CIAO: El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, pondrá su cargo
a disposición del presidente de la República, Giorgio Napolitano, una
vez aprobadas las medidas de austeridad previstas para cumplir con las
peticiones de los líderes europeos.
"El pimer ministro ha manifestado al presidente de la República ser
consciente de todo lo que implica el resultado de la votación de
ayer -en la que Berlusconi ha perdido la mayoría absoluta-, al tiempo
que ha expresado su preocupación por responder cuanto antes a las
exigencias de los líderes europeos aprobando las medidas necesarias",
según indica un comunicado emitido por el Quirinale.
Asimismo, la nota concreta que "después de haber cumplido con tales compromisos, el primer ministro pondrá su cargo a disposición del presidente de la Repúbica,
que procederá a una ronda de consultas para conocer las posiciones y
propuestas de todas las fuerzas políticas, en especial de aquellas que
lograron la mayoría en las elecciones del 2008 y las de la oposición".
No
obstante, esta decisión adoptada por Berlusconi no le excluye de que se
le volviera a encargar la formación de un nuevo Gobierno.
Ahora, el
todavía Ejecutivo de Berlusconi tiene por delante la ratificación en el
Parlamento de una enmienda a los presupuestos de 2012 que hace una semana aprobó el Consejo de Ministros.
Aprobar la "maxienmienda"
En esa "maxienmienda", cuyo contenido específico aún se desconoce, figuran las primeras exigencias hechas por la UE a Berlusconi para garantizar la estabilidad financiera del país, que tiene una deuda pública del 120 % de su PIB.
Está previsto que mañana el Ejecutivo presente en el Senado la "maxienmienda"
a los presupuestos de 2012, que, siguiendo su curso habitual, pueden
ser votados por el pleno de la Cámara alta ya la próxima semana.
Posteriormente,
los presupuestos deberán pasar por la Cámara de los Diputados (baja)
para su aprobación definitiva, que el primer ministro había calculado
que se produciría con un procedimiento habitual a mediados de diciembre.
"Presente dimisión"
Il Cavaliere
ha tomado esta decisión después de que perdiera la mayoría absoluta en
una votación parlamentaria sobre los presupuestos del país.
Tan sólo 308 diputados votaron a favor,
por 321 abstenciones, de un total de 650 diputados.
Tras las últimas
deserciones de su partido, se esperaba que Berlusconi obtuviera 314
apoyos, por lo que su minoría quedaba todavía más en evidencia.
Durante
esa votación parlamentaria, Berlusconi escribió unas anotaciones en las
que se podía leer "tome nota" y, entre paréntesis, "presente la
dimisión".
En una imagen difundida por los medios de comunicación
italianos se podía ver un texto manuscrito de Berlusconi en el que se
sucedían varias anotaciones del mandatario separadas por guiones.
En el primero de ellos, el primer ministro apuntaba "308 (8 traidores)", mientras que más abajo se leían las frases "vuelco político" y "tome nota, presente la dimisión".
Al final del texto de Berlusconi, se podía leer "presidente de la República" y "una solución".
WALL STREET CELEBRA LA RENUNCIA DE BERLUSCONI
La
bolsa de Nueva York ha cerrado finalmente con ganancias en todos sus
índices después de conocer que Silvio Berlusconi dejará su cargo tras
aprobar las medidas exigidas por Bruselas.
De este modo, el Dow Jones ha
subido el 0,84%, hasta los 12.170,18 puntos, mientras que el selectivo
S&P 500 ha ganado el 1,17%. Por su parte, el tecnlógico Nasdaq ha
avanzado el 1,2%.
BERLUSCONI SE VA, PERO LOS PROBLEMAS SE QUEDAN
Pero
a pesar del rally inmediato de Wall Street y el más que probable de
hoy en los mercados europeos y en los mercados de deuda, la dura
realidad es que los problemas de Italia permanecen: elevada deuda,
crecimiento nulo y problemas de natalidad.
Como analiza Matthew Lynn en MarketWatch,
hace tiempo que da igual quién esté al frente de Italia, el país está
en bancarrota y los mercados se han dado cuenta.
Ahora lo único que
queda por saber es cuando se hará efectiva.
De hecho, según Lynn,
lo único destacable es el hecho de que los mercados hayan tardado tanto
en situar a Italia en el epicentro de la crisis de la Eurozona. Ahora,
la mayor esperanza es que surja un gobierno de tecnócratas que sea
capaz de sacar adelante las duras reformas que necesita el país.
En
los próximos días y semanas escucharemos repetidamente que Italia es un
país solvente con un problema de liquidez, así como que es demasiado
grande para caer y que sólo necesita un poco de ayuda para superar el
bache.
Los tres desafíos de Italia
Pero Italia tiene tres
graves problemas que afrontar, a pesar de ser un país relativamente
rico, con una deuda estable en la última década y con un déficit muy
moderado que se espera que sea superávit en un par de años.
1.- Deuda, aunque la deuda gubernamental no ha crecido (aunque partía de niveles muy altos) el resto de deudas, las corporativas y familiares, se han disparado desde la entrada del país en la Eurozona.
Como recuerda Lynn, es un error centrarse sólo en la deuda del gobierno
y olvidar que lo importante es la deuda total, que en el caso de Italia
ha pasado del 252% del PIB al 310%.
2.- Italia no crece. Desde
1999, el país ha vivido cuatro recesiones y apenas ha crecido un 0,6%
de media entre 2000 y 2010.
El crecimiento del PIB per cápita ha sido de
un mero 0,1% en ese mismo periodo a pesar del fuerte crecimiento
global.
Ante este track record durante los buenos tiempos, es difícil
ver un panorama en el que Italia lo haga bien cuando los tiempos son
malos para el conjunto de la economía global.
3.- Italia tiene un problema demográfico brutal,
probablemente con el peor panorama mundial.
La ONU calcula que la
población italiana caerá a 41 millones en 2050 desde los 51 millones
actuales.
Además, la esperanza de vida en Italia es la más alta de
Europa, con lo que cada vez va a haber más gente mayor y menos gente
joven.
Todo ello provocará todavía más tensión en las finanzas públicas
italianas.
Lynn concluye que con este panorama no es posible que
el país sea solvente y augura que tarde o temprano el país colapsará y
la Eurozona no podrá o no querrá salvarlo.
Y eso será un cataclismo para la economía mundial.