Si las parejas entre israelíes y palestinos quieren vivir en plena armonía "que se traslade a los Territorios (Palestinos ocupados) o a otro lugar", argumentó el presidente del Parlamento, Reuven Rivlin, del partido Likud
Una ley aprobada en fallo dividido por la Corte Suprema de Israel, que niega la ciudadanía o el derecho a la residencia permanente a la pareja palestina de un israelí, fue calificada de “racista” por organizaciones civiles.
La norma polémica fue aprobada el miércoles -tras un largo debate- por el máximo tribunal, tras lo cual el presidente del Parlamento invitó a las parejas mixtas que se vayan a vivir fuera de Israel.
Una ley aprobada en fallo dividido por la Corte Suprema de Israel, que niega la ciudadanía o el derecho a la residencia permanente a la pareja palestina de un israelí, fue calificada de “racista” por organizaciones civiles.
La norma polémica fue aprobada el miércoles -tras un largo debate- por el máximo tribunal, tras lo cual el presidente del Parlamento invitó a las parejas mixtas que se vayan a vivir fuera de Israel.
Por un lado, quedó la defensa de los derechos civiles de más de un millón de árabes israelíes y por el otro las consideraciones de seguridad del estado judío.
Al final, seis jueces rechazaron los reclamos de las organizaciones para los derechos civiles que querían la abolición de la ley, aprobada “de modo provisorio” en 2003, cuando el país luchaba contra una ola de atentados terroristas.
Otros cinco jueces, entre ellos la presidente de la Corte Suprema, Dorit Beinish, votaron por la abolición de la norma.
"Los derechos civiles no pueden ser una receta para el suicido nacional”, resumió el pensamiento de la mayoría, el juez Asher Grunis.
“No existe algún ejemplo de un país que permita el ingreso de miles de ciudadanos de una entidad enemiga, para cualquier fin, durante el período de guerra, o de lucha armada”, añadió.
Si las parejas entre israelíes y palestinos quieren vivir en plena armonía “que se trasladen a los Territorios (Palestinos ocupados) o a otro lugar”, argumentó el presidente del Parlamento, Reuven Rivlin, del partido Likud.
Fuente/Ansa