Siria prosiguió el cumplimiento del acuerdo pactado con la Liga
Árabe, pese a la decisión de esa organización de sancionarla, en tanto
millones de sirios volvieron a las calles en repudio a la intromisión
extranjera y en apoyo al Gobierno, reportó PL.
Tras la liberación de un grupo de 912 detenidos en las revueltas
ocurridas entre marzo y agosto, suman ya 2 645 los liberados que no
hayan tenido comisión de crímenes de sangre, luego de la salida de 553
el 5 de noviembre y otros 1 180 el 15 de ese mes.
Mientras, la plaza de Saba’a Bharat, en el centro de Damasco, volvió a
ser escenario, este viernes, de otra multitudinaria manifestación de
condena a las decisiones de la Liga Árabe, en rechazo al hostigamiento
foráneo, y en respaldo al presidente Bashar al-Assad.
También se conoció desde Naciones Unidas que Rusia ratificó la
necesidad de resolver mediante el diálogo los problemas en Siria, y
calificó de contraproducentes las sanciones impuestas por la Liga Árabe
contra el Gobierno de Damasco.
Según el representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitaly
Churkin, esa agrupación regional todavía tiene la oportunidad de
desempeñar un papel constructivo dentro de la crisis siria y no debe
perderla.
En declaraciones a la prensa acreditada en la sede de la ONU, en
Nueva York, en ocasión de asumir la presidencia rotativa del Consejo de
Seguridad, el diplomático ruso rechazó la imposición de sanciones en
momentos de dificultades económicas.
Advirtió que la aprobación de ese tipo de castigos por parte de ese
órgano de la ONU puede conducir a acciones militares como ocurrió en el
caso de Libia en marzo pasado.
Mientras, multitudes continúan reuniéndose en las principales plazas
de ciudades y poblados en las 14 provincias de Siria desde hace varios
días.
Según PL, los sepelios de dos miembros del ejército y el de un niño
asesinado por una banda armada terrorista en pequeños pueblos, como
al-Rabiaa y Kafr Behoum, se convirtieron en manifestaciones contra la
violencia de los grupos extremistas pertrechados y financiados desde el
exterior, y de respaldo al ejecutivo.
La madre del menor Sari Saoud, de nueve años, ultimado de un balazo
en Bayyada, Homs, condenó a los Gobiernos extranjeros que arman las
bandas en Siria y los responsabilizó por la muerte del pequeño.
«No podrán romper la unidad del pueblo sirio, ni sembrar el odio ni
la animadversión entre las diferentes religiones», exclamó ante un grupo
de periodistas extranjeros que visitó ese pequeño pueblo de unos 2 300
habitantes en Hama, al centro del país.
A su vez, las manifestaciones se convierten en llamados de apego a la
unidad nacional y de respaldo a las decisiones independientes de la
nación, como el programa de reformas.