Pablo Gonzalez

Correa contesta a las groserias del Centro Carter sobre caso ‘El Universo’

El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, calificó hoy como “grosera” una carta enviada por el estadounidense Centro Carter, en la que se pide a su gobierno que respete la libertad de expresión y que suspenda las sanciones contra el diario “El Universo”, condenado en un juicio por injurias interpuesto por él.

“Es triste esa carta, grosera; lo que quieren evitar es que haya responsabilidad ulterior de los periodistas y eso sí atenta contra la Convención Interamericana de Derechos Humanos”, dijo molesto el mandatario en su informe semanal de labores.

Aún así, Correa sostuvo que responderá “con mucho respeto” la carta que fue remitida en la víspera al gobierno ecuatoriano.

La misiva fue firmada por ex presidentes y ex líderes políticos del continente americano agrupados en el Centro Carter, liderado por el ex mandatario estadounidense Jimmy Carter.

“Nosotros (…) Amigos de la Carta Democrática Interamericana, expresamos nuestra profunda preocupación por el menoscabo que sufre la libertad de expresión en la República del Ecuador”, señaló el grupo en un comunicado divulgado por el Centro Carter.

Entre esos ex presidentes están el colombiano César Gaviria, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el peruano Alejandro Toledo, entre otros.

“Qué pena que mi buen amigo Jimmy Carter, quien me ha llamado por asuntos menos importantes, no me haya llamado por esto”, lamentó Correa, tras cuestionar la reacción del ex presidente en el juicio contra el rotativo local.

“Voy a recomendar a mi buen amigo que deje de leer diario ‘El Universo’ para que no esté engañado”, señaló.

“Seguramente Jimmy Carter leyó ‘El Universo’ y cree que Ecuador es Estados Unidos donde los demócratas tienen el ‘New York Times’, los republicanos el ‘Washington Post’”, dijo Correa.

“No se enteraron que aquí en Ecuador los pobres no tienen nada y los medios siempre están a favor de los candidatos de derecha y se han acostumbrado a poner y quitar presidentes”, agregó el presidente.

Correa ganó recientemente un millonario juicio contra el matutino ecuatoriano al que demandó por injurias.

El pasado 16 de febrero, la Corte Nacional de Justicia ratificó en última instancia una sentencia que condenó a tres directivos del diario y a su ex jefe de Opinión Emilio Palacio, a tres años de cárcel y a pagar 40 millones de dólares al mandatario.

El juicio se originó tras la publicación de un editorial escrito por Palacio en el que acusó a Correa de haber ordenado abrir fuego a discreción y sin previo aviso en un hospital lleno de civiles, el 30 de septiembre 2010, durante una sublevación policial.

Correa señaló que “es inaceptable, una barbaridad, querer insinuar que por ser presidente se deja de tener derechos humanos y puede ser insultado” por la prensa.

El grupo expresó además su “alarma” por modificaciones al Código de la Democracia (ley electoral) de Ecuador que fija regulaciones para la cobertura de la prensa en época electoral.

Las modificaciones, impulsadas por Correa, entraron en vigor el pasado 6 de febrero y se aplicarán en las elecciones generales que se celebrarán en Ecuador en 2013.

Una de las enmiendas más polémicas prohíbe a los medios “hacer promoción directa o indirecta, ya sea través de reportajes, especial o cualquier otra forma de mensaje, que tienda a incidir a favor en contra de determinado candidato, postulado, opciones, preferencias electorales o tesis políticas”.

Según los ex mandatarios, los cambios “cercenan” el acceso de la ciudadanía a la información que necesita para formarse libremente su opinión y elegir sus preferencias electorales sin condicionamientos de ningún tipo.

Por su parte, Correa desestimó esa tesis y dejó en claro que en su país “no hay dictadura”, ni “limitaciones a la libertad de expresión”.

“No nos vengan con esos cuentos, no hay rompimiento de la Carta Interamericana; ¿Qué menoscabo de libertad de expresión?”, exclamó contrariado.

“Lo que se ha estipulado (en la norma) es que tengan equilibrio en la comunicación para que los medios no sean los grandes electores”, explicó.

“Lo que hemos hecho es un paso al frente para que haya verdadera democracia, que el pueblo elija y no la argolla de los medios de comunicación”, anotó y señaló que no aceptará “imposiciones de la burocracia internacional” basadas en opiniones que no se ajustan a la realidad.

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