Piden nacionalizar la central para investigar porque sospechan que
los estallidos no fueron de hidrógeno, como dijo Tepco.
Pablo M. Díez/Prensa
Todavía
no sabemos lo que ocurrió realmente en la central de Fukushima tras el
tsunami de marzo en Japón y si hubo o no una explosión nuclear.
Esa duda
tan terrorífica es la conclusión a la que ha llegado un grupo de
diputados nipones, entre los que figura el exprimer ministro Yuko Hatoyama, tras haber investigado el siniestro, el más grave desde la catástrofe de Chernóbil en 1986.
En un artículo que publica hoy la revista Nature,
los parlamentarios de la Dieta (Parlamento) piden «nacionalizar la
planta atómica para que se sepa toda la información» porque «incluso los
hechos más problemáticos deberían ser revelados al público».
El motivo
es que, a su juicio, la empresa que gestiona la central, la Compañía
Eléctrica de Tokio (Tepco), no se ha mostrado todo lo transparente que
debería y «aún no sabemos si el peor escenario posible ocurrió o no».
Para descubrirlo, no dudan en solicitar además que «científicos
independientes tengan acceso a la planta nuclear».
Tras
una investigación que arrancó el pasado 24 de marzo – trece días
después del accidente provocado por olas de hasta quince metros –, los
diputados consideran posible que hubiera una explosión nuclear, y no
solo de hidrógeno como insiste Tepco. Entre sus sospechas destacan que
«algunos metales más pesados que el uranio han sido detectados a decenas
de kilómetros de la planta y la carcasa de acero sobre el reactor 3 se ha doblado como si se hubiera fundido».
Humo negro
Como
consideran «poco claro que una explosión de hidrógeno hubiera derretido
el acero y tenido la fuerza suficiente para arrojar tan lejos dichos
elementos pesados», creen que «la explosión nuclear es una posibilidad».
Además, aseguran que «una revisión de las imágenes demuestran que el
humo generado fue negro, y no blanco como dijo Tepco en un primer
momento, lo que hace improbable que se debiera una explosión de
hidrógeno».
En su tribuna, los diputados critican el ocultismo de la compañía,que
tardó meses en proporcionarles un simple manual de la central y ha ido
revelando poco a poco nuevos detalles sobre el accidente nuclear y el
alcance de las fugas radiactivas en los núcleos de los reactores y en
las piscinas de combustible, «que se comieron tres cuartos de hormigón
bajo la unidad 1 y dañaron las bases de otras dos».
El
Gobierno japonés y la empresa Tepco tienen previsto llevar los
reactores dañados a una «parada fría» antes de que acabe el año, pero el Ministerio de Medioambiente no podrá empezar los trabajos de descontaminación hasta marzo.
En la revista Nature,
los diputados advierten de que es esencial conocer toda la verdad sobre
el accidente nuclear de Fukushima antes de iniciar los trabajos de
descontaminación para determinar si sigue habiendo fugas y el grado de
radiación alrededor de la planta.