La
ONG Platform muestra diferente documentación en la que demuestra la
colaboración de la multinacional con el ejército durante todo 1990
La
integridad, ya bastante deteriorada, de la multinacional petrolera
Shell ha vuelto ha sufrir un duro varapalo tras el reportaje realizado
por la ONG Platform, en colaboración con otras cuantas, titulado “Counting the cost”
y en el que se demuestra con diferente documentación la relación de la
empresa con las represiones llevadas a cabo dentro de Nigeria.
Documentos
secretos publicados en 2009, que incluyen memorandos confidenciales
faxes o declaraciones de testigos, revelan la colaboración con el
ejército de ese país en las tareas de represión durante la década de los
90, más en concreto contra los activistas de Ogoni, los cuales cifran
en miles el número de muertos y una cantidad indeterminada de huidos, y
centradas contra el movimiento de protesta pacífica contra la
contaminación e incluso ayudando a planificar ataques contra aldeas
sospechosas de oponerse a la compañía.
Esta
documentación nunca vio la luz durante el proceso abierto contra la
empresa petrolera acusado de colaborar con el Estado en el
“ajusticiamiento” del escritor Ken Saro-Wiwa y otros líderes de la tribu
ogoni y en el que Shell acabó pagando una suma de dinero, más de 15
millones de dólares, para evitar el juicio y que explicaron como un
decisión en busca de reconciliación a pesar de negar su participación en
los hechos, aunque sí reconocieron haber dado dinero a militares.
Una
teoría que queda en evidencia con pruebas como la carta, fechada en
1994, en la que la petrolera paga al ejército para recuperar un camión
(con el coste de un muerto y varios heridos) y explicado dicho pago
"como muestra de agradecimiento y motivación para una disposición
favorable en las tareas futuras".
Shell
acumula un número alto de demandas judiciales en cuanto a su forma de
proceder. Tanto por medio de los tribunales europeos o estadounidenses
son varios los procedimientos, algunos abiertos todavía, que se han
emprendido contra ellos.
Con la aparición de estas nuevas pruebas hay un
paso cualitativo importante ya que indican su relación con la represión
violenta ejercida en Nigeria y que dan más peso si cabe a declaraciones
de organismos como Amnistía Internacional o Human Rights Watch que
calificaban la actitud del gigante petrolero como perjudicial para los
derechos humanos.