SARKOZY DESPIERTA LA HILARIDAD DE HILLARY |
La Casa Blanca no está satisfecha que la labor de los observadores de la Liga Árabe y está presionando para que el grupo finalice de inmediato su labor, afirmando que tras su presencia en el país han continuado los tiroteos, las víctimas y las “matanzas del régimen”.
El presidente Bashar al-Assad acusó el miércoles a los Estados Unidos de interferir en la misión de observadores árabes, responsables de informar objetiva e imparcialmente sobre la situación en Siria, donde las supuestas masacres del ejército sirio han sido desmentidas, mientras más de dos mil miembros de las fuerzas armadas eran ultimados por grupos terroristas que siguen accediendo al país, financiados por Francia, EE.UU y Qatar.
“Las declaraciones de EE.UU. son una burda interferencia en la misión de la Liga Árabe y un intento injustificado por internacionalizar la crisis, provocando una ulterior condena del Consejo de Seguridad de la ONU e invadir el país como se hizo en Libia“, dijo el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores sirio Makdessi Jihad.
Como si hubieran escuchado al ministro, Washington afirma hoy jueves que Siria no había cumplido sus compromisos con la Liga Árabe (tema que desmienten los propios observadores) y que ya era “hora de que el Consejo de Seguridad de la ONU tome medidas para apoyar las aspiraciones legítimas los sirios”.
“Siria no tiene por qué informar a Estados Unidos sobre los compromisos y acuerdos dentro del protocolo de la Liga Árabe“, respondió el Sr. Makdessi, que volvió a acusar a Washington de “incitación a la violencia”, antes incluso de que la misión de los observadores concluya sus labor.
Por su parte, el ministro francés de Relaciones Exteriores, Alain Juppé, insultó directamente a los observadores, al advertirles que “podían ser manipulados por el régimen“.
En suma, los nervios que despierta en Washington y París el apoyo multitudinario de la población siria a su presidente, traicionan a Obama y Sarkozy.
Ya se habla del probable veto en el Consejo de Seguridad por parte de China y Rusia, aunque nadie pone la mano en el fuego recordando la abstención de ambas naciones cuando se decidió la masacre en Libia y el asesinato del coronel Gadafi.