El carismático fundador de Virgin, Richard Branson, elogia el caso de
Portugal y advierte que la discriminalización de las drogas no implica
mayor consumo entre la población.
En la última década Richard Branson se
ha convertido en una especie de superestrella del mundo empresarial.
Su
carismática actitud y su innovadora filosofía lo han convertido en un
personaje admirado por millones.
Y aunque también hay muchos que lo
tachan de chocante o payaso, lo cierto es que es una de las
personalidades más influyentes del planeta.
Recientemente, tras un viaje
a Portugal, Branson publicó en su blog personal una afirmación que ya
ha sido emitida por intelectuales, ex presidentes, artistas, y otros: la
guerra contra las drogas debe terminar.
Como miembro del Global Drug
Commissioners, Branson acudió a Portugal a felicitar a sus autoridades
por las políticas adoptadas en torno al consumo de drogas hace una
década.
Fue en 2001 cuando el gobierno portugués, adoptó una entonces
polémica medida: discriminalizar el uso de drogas.
“Este país decidió en 2001, como
respuesta al aumento de muertes ligadas al consumo de diversos
estupefacientes sobre todo entre la población juvenil, legalizar la
posesión y consumo de varias substancias, entre ellas la marihuana,
cocaína, y heroína, con una estrategia enfocada en una
discriminalización acompañada de tratamientos y rehabilitación, como
medida “sanadora” y con campañas de educación, como medida preventiva.”
escribimos en un artículo publicado hace poco más de un año y el cual,
lamentablemente, aún goza de plena vigencia.
Durante su visita Branson constató que
hoy, a diez años de haber despenalizado el consumo de prácticamente
todas las drogas, no solo existen menores índices de consumo entre la
población, sino que se han evitado cientos de muertes por uso
clandestino de estas sustancias, se han economizado recursos
gubernamentales, y existe una mayor conciencia de los portugueses en
torno a las consecuencias que implica el consumir estupefacientes.
“El experimento de Portugal durante 10
años nos muestra claramente que es suficiente.
Es tiempo de terminar la
guerra contra las drogas a nivel mundial.
Debemos de dejar de
criminalizar a los consumidores. Salud y tratamiento es lo que
debiéramos de estar ofreciéndoles, y no una prisión.
Las malas políticas
sobre drogas afectan literalmente a cientos de miles de personas y
comunidades alrededor del mundo.
Necesitamos proveer asistencia médica
para aquellos que tienen un consumo problemático, y no una retribución
criminal.” afirma Branson en el cierre de su artículo titulado “La
Guerra contra las Drogas debe terminar”.