LA JORNADA – El máximo jefe de la guerrilla comunista de las FARC, Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano,
no portaba armas al momento de ser abatido de tres tiros por parte del
Ejército, no tenía su tradicional barba y su cadáver presentaba un color
verdoso que hace suponer a médicos que padecía alguna enfermedad
crónica.
Según el ministro de Defensa, la muerte de Cano se produjo en un combate en tierra, que siguió a intensos bombardeos.
Fuentes que participaron en el operativo señalaron que Cano murió a
causa de tres tiros de fúsil y confirmaron que no tenía barba.
Maritza González, directora nacional del Cuerpo Técnico de
Investigación (CTI) de la Fiscalía General, señaló que Cano “salió
sanito con otras dos personas” del bombardeo de la Fuerza Aérea en la
madrugada del viernes porque “la bomba no pegó en la casa en donde él
estaba”.
“Todo parece indicar que se escondió todo el día”, pero a las ocho de
la noche, centinelas en tierra lo observaron y hubo un combate entre
algunos guerrilleros y los soldados, que abatieron a Cano, dijo la
funcionaria.
Aunque no tenía barba, “al ‘ojimetro’ sabíamos que era él; como (su
muerte) no fue con bomba, el cuerpo no estaba destrozado”, dijo.
En el operativo en el que también habría muerto su compañera
sentimental participaron entre 800 y mil efectivos, según fuentes
militares.
Según un soldado entrevistado por la radio, “el hombre (Alfonso Cano)
no se entregó y prácticamente se enfrentó a la tropa hasta la muerte”.
Padecía una enfermedad crónica: hospital
El cadáver fue llevado inicialmente al Hospital Susana López, donde
el gerente del nosocomio, Óscar Ospina, señaló que el cuerpo presentaba
“fractura de fémur derecho y fractura en la mano izquierda” y aseguró
que por su color y los cambios físicos parecía padecer alguna
enfermedad, que no pudo ser determinada.
“La apariencia era de un color verdoso, sin barba, sin gafas, parecía
que tuviera alguna otra enfermedad crónica que los médicos no pudieron
determinar”, citó un medio local.
El cuerpo de Cano fue llevado a la morgue de Popayán donde se le practican exámenes para determinar la causa de la muerte.
Cano, de 63 años, un universitario de clase media y cuyo verdadero
nombre era Guillermo León Sáenz, ascendió al mando máximo de las FARC en
2008, luego de la muerte por causas naturales del fundador de esa
guerrilla, Manuel Marulanda Tirofijo.