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“El robo de las niñas fue el regalo de navidad”

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“Las niñas nacieron el 20 de diciembre de 1978 en el hospital de La Paz de Madrid.

En ningún momento, ni mi mujer ni yo, las vimos”, dice Matías López, padre de gemelas sietemesinas que supuestamente murieron a las pocas horas de nacer. 

Sin embargo, los padres no tienen ningún documento oficial en el que conste el fallecimiento de las pequeñas, “la noticia nos la dio el médico”, explican. 

Aunque han pasado 33 años de aquello, Elena López, la madre de las niñas apunta que nunca creyó que sus hijas murieran. "Me acuerdo mucho de ellas, me gustaría decirles que nosotros no las abandonamos...".

Prohibido ver a sus hijas

Los padres tenían 23 años y esperaban su primer hijo. Cuando Elena se puso de parto nació una niña: “La oí llorar, pero se la llevaron corriendo, no me la enseñaron.

Pesó un kilo y doscientos gramos según me dijeron después. A los pocos minutos sentí contracciones y nació otra niña, la criatura berreaba. 

También se la llevaron y no me permitieron ni darle un beso. No sabíamos que venían dos bebés, antes no hacían ecografías”, recuerda la madre.

Mientras ella daba a luz en la planta once del Hospital Universitario de La Paz, su marido esperaba en el hall del hospital. “Me prohibieron estar con mi mujer durante el parto.

Luego me llamaron por megafonía, el médico se dirigió a mí y me dijo que las niñas estaban sanas pero tenían que estar en la incubadora y no podía verlas”, relata Matías.

“Ese médico me dijo que como la niña murió a las 24 horas era mejor poner que vivió sólo 23 y así me ahorraba el entierro”

Doce horas después le comunicaron que la primera gemela había muerto por insuficiencia respiratoria. Matías pidió ver el cadáver.

“Me llevaron al sótano y de una cámara frigorífica, me mostraron un bebé –fueron segundos– estaba envuelto y apenas se le veía la cara”, y añade: 

“Pero en realidad yo no había visto a las niñas antes. No puedo afirmar que aquel bebé fuera mi hija”. Pasadas otras doce horas, el mismo doctor que le explicó que las pequeñas tenían que estar en la incubadora, le trasmitió que la segunda gemela también había fallecido por insuficiencia respiratoria.

Ese ginecólogo le propuso que donase el cuerpo de la pequeña y le hizo firmar un papel. “Me dijo que como la niña había vivido 24 horas, era mejor poner en el registro una hora menos: que había fallecido a las 23 horas. 

Él se encargaba… y me explicó que así me ahorraba el entierro y podía ceder el cadáver al hospital para su estudio. 

Yo accedí pero me encontraba tan mal que esta vez ni siquiera pedí ver el cuerpo de la segunda gemela”, argumenta Matías.

Ese último mes del ‘78, en el que nacieron sus hijas, su hermano acababa de morir en un accidente y se encontraba muy afectado: “No supe reaccionar”, reconoce el padre las pequeñas.

Elena, su exmujer, se lamenta: “me hubiera llevado a mis hijas, fuesen dos o cuarenta entierros”.

Sin informes médicos

El padre repite que confió en ese médico, pero no sabe cómo se llama. Ahora tiene sospechas y asegura que en estos últimos meses le encaja la actitud del ginecólogo:

“Era un doctor muy confuso y negativo en sus explicaciones”.Pasados tres días dieron el alta a la madre, pero el hospital no entregó ningún parte de alta ni informe alguno de aquellas muertes.

En enero de este año, el padre de las gemelas rompió su silencio. Llamó a su exmujer y le preguntó: “Elena, ¿tú oíste llorar a las niñas?” 

Ella le respondió que sí y se echó a llorar.

Hasta hoy no habían repasado los detalles sobre el nacimiento de sus hijas.

Él señala que tras escuchar en los medios de comunicación casos “calcados” al suyo, decidieron integrarse en la Asociación Nacional de Afectados por las Adopciones Irregulares (Anadir) y presentar una denuncia.

A primeros de año fueron registrados con el número de socio 2.500 de esa asociación, en la que existen familias con historias similares a la suya, ocurridas en los ‘70 en el hospital de La Paz. 

Después, Matías y Elena redactaron un documento con los datos del nacimiento de sus hijas gemelas y denunciaron a través de Anadir.

El relato de los hechos fue entregado el pasado 25 de octubre a la fiscal de Madrid que instruye las denuncias de niños robados en Madrid, Olga Herranz Sanz.

También adjuntaron los tres documentos de que disponen: la pulsera identificativa de la madre, una cartilla médica de la maternidad que la madre conservaba en la que consta la fecha de nacimiento de las pequeñas, el sexo y el peso, mientras que el apartado de “fecha de alta” permanece en blanco. 

En ese cartoncito tampoco se consignó El médico que atendió el parto de Elena.

El tercer documento entregado a la fiscalía es un certificado expedido por el registro civil en el que se acredita que “no existe ningún legajo (informe) de aborto” [según registro: bebés nacidos y fallecidos con menos de 24 horas de vida] de la maternidad de La Paz con los datos de la madre.

Pero los papeles que arrojarían más luz a los hechos serían el historial clínico de la madre que, en teoría, custodia el hospital de La Paz, pero, de momento, este centro público niega a la familia. “Nos están dando largas desde hace ocho meses –dice el padre–.

Además, nos han dado ya dos números distintos de historia clínica, aunque no nos la entregan. Cada dos meses nos cuentan lo mismo: ‘Estamos buscando’. Quieren que nos cansemos”.

Un certificado del registro civil acredita que “no existe ningún legajo de aborto de esa fecha con esos datos”

En abril solicitaron lo relativo a las gemelas y rellenaron una solicitud con fechas y “motivo”. Pasados los meses les respondieron que no tenían nada, pero el hospital equivocó las fechas del parto

. En julio, volvieron a cursar la solicitud y pasados otros dos meses el archivo del hospital les entregó un resumen de cuatro líneas con fecha de nacimiento y peso de los bebés. 

Nada más. En noviembre solicitaron fotocopia completa de la historia clínica. Están de nuevo a la espera.

Los padres, que tuvieron dos hijos más en La Paz, no entienden por qué tanta demora.

“El robo de las niñas fue el regalo de navidad”, concluye con angustia, Matías.


LAS HISTORIAS CLÍNICAS DEL HOSPITAL DE LA PAZ DE MADRID NO APARECEN



El derecho al acceso de la historia clínica de los pacientes esta recogido en la Ley General de Sanidad 14/1986 que refuerza el Real Decreto 63/1995. 

Sin embargo, desde que muchos medios de comunicación han publicado reportajes sobre el robo de niños en varios hospitales, las asociaciones de afectados denuncian que los hospitales se niegan a entregar los expedientes, argumentando que no existen. 

Ese es el caso de A.O.C., madre de una niña que supuestamente murió nada más nacer, el 4 de abril de 1976 en el hospital madrileño de La Paz, caso que DIAGONAL publicó en febrero de este año (número 144). 

José Antonio Usandizaga, ginecólogo responsable de Obstetricia y Ginecología de La Paz y director de la maternidad durante esos años, firmó un documento en mayo de 1981, que el hospital entregó a esta madre, en el se resumía la historia clínica de ella.

El médico certificó que A.O.C, ese 4 de abril, tuvo un aborto de tres meses.

No un nacimiento como ella relató a este medio. La madre escuchó llorar a la niña pero no se la dejaron ver.

Después tuvo tres hijos más en ese centro. Hace cuatro meses pidió al hospital su historia clínica. 

La Paz le responde que: “No existe documentación alguna asociada a esos datos (los de sus partos)”.

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