los promotores de la campaña era imponer en la cobertura del acontecimiento una agenda informativa que acentuara las eventuales discrepancias entre los dos países latinoamericanos a fin de manipularlas en detrimento de sus relaciones políticas.

Los medios corporativos estadounidenses y sus repetidores controlados por las oligarquías en todo el continente, así como los corresponsales de éstas que cubrían la visita de la mandataria brasileña, evidenciaron el propósito de obligar a Rousseff a formular críticas a Cuba referidas al tema de los derechos humanos. 

Aprovecharían circunstancias tales como la reciente muerte de un recluso común que fuera manipulada para hacerla aparecer como de un prisionero político en huelga de hambre, junto a otras del amplio catálogo de silenciamientos, cargos y mentiras sobre la realidad de Cuba que difunden hace medio siglo y cíclicamente intensifican en función de los objetivos puntuales con que pretenden justificar un bloqueo que la comunidad mundial rechaza año tras año en la ONU.

Con maestría de gran estadista, la presidenta brasileña hizo recordar a la combatiente revolucionaria que ella fue en la lucha armada contra la última dictadura militar brasileña cuando ripostó a la provocación recordando que “el fenómeno de las violaciones de los derechos humanos afecta a todo el mundo, incluyendo a Brasil y también a Estados Unidos, que mantiene ilegalmente una base militar en el territorio cubano de Guantánamo donde sufren torturas presos políticos desde hace diez años”.

Se pronunció contra quienes utilizan el tema de los derechos humanos contra otros como un arma política o ideológica. "Yo estoy de acuerdo en hablar de derechos humanos desde una perspectiva multilateral'', dijo a un grupo de periodistas brasileños, que le preguntaron si trataría el tema con las autoridades cubanas según se lo estaban pidiendo los enemigos de Cuba.

La dignataria brasileña defraudó también las expectativas de los enemigos de la revolución cubana y en particular las de los grupos contrarrevolucionarios en el exterior y los “disidentes” en la Isla financiados por conducto de la Oficina de Intereses de EE.UU. en La Habana o, directamente de entidades que son pantallas de la Agencia Central de Inteligencia o de otras organizaciones para la subversión y la desestabilización que opera el Departamento de Estado.

Ellos hicieron todo lo posible por poner en aprietos a la Jefa de Estado sudamericana en sus vínculos políticos con algunas de las fuerzas integrantes de la heterogénea coalición que apoya a la líder del Partido del Trabajo de Brasil.

A lo largo de su visita, la Presidenta Dilma Rousseff ratificó que, bajo su mandato, Brasil continuará por la ruta que trazara el expresidente Luiz Inacio Lula Da Silva de dar dimensión estratégica a las relaciones con Cuba.

Como resultado de sus encuentros quedaron acuerdos bilaterales en materia de ciencia y tecnología, salud, y en la esfera de la biotecnología.

La nota oficial sobre los corolarios de la visita señala que Dilma Rousseff y Raúl Castro constataron "el excelente estado de las relaciones bilaterales" y destacaron la importancia estratégica de la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (CELAC) para enfrentar los grandes retos de los países de la región.

Rousseff estuvo en el puerto del Mariel, a 50 kilómetros de La Habana, para conocer de la marcha del proyecto de creación allí de una zona especial de desarrollo al que una firma brasileña aporta 640 millones de dólares del total de algo mas de 900 millones que es el monto total de la inversión extranjera en el proyecto.

La presidenta Dilma Rousseff calificó de estratégica la cooperación brasileña con Cuba y anunció el otorgamiento a la isla de un crédito de 400 millones de dólares para la compra a Brasil de alimentos y un financiamiento de 200 millones para apoyar los planes de desarrollo agrícola del presidente Raúl Castro.

Dijo que Brasil hizo el compromiso histórico de apoyar el proceso de desarrollo económico de Cuba, sometida durante 50 años a un bloqueo comercial de Estados Unidos, y lo cumplirá.

Como resultado del encuentro en La Habana de los máximos dirigentes políticos del gigante suramericano y la isla que abrió en 1959 la ruta de la segunda y definitiva independencia de América Latina, se fortaleció la unidad de propósitos de los pueblos de lo que Martí definiera como ¡Nuestra América! 


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