

Es un constructor; cuando miro lo que este hombre ha hecho
de su país a pesar de las tormentas occidentales disfrazadas de misiles
que han matado niños, no ha abandonado, no ha tenido miedo.
Este hombre es seguramente un hombre de Dios. Hace faltar tutear a Dios para tener ese dominio.
Ha hecho de libia un país prospero, no endeudado y que ha invertido en las economías del África negra.